El tratamiento de la paranoia americana según D.F.
La furgoneta se detiene en medio de una polvareda. Un par de «yurtas» languidecen en una estepa, aparentemente desolada. Se abre la puerta del vehículo y asoman, cámara en ristre, varios turistas. En el momento en que aparecen los primeros jinetes las cámaras empiezan a tintinear… Sin embargo, no es tan distinta la tienda de hoy a la de los dos días anteriores. Si los turistas reflexionan un poco (pero no lo harán) pueden pensar que los jinetes también se parecen a los de ayer. Y a los de anteayer. Pueden pensar que la joven nómada que les ofrece queso es la misma joven que dos días atrás les sirvió en un café. O que el hombre que lleva los camellos a abrevar es idéntico al chofer que les acercó a la ciudad. Y el niño que ahora monta el caballo es él que hace unos pocos días les pidió dinero en capital…. ¿Y si realmente fueran los mismos? ¿Y si las tiendas, los campamentos, las ciudades no son sino un inmenso decorado? ¿un montaje, un juego? Las celebraciones, los bailes, de la noche anterior son los bailes de hoy, de mañana, de siempre… Se representan una y otra vez para cada grupo de turistas. Todo es representación, simulación, juego….¿o es una paranoia?
[1] Clásico, sí, mal que pese a algunos, puesto que creó escuela.