Entrevista Rian Johnson

-Si todo es según el color del cristal con que se mira se diría que Rian Johnson no se contenta con mirar la realidad a través de una simple ventana si no que desea cruzar al otro lado del espejo: cada una de sus tres películas adopta una perspectiva en cierto modo fantástica, ya sea el oscuro universo íntimo de un adolescente, la vívida fantasía de una mujer que existe al margen del mundo o la pesadilla de un hombre que siente que ya no hay futuro. ¿Qué ventajas le ofrecen estos puntos de vista?

-Para mí la realidad es… Experimentamos la realidad a través de la percepción, obviamente, así que la pregunta “En qué consistiría una película realista”, es para mí una pregunta interesante. Para mí hay días en que la realidad parece sacada de 8 y medio, hay días en que la realidad parece una película de James Bond, no muy frecuentemente pero a veces incluso hay días en que la realidad parece una película de Jacques Tati. Así que la noción de una película realista… el realismo en una película es sólo otra forma de abstracción. En las tres películas que he hecho cada vez que creo una realidad oculta, ya sea el lenguaje en Brick, el diseño del mundo en Los hermanos Bloom, o los viajes en el tiempo en Looper, lo hago con el objetivo de conseguir algo muy realista —al menos para mí lo es. Y no solo para alcanzar ese cierto realismo sino para profundizar más aún que si la narración fuese simple y directa.

¿Quizá para ayudarte a tomar algo de distancia y ver las cosas en perspectiva?

-Para mí es más bien al contrario, me ayuda a meterme de lleno en ello, viendo el mundo a través de una perspectiva específica: es la diferencia entre ver la globalidad del escenario o verlo a través de los ojos de una persona. Por ejemplo en Brick: Es un mundo aterrador, muy estratificado, todo el mundo conoce el lenguaje, un lenguaje propio, es una visión muy neural, muy oculta de los adolescentes tratando de navegar a través de la vida. No es una visión global, es una perspectiva muy concreta.

Subjetiva.

-Eso es, muy subjetiva.

-¿Y cómo fue dirigir, por ejemplo en Brick, en esas dos capas de realidad?

-Creo que es en la escritura cuando decides como va a ser todo. La dirección es más mecánica, rodando escena a escena hasta el final. El trabajo duro se da en la escritura, donde tienes que ver por qué hacen las cosas que hacen como las hacen. La dirección, al menos para mí, es la ejecución de eso, tratando de comprender como hacerlo. Especialmente cuando manejas material cuyo tono es complicado, tienes que experimentar por instinto. Como director, tu trabajo es mirar y escuchar, ponerte en el lugar del público, y preguntarte si está bien así o no. Y si es que no, entender por qué y actuar en consecuencia.

Las referencias que utiliza son muy old style, de los años 50. Hay otros, como Zack Snyder en Sucker Punch que prefieren hacer referencias a los videojuegos… ¿Por qué elige Ud. mirar al pasado?

-Bueno, creo que incluso en un mundo futurista… por ejemplo, mira a tu alrededor, si te fijas en lo que cada uno de nosotros está vistiendo, esta chaqueta podría haber sido diseñada hace cuarenta años. Esta silla es actual pero tiene un diseño que recuerda al modernismo, que podría ser de los años sesenta. Cuando veo un mundo futurista en el que todo parece del futuro, pienso que tendría que haber también en él cosas de treinta años antes. Alguien me dijo, el diseñador de producción de… ¿Quizá fue el de Mad Men, la serie de TV?… que es un error habitual cuando estás rodando algo ambientado en 1963 que todos los objetos de la habitación sean de esa época. En realidad, tienes que tener algunos objetos nuevos del 63 pero también cosas de los cincuenta, e incluso cosas que pertenecieron a la abuela y que son de los años cuarenta…, así que incluso en una película futurista para mi tiene sentido que la gente aún siga viviendo de esta forma. Y especialmente en el mundo de Looper; Hay una expresión que dice que cuando una sociedad no tiene futuro miran a su pasado, y que cuando no tienen esperanza idealizan ese pasado, y eso se aplica perfectamente al mundo de Looper.

-De hecho, hay un personaje que le echa en cara al protagonista que lleva corbata porque lo ha visto en una película que seguramente los copió de otra película…

-Sí, exacto [risas], le pone al descubierto. En realidad el personaje de Jeff Daniels no está siendo especialmente construtivo al decirle esto… Solo pretende decirle «¿por qué pruebas a hacer algo nuevo?», como si el hecho de ser nuevo tuviese un valor especial…

-Los personajes del futuro, tanto el de Jeff Daniels como el de Bruce Willis, miran a los jóvenes de su pasado con una gran superioridad ¿no es así?

-Esa es la dinámica principal, que está perfectamente encapsulada en la escena del restaurante con el joven Joe enfrentado al viejo Joe. Ambos sienten que tienen una autoridad moral superior. El joven diciendo “No voy a convertirme en ti, soy otra persona”, mientras que el viejo dice “Eres un estúpido, yo he estado ahí, he recorrido toda tu vida, sé lo que ocurrirá: te estás equivocando, escucha lo que te digo”. El personaje de Bruce Willis siente que ha evolucionado, que ha llegado al siguiente nivel en la vida. Creo que si miramos más detenidamente lo que está haciendo en realidad está aún viviendo en ese bucle en el que vivía cuando era joven y ese es precisamente su defecto trágico. Ir desarrollando todo esto me resulta bastante interesante.

Looper tiene algo de aquel supuesto imposible: “Si pudieses volver al pasado y matar a Hitler cuando era un niño ¿lo harías?” Hay muchas películas en este festival que están planteando este tema del futuro de los niños, de la educación. Algunas de ellas planteándose incluso escenarios muy oscuros, como la posibilidad de que estos niños sean ya irrecuperables. ¿Tan mal pinta la cosa o hay esperanza?

-Creo que la hay, y la película que he hecho cree que la hay, definitivamente lo pienso. La típica pregunta de qué harías si puedieses volver al pasado y matar a Hitler cuando aún era un niño no me parece tan interesante. Es una situación completamente fantasiosa que no tiene nada que ver con la vida. Para mí lo interesante, como comentas, es ¿Podemos educar a nuestros hijos de la forma correcta? ¿Podemos arreglar el futuro? La preguntaría no sería para mí si volverías atrás en el tiempo para matar a Hitler, si no más bien, si hubiese alguien de cuya muerte pudieses sacar algún beneficio, cuya muerte garantizase tu seguridad, ¿podrías matarle? ¿Funcionaría o se crearía un círculo vicioso que se perpetuaría indefinidamente? Creo que es más práctico traer la cuestión al presente. En cualquier caso, tengo esperanza. Creo que tenemos que apostar por nuestros hijos y darles las mejores oportunidades para que puedan avanzar. Eso mismo es la vida, ¿no?

Me ha sorprendido mucho ver en la película una violencia, si no explícita, sí muy impactante. Leí en una entrevista hace tiempo, cuando Ud. promocionaba Brick, que preguntándole en relación con el cine de Lucky McKee Ud. confesó que no se veía capaz de hacer películas de terror, que sentía que no tenía estómago para ello.

-Incluso con los elementos oscuros de esta película siempre se acaba llegando a un lugar esperanzador, y la razón de que me sienta cómodo haciendo una película así es que sé que al final las nubes se apartarán y dejarán ver el sol. Para mí una buena película de terror no es eso. Para mí una buena película de terror tiene que llevarte a los lugares más profundos y oscuros, y convertirlo en un terror existencial. No se trata de redención, se trata de eso, al menos las mejores películas del género, es por eso que siempre lo paso mal viendo películas de terror [risas]. Yo las respeto, pero no hay muchas películas de terror que realmente me encanten. Creo que hacer eso es muy valioso, pero no creo que tenga dentro de mí lo necesario para realizarlas y salir del túnel e ir hacia la luz.