Óscar Aibar reinventa una vez más su carrera eligiendo para su cuarta película (si exceptuamos la producción para TV Rumores) el género del biopic. Tras su debut con un western atípico como Atolladero, y la continuación con el sci-fi ambientado en la España de los 50 que fue Platillos volantes y la tampoco convencional La máquina de bailar, comedia deportivo-romántica sobre un grupo de freaks enamorados del videojuego del título, esta vez el realizador nacido en Barcelona recupera la figura de uno de los dibujantes de comic patrios más inclasificables.
Manuel Vázquez, con el que Aibar trabajó en la revista Makoki en su etapa como guionista de historietas, fue conocido por ser el creador entre otros de Las hermanas Gilda, Anacleto, agente secreto, La familia cebolleta o Angelito pero también cultivó un género más adulto, por no llamarlo pornográfico, en sus historias para la revista El Papus por ejemplo, y el autobiográfico, con los Cuentos del tío Vázquez. Santiago Segura es el actor elegido para encarnar al dibujante, que también era conocido por ser un artista del timo y el sablazo. Vividor sería demasiado decir, pues estuvo varias veces en la cárcel por diversos motivos, entre ellos sus problemas con hacienda y la bigamia. Tuvo once hijos con siete mujeres. Tal vez sí fuese un vividor.
Todo esto lo refleja Aibar a la perfección en El gran Vázquez, con una estética de comic que se apoya en una fotografía colorista y en momentos puntuales recreada en los tonos sepia cercanos al blanco y rojo de ciertos tebeos de la época y en el discreto empleo de la infografía. Como ocurre casi siempre en este tipo de producciones se tiende demasiado al alzamiento de la figura del biografiado, estereotipando demasiado a los personajes malos. Del mismo modo, se redunda en exceso en determinados aspectos de su vida como sus fenomenales sablazos (y auténticos timos), pasando más de puntillas por otras partes no menos interesantes como sus relaciones con sus mujeres. El film se centra en los años 60 cuando el dibujante trabajaba para la editorial Bruguera donde coincidió con otro de los grandes del comic de humor español, Francisco Ibáñez.
Como los comics más populares del dibujante, El gran Vázquez es cine agradable y divertido, y también para todos los públicos, echándose en falta algo más de mala baba. El DVD no se excede en contenido adicional, destacando los audiocomentarios de Aibar y Segura y algunas imágenes del storyboard, aunque nada tienen que ver con los comics del biografiado. Los admiradores de Vázquez que no conservamos todos los tebeos de nuestra infancia estamos de enhorabuena ya que el estreno del film ha promovido la publicación de reediciones y compilaciones de la obra del autor, destacando la magnífica recopilación de 568 páginas Lo peor de Vázquez (Glenat, 2010).