Después de El Escuadrón Suicida (The Suicide Squad, 2021) y El Pacificador (Peacemaker, 2022), James Gunn recupera aquel universo protagonizado por criminales que se ven obligados a trabajar para el gobierno y, por una razón u otra, a salvar el mundo. Continuando tras los acontecimientos de la serie protagonizada por John Cena, Amanda Waller (con Viola Davis retomando el papel, aunque en esta ocasión solo sea la voz) crea a un nuevo grupo de inadaptados para poner a su servicio. La peculiaridad, y de ahí el nombre Creature Commandos, es que está vez ninguno de los reclutas es humano, sino monstruos de diferente índole, cada uno con su personalidad y habilidades, como “La novia” (Indira Varma), una versión femenina del monstruo de Frankenstein, G.I. Robot (Sean Gunn), un robot diseñado con el único objetivo de eliminar nazis, o Comadreja (también con la voz de Sean Gunn), que ya apareció brevemente en El Escuadrón Suicida. De este modo, los estrafalarios personajes, aunque les pese, se ven involucrados en una peligrosa misión bajo la amenaza de ser torturados o asesinados si se niegan a cumplir sus órdenes. Gunn apuesta en esta serie por la animación, manteniendo el espíritu de las dos obras mencionadas en la que, después de muchos intentos fallidos, es la primera serie oficial del nuevo intento por conseguir un mundo cinematográfico unificado como el de Marvel, ahora llamado el DC Universe (DCU).
El trabajo de Gunn en el mundo de los superhéroes cinematográficos, desde Guardianes de la Galaxia (Guardians of the Galaxy, 2014) en Marvel a El Escuadrón Suicida en DC, está caracterizado principalmente por un elemento clave: los personajes. Sus películas y series están habitadas por personalidades de todo tipo, ya sean robots soldados, asesinos profesionales o un tiburón antropomorfo, que representan a seres inadaptados, apartados de la sociedad y con serias dificultades para encajar. Al reunir a estos personajes, problemáticos y de carácter individual, se producen choques de egos, conflictos de intereses e interacciones en las que abunda, principalmente, la agresividad. Pero, como ocurría con el extraño grupo que formaban los Guardianes y la inestable alianza del Escuadrón, también dan pie a la redención de estos seres y una oportunidad para crear vínculos entre ellos. Lo más icónico en los personajes de Gunn es su tono gamberro, su desfachatez y egoísmo, su carácter, en general, de tipo malo pero que, sin embargo, resultan entrañables y se acaban ganando el cariño del espectador. Creature Commandos le da espacio a cada uno de los monstruos, centrando cada capítulo en contar mediante flashbacks el trágico pasado de cada recluta. Desde la traumática creación de “La novia” al largo recorrido histórico de G.I. Robot, sus historias aportan un trasfondo que, como es habitual en este tipo de ficciones, muestran que hay más de lo que se ve a simple vista. La bondad de Gunn hacia sus personajes está presente durante toda la serie y, desde el humor y la compasión, los impregna de una humanidad que redime a sus protagonistas.
Creature Commandos es ágil, desenfadada y tremendamente divertida. La historia principal y los flashbacks se alternan sin por ello aletargar el ritmo y el mundo que crea es ideal para el cóctel de elementos y referencias que habitan la serie. A la misión de los monstruos no le faltan situaciones en las que puedan sacar a relucir sus habilidades para el combate, y el exceso de hemoglobina y la violencia explícita son un elemento característico muy presente en las escenas de acción. James Gunn quiso asegurarse de que el mundo de El Escuadrón Suicida es para adultos y no tiene restricciones impuestas para adaptarse a una calificación para todos los públicos, y así se mantiene en la obra que nos ocupa, que el hecho de ser de dibujos no la hace menos agresiva. Con todo, el espíritu gamberro del director estadounidense se manifiesta en el sentido del humor con el que se emplea a menudo la violencia, y cada capítulo cuenta con una escena que bien podría calificarse de musical, en la que una pelea coreografiada o una dinámica secuencia de montaje se ve acompañada por una canción en un ejercicio de estilo que evidencia la presencia de su autor.
El carisma de las obras de Gunn impregna Creature Commandos, una serie de animación cargada de humor y buenos personajes. La historia de siete capítulos tiene una conclusión satisfactoria, pero los monstruos que forman este nuevo escuadrón, tan trágicos como entrañables, demuestran que pueden dar mucho de sí y seguir dando guerra en futuras temporadas (quizás incluso con alguna incorporación más). Habrá que ver si Gunn consigue de una vez por todas encauzar el universo de DC. Por ahora, lo que se puede afirmar es que Creature Commandos es un buen comienzo y resulta esperanzador.