El terror más allá del cotidiano
Huracanes en Miami con tiburones en las calles, masacres en las zonas de guerra ucranianas, asesinada a golpes una joven por no llevar el velo acorde con la policía de la moral iraní, miles de toneladas de metano vertidas al aire cerca del círculo polar… nada tan apocalíptico como seguir las noticias diarias. No hay futuro porque el apocalipsis ya está aquí.
Y, sin embargo, el Festival de Sitges trata de rivalizar actualmente con tanta desgracia, mostrándonos los terrores extraordinarios o cotidianos de nuestras sociedades, para reflexionar, reírnos o tomar distancia con el terror real. Citamos a continuación diversas propuestas, haciendo caso omiso de la sección en la que estén, en competición o fuera de la misma, fantástica, órbita, noves visions (dónde suelen estar las propuestas artísticamente más atrevidas), animación o documental.
Con las sesiones a las puertas podemos asomarnos a los terrores que se nos promete. Tenemos algunas obras esperadas, como Pearl, la precuela de X de Ti West, o el último (¿realmente?) episodio de Michael Myers en Halloween Ends, la Venus de Balagueró o Mantícora, la nueva de Carlos Vermut. Pero tenemos también a clásicos de Sitges como Strickland (Flux Gourmet), Miike (de nuevo el Mole song) o Dupieux (por partida doble, Incroyable mais vrai y Fumer fait tousser), Lorcan Finnegan (director de Vivarium) que regresa con Eva Green y Nocebo o Guillaume Nicloux (The End, Valley of Love) quien nos presenta un vecindario encerrado en su edificio en La tour.
Además de todos ellos tenemos obras muy prometedoras o muy anticipadas como You Won’t Be Alone, una historia de brujas que cambian de cuerpo en la Macedonia del siglo XIX y con cierto estilo Malick, para lo bueno o para lo malo, Enys Men, del director de Bait, Mark Jenkin, dónde el documental se mezcla con el terror, Glorious con un hombre que recibe mensajes desde un wáter, Deadstream (comedia desaforada con supuesto found footage) o Megalomaniac, con las vocaciones que se despiertan en los hijos del carnicero de Mons (un personaje real de la crónica negra de Walonia).
De Asia, y muy concretamente de Corea, llega un puñado de thriller dinámicos dónde destacaría Hunt, dirigida por el protagonista de The Maiden y El juego del calamar, o un film de catástrofes, Emergency Declaration, en el cual un vuelo transcontinental sufre numerosos incidentes o Project Wolf Hunting dónde un motín de prisioneros en un barco se complica con una inesperada presencia paranormal. La 5ª vértebra torácica (con un colchón ambulante) y Demigod parecen conformar, por su parte, una prometedora sesión doble de madrugada. Everything Will Be Ok es la enésima revisión de Rithy Pann de los genocidios asiáticos recurriendo en esta ocasión a una fábula animada con animales y Martika Ramírez elabora en Leonor Will Never Die una obra metacinematográfica.
En el ámbito del cine español, aparte de los referidos retornos, cabe destacar que, después de Pieles, Eduardo Casanova propone un conflicto familiar en La piedad. Por su parte, Unicorn Wars es un subversivo historia de animación con guerras entre animales llevada a cabo por Alberto Vázquez, director de Psiconautas y otros cortometrajes que también se podrán ver en el Festival. La Cerdita de Carlota Pereda crece, pasando del corto a un largo definido como una Carrie extremeña.
El sector norteño aporta varias propuestas destacando Speak No Evil (tremendamente malrollera, en especial para padres progres), Pesadilla y Ego. De los sugerentes países del Este llega otro folk horror, Nightsiren, con uno de esos regresos al pueblo de los ancestros que nunca debieron realizarse, Piaffe (ambas premiadas en el reciente festival de Locarno) y We Might as Well Be Dead, con una comunidad en crisis y ecos de la antes comentada La tour.
Si queremos buscar origen anglosajón, habría que centrarse en Something in the Dirt, dónde Aaron Moorhead y Justin Benson (El infinito) sitúan en paralelo la investigación de efectos paranormales con la fractura de una amistad, Lola (dónde una máquina de 1941 permite ver el futuro punk) y After Yang en la que Kogonada toma en a un ciborg defectuoso para contemplar la evolución de una crisis familiar en una obra sensible y bella.
A nivel argumental, siempre hay criaturas que causan problemas. Y si Pearl es una niña con la que es mejor no cruzarse, también podemos contemplar sendas crisis infantiles en las prometedoras Vesper, Mal de ojo, Les cinq diables y Blaze… aunque otros, como los protagonistas de Kids vs Aliens o Slash/back (estas sí, orientadas al público juvenil) tienen capacidad organizativa y valentía suficientes para enfrentarse a grupos de alienígenas invasores.
En el ámbito de la animación (más allá de Panh y de la aportación que de esta técnica se hace en Blaze) habría que destacar obras japonesas como Battlecry, Dozens of Norths y Inu-Oh (de Maasaki Yuasa, director de Night is Short, Walk On Girl), meditando ambas sobre la creación artística.
Quedan, aparte de todas ellas, cientos de obras, en la sección Órbita, en Midnight X-treme, Documentales, en la sección Seven Chances o sesiones especiales, junto a las presencias de famosos como Edgar Wright, Neil Marshall o Dario Argento, entre muchos otros, que acuden para recibir homenajes a los que podemos sumarnos. Sin embargo, no voy a alargar la lista. Ahora toca que cada uno haga su selección y la pueda disfrutar.