King Kong 75 años después (Antonio José Navarro, editor. Valdemar-Sitges)
La 41 edición del Festival de Sitges (que tuvo lugar en octubre de 2008) publicó dos volúmenes de notable interés, ambos coordinados, nuevamente, por Antonio José Navarro, uno de los escritores de cine más interesantes de la crítica española… quienes se dejen llevar por peleas dignas de un patio de colegio (o, peor aún, por aprensiones sin fundamento) se pierden a un autor valiente con una visión pasional del hecho cinematográfico, que en las obras colectivas que ha dirigido siempre ha sabido cómo imprimir su sello y a la vez expandir el campo de acción, configurando escenarios de gran amplitud y facilitando además que algunas firmas destaquen con fuerza sin alterar el conjunto. Es el caso de este homenaje a King Kong (con motivo de su 75 aniversario), donde el gran Roman Gubern abre, con un texto primigenio y actual, un recorrido admirable por el personaje y el mito, que alcanza su cenit en el capítulo elaborado por los casi siempre imprescindibles Ramon Freixas y Joan Bassa: en Ni ramake ni continuación. Tampoco lo contrario los autores trazan un exhaustivo y lúcido análisis sobre el remake setentero que dirigiera John Guilllermen bajo el auspicio económico del magnate italiano Dino di Laurentiis. El ineludible comentario de la obra maestra de Schoedsack y Cooper a cargo de un Tomás Fernández Valentí aunque menos inspirado que de costumbre atinado en lo esencal, la visión proteica del Kong digital de Peter Jackson por parte de un Angel Sala que se siente como pez en el agua, y el agradecido desglose de las secuelas, exploits y derivados para lo cual el propio Navarro ofrece su habitual mixtura de notable erudición y sana agresividad, completan un libro que ya se puede contar como un ilustre referente (en español) de uno de los mayores iconos del cine.
El cine como espejo de lo social (Rafael Arias Carrión. Talasa Ediciones)
Este es un libro admirable por varias razones, entre ellas la honestidad con que está elaborado y el compromiso que contienen sus páginas. Su autor, Rafael Arias Carrión, colaborador de Kane 3, mdc – miradas.net y Quatermass, entre otros, explica tanto en el prólogo como en el epílogo qué busca y cómo, y lo hace de forma elocuente y en cierta manera, casi sin querer, definiendo parte de lo que sustenta su escritura: la métafora de los movimientos de traslación y rotación en relación al análisis de cine (donde el primero hace referencia al universo global e histórico, mientras que el segundo sería lo que cada cual vemos, sentimos), y la mención a una frase, en la misma línea, extraída de La mirada plural del especialista Santos Zunzunegi, se convierte en toda una declaración. Pero, ¿de qué va El cine como espejo de lo social? Una mirada transversal que desde lo específico encuenta lo general, aunque no pretenda impartir lecciones o llegar a conclusiones definitivas. Una llamada de antención sobre el cine como herramienta de rebelión. Una invitación al debate… Los films comentados agrupados por temas (los mundos del Primer Mundo, migraciones, marginación social, trabajo, ecología, el cuarto poder, pena de muerte, identidad sexual, formas de comunicación, integración social), con excepción de la curiosa elección solitaria del capítulo inicial (La gran final, de Gerardo Olivares) responden de alguna manera a estos planteamientos acorde a ese movimiento de rotación del autor, que sabe concentrarse en lo esencial dialogando coherentemente un texto con otro, aportando numerosas citas que valoran otros tabajos (mostrando la honestidad y rigor de Arias Carrión) y facilitando una cohesión que va más allá de la escritura: la selección de fotografias demuestra lo importante de este complemento (aunque la calidad en algunos casos no sea la más idónea). Me parece que la edición es mejorable en algún aspecto (los carteles ocupan demasiado espacio y bien podría prescindirse de ellos; las fichas se antojan, en estos tiempos, un tanto innecesarias; el formateo del texto es confuso) y siento que me corroen los reparos que tengo a algunos de los films comentados (en el caso de Elephant continúo sin entender ni encontrar una lectura que me convenza de sus virtudes, para mí solamente teóricas: de acuerdo, este problema es solamente mío), pero leer El cine como espejo de lo social es muy estimulante y expansivo.
Otro cine es posible (Francisco Rebollo, editor. Filmoteca de Extremadura y Cineposible)
El año pasado el compañero y amigo Enrique Pérez Romero en el nº 74 de mdc – miradas.net nos descubría el interés social de un festival en construcción, Cineposible (ver crónica 2008), cuyos objetivos van más allá de ofrecer solamente una selección de películas: se trata de hacer protagonistas a los llamados objetivos del mileno marcados por la ONU para 2015. Ahora que ya ha pasado una nueva edición del certamen, la tercera (ver crónica Cineposible 2009), no está de más recuperar este pequeño libro comunal publicado en el marco del certamen del año pasado que ofrece una serie de textos relacionados precisamente con estos objetivos. Coordinado por Paco Rebollo, director de la revista Versión Original y del Festival Solidario de Cine Español de Cáceres, y escrito por habituales colaboradores de la revista extremeña, este pequeño libro posee un fuglor especial que se filtra de la importancia capital de los objetivos analizados a partir de un grupo de películas heterogéneo: Los espigadores y la espigadora, de Agnes Varda (erradicar la pobreza), Ni uno menos de Zhang Yimou (lograr la educación primaria universal), Thelma & Louise de Ridley Scott (promover la igualdad de géneros), Las tortugas también vuelan de Bahman Ghobadi (reducir la mortalidad infantil), El secreto de Vera Drake de Mike Leigh (mejorar la salud materna), El jardinero fiel de Fernando Mierelles (combatir el sida y otras enfermedades), Inteligencia artificial de Steven Spielberg (garantizar la sostenibilidad del medio ambiente) Viento de tierra de Vicente Marrero (fomentar el desarrollo). Propuesta que bien mercería repetirse cada año (por ejemplo) con nuevas películas y/o enfoques que amplifiquen el alcance (y contraponga visiones: francamente no puedo compartir ni entender la elección del detestable film de Scott para tratar el tema de la igualdad) y la difusión de este propósito, utópico a día de hoy sí, necesario como formulación de futuro, como realidad que pueda ser posible en algún momento.