Animac 2019. Entrevista Peter Lord

Cofundador de Aardman Studio a los 17 años, Lord es una de las más destacadas figuras de la animación stop motion. Su modesta empresa ha conseguido en tres décadas dar pie a las obras de más de 25 directores (Nick Park el más destacado y valorado por Lord como un auténtico genio), numerosas nominaciones a los Oscar (y 3 premios) e impulso mundial a las obras realizadas con la técnica stop motion.

Tuvimos la gran suerte de entrevistarle en esta edición de Animac y disfrutar con sus respuestas y su amabilidad, que fluyeron mientras jugaba con Morph, un muñeco de barro y personaje emblemático de su producción, pasando de mano a mano.

—Señor Lord ¿cómo se siente en Lleida? ¿Cómo se siente en un festival centrado en la stop motion?

—Encantado, Animac es un festival con gran corazón. En cuanto a la stop motion, hay que decir que pese a la difícil financiación, hay numerosos proyectos en todo el mundo. De hecho, se plantean 4 estrenos de largometrajes stop motion este año en los Estados Unidos, algo muy insólito. Pocas obras han conseguido grandes éxitos comerciales; Chicken Run, Evasión en la granja (Peter Lord, Nick Park, 2000) sin embargo, fue un gran éxito de taquilla y ayudó a popularizar la técnica en público y productores.

—Existiendo tantas posibilidades técnicas para desarrollar digitalmente una obra de animación, ¿a que atribuye este éxito de la stop motion?

—En primer lugar, precisamos una buena historia. Pero, a partir de ello, es importante mantener la credibilidad en ella. Al público le gusta creer en la magia, ver la magia (Lord fue muy enfático en este punto). Tal vez una animación de muñecos excesivamente perfecta es un error. Se echa en falta la calidez humana.

—Aun y considerando la gran diferencia con la obra de Disney o de Pixar, buena parte de la obra de Aardman se basa en protagonistas no humanos, ¿por qué?

Chicken Run, Evasión en la granja (Peter Lord, Nick Park, 2000)

—¿Por qué animamos, sino? El mérito está en obtener emociones de animales u objetos, transmitiendo las sensaciones de una narración a través de una situación que, aun cotidiana, nos obliga a mirarla con distancia. Aun así, no toda la obra de Aardman se corresponde a la de animales. Numerosos cortos están interpretados por humanos. En cuanto a los animales, como veréis, no son precisamente “monos”, sino que tienen sus peculiaridades, positivas o negativas, como los humanos.

Uno de mis más queridos personajes es, de hecho, antropomorfo, pero no es necesariamente humano (en este momento abrió una caja de la que salió Morph, con quien jugaría el resto de la entrevista). Morph vivía en la mesa del creador y permitió observaciones y pequeñas aventuras en brevísimos cortos, incluidos en un programa ajeno. Tras un tiempo, la BBC encargó una serie que se prolongó durante unos años a primeros de los ochenta, y, una vez finalizada, el éxito generado dio pie a un crowfunding que permitió seguir desarrollando las peripecias del personaje entre 2014 y la actualidad.

—¿A qué atribuye este éxito?

—A su simplicidad, tal vez. Pero hay que considerar que actualmente hay tres generaciones de espectadores viendo a Morph: abuelos que la vieron en su primera emisión a finales de los 70, sus hijos y los hijos de sus hijos.

—Hay una buena eficiencia en los gag de Aardman. ¿Tiene referencias del slapstick y del cine mudo?

—Personalmente no era fan del cine mudo. Tenía la sensación que eran gente agitando los brazos y cayendo al suelo. Pero cuándo vi con detenimiento las obras de Buster Keaton me dí cuenta de lo elaboradas que eran. Puede, tal vez, que algo de la dinámica cómica de nuestras obras tenga vinculación con el cine mudo. De hecho, hace años ya desarrollamos obras para un colectivo de niños con déficit auditivo y tenemos muy en consideración la necesidad de desarrollar las obras a nivel visual.

Peter Lord jugando con Morph

—Usted ha desarrollado todo tipo de responsabilidades: animador, director, productor. ¿Cómo valora los diferentes roles y por que evolucionó de unos a otros?

—Fui animador durante 15 años y lo disfruté enormemente. Dirigir da una satisfacción aún mayor, siempre que cuentes con un buen equipo pero no tienes un minuto de descanso. Me sentía, en ocasiones, menos tenso en el sillón del dentista que en las decisiones a tomar con todo el equipo. Como productor asumo que mi papel es ayudar en todo lo posible, hacer que el proyecto siga adelante.

—Tomando como referencia la serie de Wallace y Gromit, pero también viendo otros cortometrajes con otros personajes, tengo la sensación de ver una producción muy homogénea, aun con directores distintos. Y un estilo próximo a Ealing Pictures, con su comedia suave, aunque ácida, y su costumbrismo.

—Tal vez es el espíritu british. Tenemos una experiencia común y desarrollamos una suerte de instinto para saber hasta qué punto podemos ser traviesos, hasta dónde podemos desarrollar subversión de la historia y de los personajes. Con el tiempo, especialmente tras el estreno de Chicken Run (que fue hecha en gran parte para nosotros mismos), hemos aprendido a ver qué espera determinado público y hemos adaptado el grado de ironía según la obra que hacíamos. El público actualmente son niños y sus padres. Podemos desarrollar un humor infantil y hacerlo más o menos atrevido sin que llegue a ser desagradable. ¡Es delicioso!

En cuanto al estilo creo que nos hemos basado mucho en el definido por Nick Park. Es un auténtico genio, la productora le debe mucho, y su estilo se ha extendido por buena parte de la obra de Aardman. No obstante, no olvidemos que tenemos excelentes directores de arte que también definen el estilo visual de nuestra obra en conjunto.

Finalmente, no olvidemos que lo básico es ser contadores de historias. A partir de ello, debemos ser cineastas y, finalmente, somos animadores. El estilo debe integrarse en los tres ámbitos.

—La pregunta es inevitable. ¿Tendremos continuación Chicken Run? ¿y de las aventuras de Wallace y Gromit?

—En cuanto a Chicken Run, se empezó a escribir un argumento, aunque buena parte del material se perdió en el incendió que devastó el almacén dónde guardábamos figuras y objetos del rodaje, que podríamos haber empleado ahora de nuevo. La intención es continuar el proyecto pero no tenemos fechas. Respecto a Wallace y Gromit, Nick nos dijo recientemente que tenía una nueva idea. No sabemos cuándo podrá realizarse el proyecto, pero es una gran noticia.

—Empezaron una pequeña gran aventura entre un par de amigos y han desarrollado una empresa de centenares de profesionales. Ha llegado a compartir la propiedad con los trabajadores…

—La animación tiene recompensas. Más allá de los Oscar, vivimos trabajando en publicidad y también en numerosos proyectos sociales, junto a servicios de salud y sociales. Aardman demuestra implicación social, más allá de la artística.

—Gracias por sus obras, Sr. Lord.