Se ha comparado Nightcrawler (íd., Dan Gilroy , 2014) con Taxi Driver (íd., Martin Scorsese, 1976), y hay parecidos estéticos. Pero es un error comparar a Louis Bloom con Travis Bickle. Bloom es un monstruo dentro del orden social, alguien que es y seguirá siendo tu vecino, con el que te irás a tomar copas y del que nada sospecharás, porque es como cualquier otro que ha comprendido como funciona la sociedad capitalista del siglo XXI. Bickle nunca llegó a comprender cuales eran las reglas del juego. Bloom es un firme defensor de ellas, las que promocionan que el fin justifica los medios, y que vivimos en una jungla, somos lobos esteparios… Bloom sí que es peligroso porque ya es un personaje común y no es un extravagante.