Festival DA2017 – El oficio de observar

Como cada año el Festival de Cine d’Autor, el D’A, nos trajo una oferta muy apetecible. Algunas obras venían de Cannes, Venecia, Málaga o Locarno, muchas otras eran auténticos estrenos, todas ellas interesantes. La cuadrilla calavera que ha cubierto el D’A para Miradas de Cine (Jorge Mauro de Pedro, Marla Jacarilla, Toni Junyent i Antoni Peris Grao) ha decidido autogestionarse como una célula revolucionaria, inspirados por los personajes vistos en la pantalla (como mínimo no imitamos a los asesinos tiroteadores de Free Fire o los acosadores de Rester vertical o Malgré la nuit). El resultado son cuatro textos muy sentidos y libres, inspirados en las obras comentadas. Dejamos para el momento del estreno comentarios sobre otras obras que no aparecen en los textos, como son el caso de La región salvaje de Amat Escalante (y que se acompañará de la entrevista que tuvimos con el director mejicano, objeto de una sección específica en el D’A), Personal Shopper, Estiu 1993 y The Woman Who Left.

…Yo soy el cine-ojo. Yo soy el ojo mecánico. Yo, máquina, os muestro el mundo como sólo yo puedo verlo. Desde ahora y para siempre, me libero de la inmovilidad humana, estoy en el movimiento ininterrumpido, me acerco y me alejo de los objetos, me deslizo por debajo, salto por encima de ellos, avanzo junto al hocico de un caballo al galope, me sumerjo a toda marcha en el interior de la muchedumbre, corro ante los soldados que cargan, me tumbo sobre mis espaldas, me elevo al mismo tiempo que un aeroplano, caigo y alzo el vuelo con los cuerpos que caen y que vuelan. Este soy yo, aparato, que me he lanzado a lo largo de la resultante, bordeando el caos de los movimientos, fijando el movimiento a partir del movimiento surgido de las más complicadas combinaciones. Dziga Vertov, El cine ojo

Demonios tus ojosRester Vertical Le secret de la chambre noireL’indomptéeFixeurDemonios tus ojosRester Vertical

Las imágenes se hicieron al principio para evocar la apariencia de algo ausente. Gradualmente se fue comprendiendo que una imagen podía sobrevivir al objeto representado; por tanto, podría mostrar el aspecto que había tenido algo o alguien, y por implicación como lo habían visto otras personas. Posteriormente se reconoció que la visión específica del hacedor de imágenes formaba parte también de lo registrado. Y así, una imagen se convirtió en un registro del modo en que X había visto a Y. Esto fue el resultado de una creciente conciencia de la individualidad, acompañada de una creciente conciencia de la historia. John Berger, Modos de ver

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