La agonía que sigue sufriendo la exhibición propició paradójicamente uno de mis dos momentos cinematográficos más felices del año, gracias al ciclo de reestrenos de ocho películas de David Lynch, que me permitió revisar Mulholland Drive en pantalla grande, experiencia inmersiva y gozosa como pocas. El otro momento tuvo lugar en el SEFF de Sevilla, con el extasiado visionado de ¿Qué vemos cuando miramos al cielo?, que encabezará inevitablemente mi lista de estrenos del año que viene y que lleva al paroxismo la tendencia que detecto en mis preferencias de este año hacia un cine más bien dulce (espero que no edulcorado), aun tratando problemáticas que no tienen por qué serlo. ¿Secuelas pandémicas quizás? De hecho, el título más áspero de todos, creo que con diferencia, es la miniserie The Beatles: Get Back, curiosamente la obra que más evoca el estado de confinamiento de todas las que se han colado en mi top; también un bautismo personal con los reality shows que me ha permitido comprobar en mis propias carnes el poder de adicción del formato.
Y como buena parte del tiempo que dedico al cine se lo llevan las obras pretéritas, qué menos que dejar una relación de las que más me han gustado de entre mis primeros visionados:
01. History Is Made at Night (Frank Borzage, 1937)
02. The House on Trubnaya (Boris Barnet, 1928)
03. Clothes of Deception (Kôzaburô Yoshimura, 1951)
04. Only a Mother (Alf Sjöberg, 1949)
05. Song of the Corn Field (István Szöts, 1947)
06. The Edge of the World (Michael Powell, 1937)
07. Gone to Earth (Michael Powell & Emeric Pressburger, 1950)
08. The Balloon (Yûzô Kawashima, 1956)
09. Remous (Edmond T. Gréville, 1935)
10. Farrebique (Georges Rouquier, 1946)