La noche del mundo, de Fernando Ávila, Nacho Sacaluga y Carolina Meloni

Escrituras de la tierra

1La teoría lleva años jugueteando, acariciando el problema de la falta de imágenes frente a la tragedia. Las cuatro imágenes de los Sonderkommando, las imágenes perdidas de Rithy Pahn, el duelo sumarísimo ante lo que se considera la falla fundacional, el error clave del cine. A esto, sin la menor piedad, se le deberían contraponer dos argumentos. El primero es la existencia de imágenes en los sistemas totalitaristas modernos. Si quieren una prueba, no tienen más que bucear por el inmenso lodazal de los videos rodados por el Estado Islámico y podrán llevarse a casa todo el horror, llenarse las pupilas de pánico hasta reventar. Bien es cierto que no tienen cámaras de gas, pero porque lo suyo es un ejecutar como de zarzuela, ruedo y plaza pública, un gesto de Dios —alguien de ISIS se ha estudiado con calma a Foucault, no cabe la menor duda—, ejecutar con el gesto casi familiar, folklórico de la decapitación.

2Hacer cine sobre la desaparición.

3Hacer cine sobre la desaparición, esto es, hacer cine sobre la ausencia.

4Toda película tiene siempre un espectador que no podrá verla nunca y que dormita, al contrario, envuelto en el envés de cada fotograma. Siempre hay un fotograma-esquela que alguien escribe, un intento de domesticar la técnica cinematográfica para que pueda desprenderse de su aparataje tecnológico y se convierta en episteme. Se le pide mucho al cine, quizá más que a otras artes: se le pide toda la temporeidad, esto es, que pueda aguantar fijamente la mirada en aquellos desgarros históricos con la esperanza ciega de que algo quede sanado en el futuro. De ahí que siempre andemos a vueltas con una imagen-deuda, de la que La noche del mundo no evita ser parte, funcionando más bien a la contra como una imagen-homenaje. Su propuesta no termina en la simple radiografía del cadáver sino que termina apostando por una idea de comunidad, una idea global, inclusiva, sólida, incluso me atrevería a señalar que desesperada.