La casa-árbol del terror XIV

El capítulo comienza con Bart y Lisa disfrazados como los famosos personajes Charlie Brown y Lucy Van Pelt, los conocidos como «Peanuts» creados por Charles Schulz en 1950. Recuentan sus respectivos botines de la noche de Halloween, pero con disgusto para Bart, ya que las golosinas de su hermana son mejores que las suyas —pues en su bolsa la gente ha echado cosas inservibles para el crío, desde chicles de nicotina hasta carnets de la biblioteca—. Comienzan a pelearse y en su lucha clavan a Homer en el pecho un atizador, quien para vengarse quema al abuelo mientras enrolla a sus hijos en la alfombra y les golpea, lo que enfurece a Marge, quien dispara a su marido con una escopeta recortada. De la sangre en la pared saldrá el título de este especial.

Tras la aparición Kang y Kodos al principio de este especial, donde disienten de la necesidad de emitir en noviembre un especial sobre Halloween —ya que ellos ya tienen su nave decorada con motivos navideños—, aparece en pantalla el título de la primera de las historias de miedo, Reaper Madness (Parca miseria), pieza basada en la novela de Piers Anthony On a Pale Horse (1983): la muerte llega a casa de los Simpson buscando a Bart, lo que provoca una persecución por toda la casa al modo de las de El show de Benny Hill (The Benny Hill Show, 1969-1989). Pero Homer mata a la propia muerte, por lo que crea un mundo en el que nadie falece, lamentándose de ello mientras tiene a la parca en su regazo: “Muerte, contigo la Fórmula 1 era más emocionante”. Sin embargo, al tirar los huesos de la parca al cubo de la basura no puede resistirse a ponerse su túnica, por lo que se convierte en el nuevo hombre de la guadaña. Uno de los cometidos será matar a su esposa, aunque logrará burlar a Dios, dándole bajo una manta el cadáver de una de sus cuñadas, disfrazada con un moño azul pegado con cinta aislante. Dios tratará de dar caza a Homer, quien huye sobre una motocicleta mientras un rayo de luz le persigue. Pero al atravesar una línea de ferrocarril, el rayo divino no puede seguir persiguiéndole, lanzando una interjección de lo más irónica: “Maldición, soy demasiado viejo y rico para esto”. Con ello logrará salvar la vida de su querida esposa y que la historia tenga un final feliz.

En Frinkenstein el profesor Frink gana el premio Nobel, pero su verdadera frustración es que no pudo arreglar su relación con su padre, a quien conserva congelado en una cámara frigorífica. Pero su progenitor, al ser resucitado, quiere un mejor cuerpo, por lo que va robando órganos a distintos habitantes de Springfield para auto-reimplantárselos, consiguiendo ser un verdadero monstruo. En Suecia —donde a las guardias de tráfico se las retrata desnudas mientras dirigen la circulación— su padre querrá congraciarse con su hijo, pero se volverá loco al ver tantos cerebros ilustres, pues comenzará a incrustárselos sobre el suyo.

Por último, en Stop the World, I Want to Goof Off (Paren el mundo que me quiero desmadrar) —una referencia a la famosa frase del personaje creado por Quino, Mafalda, quien decía reiterativamente “¡Paren el mundo que me quiero bajar!”—, los guionistas parodiaron el episodio de La dimensión desconocida (The Twilight Zone, Rod Serling, 1959-1964)  A Kind of a Stopwatch, pues gracias a un reloj mágico pedido a través de un anuncio encontrado en un comic de los setenta, Bart y Milhouse logran parar el tiempo para hacer sus típicas gamberradas. Pero en un determinado momento el reloj se romperá —“¡Qué bien, soy el segundo niño más guay de la Tierra!”, dirá Milhouse—, tardando años en poderlo reconstruir. Su pericia les hará salir indemnes del linchamiento al que iban a ser sometidos, pues Martin recibe por ellos una buena paliza al considerarle la turba el causante de todo ello. Sin embargo, la gran cantidad de tiempo pasado les hace parecer muy diferentes a los niños que fueron, por lo que Bart levanta las sospechas de su familia. Al final deberá compartir su juguete con su hermana, quien a cada pulsación del reloj transformará a su familia en diversas locuras: cohetes espaciales, muñecos de grandes cabezas, guías de TV con su foto en la portada, los 4 Fantásticos…