Notas previas a la sombra del monolito
Bajo la sombra del monolito que cumple medio siglo, el Festival de Sitges proyecta sobre nosotros otra imagen, la de su 51 edición, a punto de arrancar y con 2001 como referente, con sesión de gala antes de la clausura y sesión en torno a Douglas Trumbull y la creación de los efectos especiales de dicho clásico.
Una edición marcada por una larga lista de invitados que recibirán premios honoríficos y algunas obras ya destacadas en festivales previos. Entre los primeros un maestro del Fantástico, John Carpenter, que ofrecerá un concierto el sábado 14, M. Night Shyamalan (que presentará un avance de su próxima obra, Glass), Peter Weir, Ed Harris, Tilda Swinton (una de las protagonistas de Suspiria de Luca Guadagnino, obra que inaugura el Festival) y Nicolas Cage (protagonista de Mandy, thriller psicotrónico de Panos Cosmatos que también se verá durante el festival), Pam Grier, Josie Ho y Helga Line, entre otros muchos. En lo que respecta a películas, además de las citadas, tendremos oportunidad de valorar obras bien recibidas en Cannes, Venecia o San Sebastian como Lazzaro Felice (la Palma de Oro de Cannes ganada por Alice Rohrwacher, directora de El país de las maravillas), Burning (ganadora del premio de la crítica en el mismo festival, dirigida por Lee Chang Dong, autor de Poesía y Secret Sunshine), Under the Silver Lake (obra del autor de It Follows que recibía una acogida más tibia que entusiasta), The House That Jack Built (Von Trier de nuevo en Sitges tras Melancolia), Dragged Across Concrete (consolidando a Craig S. Zahler no sólo como un autor de culto sino también como un asiduo al festival), Mirai, mi hermana pequeña (el nuevo éxito de Mamoru Hosoda, autor de La chica que saltaba a través del tiempo, El niño y la bestia y otras obras vistas en el festival), In Fabric (de Peter Strickland, de quien en Sitges ya se disfrutaron Berberian Sound Studio y The Duke of Burgundy), High Life de Claire Denis, 10 Years Thailand (un proyecto conjunto con la participación de Apichatpong Weerasethakul) o Climax de Gaspar Noe (que traerá su equipo de bailarines para encerrarlos en esta ocasión en una discoteca local).
Pero además de los nombres más resonantes tendremos la oportunidad de ver (cómo no) cine coreano (After my Death, The Spy Gone North o Monstrum, entre las más destacadas según referentes asiáticos) y, específicamente, la reaparición de Kim Ki-Duk con Human, Space, Time and Human, una alegoría sobre la condición humana. De Japón nos llegan las comedias bizarras One Cut of the Dead (cine dentro del cine, con el asalto de zombis a un rodaje de zombis) y Fonotune ( cuatro personajes llamados Mono, Estereo, Análogo y Radio a la busca de un concierto en un mundo post apocalíptico) y las más severas Killing (Zan) de Shin´Ya Tsukamoto, (de quien se vio Nobi, un remake de Fires on the Plain) o Kasane, Beauty and Fate, con una actriz que copia cuerpos y rostros para ganar fama.
En la animación habrá ocasión (muy limitada por escasos pases) de ver producciones rusas como Hoffmaniada o Laika, Liz and the Blue Bird, el anime Maquia, con una adolescente que no envejece o la insólita Chuck Steel, The Night of the Trampires, que se podrá ver en pases nocturnos y se intuye muy gamberra.
Y el cine español, aunque muy presente en los cortos, se ve limitado en los largometrajes fuera de competición con las presentaciones de Superlópez de Javier Ruiz Caldera, basada en los comics de Jan, El año de la plaga de Carlos Martín Ferrara, basado en el best seller de Marc Pastor, el thriller La sombra de la ley de Dani de la Torre y 70 binladens de Koldo Serra. También Desenterrando Sad Hill de Guillermo de Oliveira, Ánimas de Laura Alvea y José Ortuño o The Invocation of Enver Simaku de Marco Lledó.
Hay más obras atractivas, por supuesto. Tenemos referencias curriculares de Au poste! (Quentin Dupieux vuelve a Sitges una vez más con la historia de un hombre interrogado como sospechoso de su propio asesinato), I Think We’re Alone Now (con dos personajes solitarios en un mundo abandonado, Elle Faning y Peter Dinklage), Apostle (prometedor thriller de Gareth Evans, autor del díptico The Raid), Pig (del director iraní Mani Haghighi, autor de la estimulante A Dragón Arrives), la india Tumbbad que mezcla dioses y humanos en una lucha contra malvados demonios, Lav Diaz, el filipino de las películas extensas con Season of the Devil (en esta ocasión sólo 3 horas 54 minutos para un “musical antimusical”), Fuga (de Agnieszka Smoczynska, directora de la sugestiva The Lure), Perfect (la búsqueda del cuerpo perfecto, con producción de Soderbergh y música de Flying Lotus), Overlord (de la factoría de J.J. Abrams, mezclando género bélico y terror), El ángel (producción almodovariana seleccionada por Argentina para los Oscar), An Evening With Everly Luff Linn (con Aubrey Plaza y Jemaine Clement, dirigida por Jim Hosking, autor de la inclasificable The Greasy Stranger).
Pero, tal vez lo más estimulante de los festivales, las apuestas a ciegas, probando si hay suerte y encontramos una obra que disfrutemos. Sitges tiene para todos los gustos y ahí van algunas propuestas: The Dark, Luz, Puppet Master: the Littlest Reich, Nancy, American Animals, Assasination Nation, The Night Comes For Us, Prospect, Clara, Artic, Siete cabezas, Beast, Freaks, Aniara, Ederlezi Rising, Diamantino, Await Further Instructions, Parallel…
Y, como decíamos, sobre todos ellos, el Monolito, imagen de un Festival que parece absorber de todas las fuentes del Fantástico y nos marca, en cierto modo, a muchos de nosotros. Vayamos a cobijarnos en él.