Nadie, de Ilya Naishuller

Todos hemos soñado alguna vez, eso cuando no estamos inmersos permanentemente en la fantasía, en dejar atrás nuestro trabajo y poder dedicarnos a algo que realmente nos guste, nos llene, algo con lo que disfrutemos, por supuesto sin perder en nivel adquisitivo, o mejor aún, ganar en calidad de vida, dos cosas que no necesariamente deberían ir ligadas, siendo que quizá podamos vivir mejor con menos, ¿Quién sabe?