Paranoid Park

Confusión, adolescencia, narración

Si algo queda patente tras el visionado de Paranoid Park es que si hay un cineasta capaz de captar ese estado de constante desorientación y transitoria belleza llamado adolescencia, ese es Gus Van Sant (como en tiempos  pudo haberlo sido Nicholas Ray). Sus personajes, convertidos en fantasmales figuras cinéticas, se mueven en flujos de ensoñación, poblados por mitos que emergen de las profundidades del deseo y la fascinación y que se erigen como tales en tan sólo un instante, sin necesidad de tradición, pero de forma absoluta, rotunda,  como los grupos de jóvenes que pueblan la pista de skate de Paranoid Park y que Alex contempla fascinado.