Bucle: fe en la perfección
Todos conocemos a Nina, la chica más brillante de clase, aquella que cuando el grupo del colegio se quedaba un ratito para intercambiar cromos de los Bollycao ella se iba corriendo para llegar a tiempo a solfeo. Nuestros padres nos la ponían como ejemplo por su constancia, su entrega, su sacrificio; nosotros la admirábamos al mismo tiempo que considerábamos imposible llegar a su nivel, ya fuese una posibilidad real o inventada para acallar nuestra conciencia y poder proseguir con nuestro juego. Nina buscaba ser perfecta, y lo lograba a nuestros ojos, pero a no los de sus padres… Y poco a poco, los ojos de ellos se hicieron los de ella, y empezó a exigirse más y más. Quizás en tu caso no fuese Nina sino Max, el experto en matemáticas tímido y asocial, pero todos nos hemos topado con ellos.
Conseguir hallar la perfección que ahueque su soledad existencial es el cometido común que tienen todos los personajes de Darren Aronofsky. Desde el Max Cohen de Pi, fe en el caos (Pi: Faith in Chaos, 1998), pasando por el ejemplo capital de Tom Creo en La fuente de la vida (The Fountain, 2006) hasta aterrizar en Randy El luchador (The Wrestler, 2008), todos y cada uno de ellos luchan con el mayor villano posible, sus propios miedos, aquellos instalados en su interior y normalmente alimentados por una relación traumática con sus progenitores (o descendientes). Nina Sayers, la protagonista de Cisne negro, no es ajena a ese patrón y repite los mismos pasos que sus antecesores: relación poco sana con la madre, ausencia del padre, vida centrada en el ámbito laboral, excelencia profesional, poca sociabilización… El elemento que abre la caja de Pandora para todos ellos es siempre la desvinculación con un familiar, la madre en la mayoría de casos pero también la esposa o la hija, y a partir de ahí se genera la fatalidad, el caos que parece entender de conceptos genéticos. Adicciones y esquizofrenias formulan el nacimiento del Mr. Hyde, primero al llegar las alucinaciones, luego la autoflagelación, más tarde la paranoia, seguido de la violencia a terceros y la irremediable muerte. Los cisnes negros salen a cazar y no conocen a las grises palomas, les gusta ir al blanco.
Para ello Aronosky se sirve de la lealtad a la primera persona, al seguimiento estricto de un personaje con el que somos llevados a su inframundo psicológico, en el que todo va adquiriendo un sentido lógico aun estando dentro de la más completa inestabilidad emocional. Cisne negro es la visión de Nina —como Pi, fe en el caos era la de Max— de un mundo que la engulle, que trama a su alrededor para inestabilizar su danza, desde la aparición de la nueva bailarina hasta la actitud de su madre hacia ella o la propia inestabilidad que que lleva consigo el personaje del director artístico. El mundo está en su contra, la amenaza es exterior y hacia allí se centra la defensa, huyendo del nido familiar, enfrentándose al director, eliminando competencia… Esa es la percepción de Nina y la que presenciamos los espectadores, víctimas de los ataques de paranoia que van carcomiendo la confianza de la bailarina y que Aronofsky se esfuerza en filmar bajo un in crescendo esquizofrénico.
Pero todo está en el interior… Miedo y locura. Subjetivismo. Obsesión. La búsqueda de la perfección. Un director que persigue a su objeto. Obsesivamente. Entrando en lo subjetivo. El miedo. La locura. Una actriz, dos personajes. La inocencia. La maldad. Dos mundos que se colapsan. El exterior. El interior. La búsqueda de la perfección. Fuera y dentro de la pantalla. Aronofsky es perfecto. Quiere serlo. Es obsesivo. Subjetivo. Sus películas lo son. O quieren serlo. Bucle. Repetición. Pi o Cisne negro. Réquiem o El luchador. La fuente de la vida. Todas. Lo mismo. Búsqueda de la perfección. Con miedo, locura. Subjetivismo y obsesión. La del propio Aronofsky. Rodando lo mismo. Escribiendo lo mismo. Adaptando lo mismo. Hasta que sea perfecto… O muera.
Una buena película, lastrada por cierta truculencia visual a mi modo de ver innecesaria – esos cuadros que cobran vida, el juego de los espejos – pero resaltada por una Natalie Portman en estado de gracia. Si algún Oscar tiene nombre este año, ése lleva estampado un cisne negro.
Acabo de verla y suscribo tu estupenda crítica, Mónica. Qué mal cuerpo me ha dejado la peli, Dios…
Un saludo.
Una película lenta, aburrida y con una cámara más que mareante. Una decepción total.
jajajaja
madre mía qué comentario! a ti la que te gustó en su día fue Gladiator, verdad?
Estupenda película, compleja, extrema. Y eso que no soy un entusiasta del género de terror -psicológico- que es, en esencia, al que pertenece la película. Suscribo la crítica pero toda ella se centra en la autoría cuando la película se construye en torno a un personaje que sería inconcebible sin Natalie Portman.
El problema es que David Lynch ya había contado estas historias varias veces y mejor. «Black Swan» es una película, que si se analiza, es de laboratorio. «Lost Hihgway», «Mulholland Dr.» e «INLAND EMPIRE» eran son y serán exorcismos interiores.
«Black Swan» es un producto mediocre y de diseño disfrazado.
Y antes que Lynch lo contó Robert Louis Stevenson y antes que Stevenson fue el mito de Doppelgänger… El argumento de «esto está muy visto», a estas alturas de película, cae por su propio peso. (A «La semilla inmortal» me remito)
Sin embargo estoy de acuerdo contigo en que el nivel de incomodidad que genera Lynch queda muy lejos de Aronofsky, y que «Cisne negro» es un producto de diseño… ¿pero no es en sí mismo, y precisamente por eso, metáfora de lo que muestra en su trama? De alguna manera fondo y forma coinciden, y a mí a ese nivel me funciona. Otra cosa es que hablemos de sensaciones generadas… Ahí Lynch sigue siendo el único capaz de dar(me) auténtico miedo.
Y antes que Lynch lo contó Robert Louis Stevenson y antes que Stevenson fue el mito de Doppelgänger… El argumento de «esto está muy visto», a estas alturas de película, cae por su propio peso. (A «La semilla inmortal» me remito)
Sin embargo estoy de acuerdo contigo en que el nivel de incomodidad que genera Lynch queda muy lejos de Aronofsky, y que «Cisne negro» es un producto de diseño… ¿pero no es en sí mismo, y precisamente por eso, metáfora de lo que muestra en su trama? De alguna manera fondo y forma coinciden, y a mí a ese nivel me funciona. Otra cosa es que hablemos de sensaciones generadas… Ahí Lynch sigue siendo el único capaz de dar(me) auténtico miedo.
La película a mi ojo, me parece excelente. Mucho más parecida al Polanski tipo «Le Locataire» o «Repulsion», que a Lynch, siento yo. Creo q el film retrata muy bien el sacrificio vital de una obra maestra; al igual que (creo q es la otra gran referencia de la película) «The Red Shoes» de los Archers, el personaje principal debe sacrificarse y morir, ya sea por el arte, ya sea por el amor.
Creo que Aronofsky a logrado con esta, su mejor película hasta el momento, muy completa, muy atrayente, muy sexy.
Bravo
mediocre (ambas ) pretenciosa ( que es lo mismo que mediocre) ambas , y para que seguir , falta que alguien diga , que es una pelicula , como decirlo : mala , señores el oscar no es sinonimo de calidad , sino de entretenimiento . me gustaba mas la natalie portman de perfecto asesino , se la notaba mas autentica o en todos dicen te amo de woody allen , ahora esta como contenida , atrapada en la figura mediatica estrella de hollywood quizas? y no tanto en la actriz a secas que curiosamente les pasa a las grandes estrellas/actrices se las traga el sistema , a mi entender , bueno quiza la maternidad o quese yo que la lleve al siguiente nivel y el tiempo mostrara lo que suceda , la verdad me llego mas mila kunis , que pobre no tenia mucho para decir , y la pobre de winona , si al menos esquivara los papeles que insisten en querer demostrar que fue una buena actriz y que por ser mas grande ya no sirve , en resumen la pelicula es mala , y no la salva que tenga buenas actrices en el elenco ,
aclaracion cuando digo ambas , me refiero : a la pelicula y a la critica .
No sé que les pasa a algunos comentaristas de este artículo. Parece que se han dejado engullir fácilmente por la trampa pueril de la cinefilia exacerbada o por el simple prejuicio hacia los productos hollywoodenses. Black Swan es una gran película por muchas razones: por la precisión de la puesta en escena, por la majestuosa ejecución del crescendo narrativo, por la conmovedora y perturbadora actuación de Natalie Portman, por los riesgos formales que toma Aronofsky filmando en 16mm, utilizando película de distintas sensibilidades en pro de la atmósfera sobrecogedora, bella y aterradora del film y en contra de una fotografía vanalmente estilizada como parece ser la regla en las películas de este siglo.
Decir que es una trama ya vista, es un lugar común y un argumento fragil que no merece ser discutido. Y sin embargo dentro de la película se responde a este cuestionamiento. Cuando Leroy resume la trama del lago de los cisnes inicia diciendo: «Todos conocen la historia…» y cierra con «…Pero la haremos más visceral». Y Aronofsky junto al equipo de guionistas (Tres en total) lo logra e innova sobre la trama al llevar toda la carga dramática al interior de Nina siendo a su vez fiel a sus premisas como cineasta.
No estoy descalificando los demás comentarios pero si abogo porque se mira en su justa medida está película porque tiene muchos valores para rescatar. Y Aronofsky ha demostrado, sin proponerselo y como en su momento lo hicieron Martín Scorsese o David Lynch, que su cine es el faro a seguir en este siglo que recién inicia. Gracias maestro por esta gran película. Y gracias Mónica por el comentario.
La mejor pelicula de Aronofsky hasta la fecha, hacia tiempo que no tenía ganas de aplaudir en el cine una escena ¡es que este cisne negro te atrapa! sólo espero que no le pase a Darren los mismo que sus personajes, porque sino el cine será menos cine…
Vivimos toda la película totalmente ajenos a la supuesta angustia de Nina. Lo vemos, sí (gracias a la puesta en escena, la fotografía, los diálogos…), pero no lo sentimos. La única forma que encuentra Aronofski de sobresaltarnos es con su repetido uso de escatologismo fácil. La película es un fiasco en tanto que nunca logra que sintonicemos con las vivencias de los personajes. Sin empatía la película se hunde en su propia superficialidad.
Felicidades por el artículo Mónica, me gusta porque sigue la misma progresión que la propia película. Comienza reposado y va enloqueciendo, volviéndose convulso y, curiosamente, igual de atrayante (las palabras finales escritas en tropel, en simetría con ese clímax del estreno).
Lo fascinante de la película es cómo Aronofsky por fin consigue equiparar hasta sus últimas consecuencias el fondo y la forma de su obra: pegándose literalmente a una colosal Natalie Portman (por favor, el cambio en su mirada a medida que avanza la película ya vale ese Oscar) detalla minuciosamente cuán peligroso puede ser el proceso creativo, sus oscuros recovecos, el sacrificio necesario para llegar a crear Arte. Rodar a una mujer que se vuelve loca preparando ‘El lago de los cisnes’ es rodar también una versión loca de ‘El lago de los cisnes’, y dar cuenta cómo la locura traspasa lo mostrado y corroe a la puesta en escena. Sin el creciente efectismo que se va apoderando del film, hubiera quedado otra película fallida, hubiera sido un acto de cobardía de Aronofsky para consigo mismo pero sobretodo para con su protagonista. Si te pegas a ella durante todo el metraje, tienes que seguirla hasta el final, y si ella es el cisne negro eso debemos ver. No es escatologismo, es coherencia, la misma que no tenía ‘Requiem por un sueño’. Y, la verdad, es un gustazo ver una película como esta, tan cerrada en sí misma y a la vez tan directa que puede brillar sin necesidad de darle demasiadas vueltas.
Solo hay dos tipos de comentarios en esta página: o la pelicula es excelente en su ejecución o es una bazofia comercial. Yo todavía no la he visto, quizás lo haga hoy o mañana. Pero por aquí no hay como tener una opinión.
Los que la critican por comercial… que esperaban? Aronofsky, Natalie Portman… Eso ya se sabe antes de entrar en la sala. Si vas a ver algo que es rojo no digas después que no te gusta el rojo. Para eso no vayas a verlo.
Comercial estoy seguro de que es, pero dentro de ese mundo también puede haber películas interesantes y excitantes.
Yo llegue a la misma conclusión, Aronofsky nos a venido narrando lo mismo en todo sus largometrajes, amen también de una obsesión que tiene por la autodestrucción de sus personajes, eso si que como director si noto una gran maduración en comparación a sus anteriores trabajos, lastima esta no valla acorde a las historias que nos narra