Festival de Sitges 2022. Volumen 3

Epílogos varios

El terror que habita al Este

Desde hace unos años, los antiguos países del Este traen diversas propuestas a Sitges, alguna vinculada al terror más balcánico, otras a entidades menos corpóreas y algunas explícitamente situadas en el ámbito del horror rural. Tuvimos este año un par de experiencias interesantes. You Won’t be Alone, coproducción anglosajona y serbia, rodada y ambientada en Macedonia, sigue la peripecia vital de una joven poseída por una bruja quien, al escapar a su poder, toma diversos cuerpos. En contra de lo esperable, la película de Goran Stolevski no es tanto una película de horror como una historia de descubrimiento del mundo, de las sensaciones y, finalmente, de la felicidad. La joven, encerrada en su infancia por su madre en una cueva para ocultarla (inútilmente) de la bruja, será un animal sin criterio moral alguno y también un ser que desconoce las normas más elementales de este mundo, cómo se vive y cómo se nace, que ayuda y qué mata, la noche y el día… Será a medida que adopta diversos cuerpos cuándo ella descubre el esfuerzo, la colaboración, las traiciones, la violencia, el placer del sexo y el amor. Pero, más allá del interés argumental, Stolevski desarrolla el argumento con una puesta en escena muy adecuada. A la semioscuridad de la caverna en la que durante años sólo conocerá un pedazo de cielo (por dónde cree entender los deseos de la luna y las nubes), le sucede el conocimiento progresivo con la vegetación, el agua que fluye en los arroyos, el roce de las plantas en las manos o el firme de la tierra bajo sus pies, los animales que vuelan y los que corren, aquellos que pueden comerse y aquellos de dos patas de los que debe desconfiar… la cámara recoge (con numerosas elipsis que se intuyen a medida que se adapta mejor a cuerpos de personas de mayor edad) con planos de la vegetación, los arroyos, el cielo o los cuerpos la progresiva humanización de la protagonista, ora en un cuerpo, ora en otro. Finalmente Stolevski le planteará una decisión moral, dando pie a que You Won’t be Alone se defina como una bellísima fábula.

Nightsiren

Nightsiren (Tereza Nvotova)

Nightsiren es, por su lado, otra notable cinta en la que el terror deja de estar causado por las brujas para ser debido a los humanos por, precisamente eso, su falta de humanidad. Charlotte regresa a su pueblo natal en las montañas atraída por una supuesta herencia. No tarda en darse cuenta de que la información es falsa y de que su presencia levanta grandes suspicacias en el lugar. Tereza Nvotova deja claro que, pese a las continuas referencias a unas supuestas brujas, la maldad radica en unos hombres embrutecidos (con los que se sentirían muy a gusto los hermanos protagonistas de As bestas) para los cuales el me too es una referencia alienígena. La directora checa consigue mantener el interés pese a un argumento complejo que mezcla inteligentemente la presencia del fantástico con una trama (¿racional?) repleta de envidias, abusos, maltratos y violencia. Mientras las brujas macedonias poseían cuerpos humanos, los humanos checos parecen ser diablos que anhelan encontrarlas.

El retorno del cine coreano

Sitges fue durante años la puerta de entrada de las grandes obras del thriller y del fantástico coreano. Esta tendencia se interrumpió antes de la pandemia y la edición actual ha significado un agradable reencuentro con el ritmo frenético, las peleas y explosiones y el peculiar humor coreanos. La celebración se extendió más allá de las salas de cine con recepciones a directores y actores en alfombra roja, algo que había sido, si no menos frecuente, sí mucho menos popular. Testimonio de ello fueron las entradas de directores y actores de diversas obras y, entre ellas, la de Hunt, cuyo principal protagonista y director era Lee Jung-Jae, protagonista de El juego del calamar, un reclamo que posiblemente ha atraído a más público a las salas a ver una cinta coreana que ninguna otra estrategia de publicidad anterior.  

Hunt es uno de esos thrillers que parecen atraer a todos los directores coreanos. Una mezcla de intriga y acción en la que el perfil moral de los protagonistas no sólo parece antagónico sino que puede invertirse durante la trama, pareciendo que hasta un momento dado ambos fueran contemplados a través de un espejo. En este caso nos encontramos en la década de los 80 cuándo el gobierno golpista establecido en el poder padece una infiltración de Corea del Norte. Los dos máximos responsables de distintas unidades policiales (la CIA Coreana y la policía internacional, hasta ahí puedo explicarme) rivalizan por desenmascarar al topo entre luchas y sospechas mutuas. Hunt rivaliza con las narrativas clásicas de Le Carré y sus traslaciones cinematográficas, añadiéndole un elevado porcentaje de acción y violencia explícita. El debut en la dirección de Lee Jung-Jae es realmente sólido y agarra al espectador de principio a final aunque deja de lado las explicaciones sobre los conflictos políticos de la época, algo en lo que se profundizaba más en cintas como The Man Standing Next (Woo Min Ho, 2021), sobre la conspiración para matar al anterior presidente (también golpista) o A Taxi Driver (Jang Hoon, 2017) sobre la matanza de Gwangiu, sucedida precisamente durante la época y gobierno en los que Hunt transcurre.

De Project Wolf Hunting (Honsung Kim, 2022) baste decir que se usaron más de dos toneladas y media de falsa sangre para su rodaje. Los policías que custodian una veintena de presos en un carguero de Filipinas a Corea se ven sorprendidos por un asalto pero el conjunto de personajes se ven amenazados por otro pasajero totalmente inesperado y bastante malrollero. La trama no necesitaba demasiado para funcionar, orientándose a una colección de fracturas brutales y desgarramientos varios, así que los dos giros finales se antojan un tanto innecesarios. La pantalla ya está llena de sangre y la platea absolutamente entusiasmada. Trepidante y apoteósicamente violenta.

Project Wolf Hunting

Project Wolf Hunting (Honsung Kim)

Emergency Declaration (Han Jae-rim, 2021) es, por su parte, una suerte de recopilación de las viejas cintas de catástrofes aéreas o, si se prefiere, una versión dramática de Aterriza como puedas. A este avión le sucede de todo: un asalto, un ataque biológico, la pérdida de los pilotos, el seguimiento de la trama en tierra por parte de un policía cuya mujer está a bordo, la intervención de un ex-piloto traumatizado… realmente es impresionante ver la garra de los directores coreanos para atraparnos entre tanto cliché y mantener nuestro interés durante dos horas y media. Evidentemente no es una cinta nada original pero consigue su propósito.

Y, si deseamos algo original, también lo encontraremos en el cine coreano. Tan original que resulta incomparable. The Fifth Thoracic Vertebra (Park Sye-young) narra las andanzas… de un colchón. Un colchón, sí, que tras ser abandonado bajo la lluvia desarrolla una invasión de moho. De cuerpo en cuerpo, el colchón irá escuchando penas diversas mientras él (ella, ello…) va adquiriendo conciencia y arranca vértebras de sus ocupantes. La insólita propuesta carece de estructura (como el propio colchón) y avanza erráticamente. Sin embargo su melancolía se extiende a todos los rincones de la cama y la pantalla ante la sucesión de personajes tristes. Prácticamente todas las parejas que lo ocupan están en crisis y a las que no lo están el colchón les hiere de gravedad. Corea, bajo la lluvia, parece un país depresivo y el colchón encarna un estado de ánimo de escaso movimiento. Puntuales escenas dan el toque irónico y la cinta culmina con la extensión de los hongos cerca del río dónde el colchón parece haber recalado mientras recita los últimos deseos de una moribunda que antaño acogió, una lista de recados y recomendaciones para cuidar la salud…

Hasta Dupieux y más allá

Como vemos, pues, hubo comedia en diversos ámbitos, aun en los thriller o en las películas de terror. Pero un clásico de Sitges son las cintas de Quentin Dupieux. El director francés, antiguo colaborador de Cahiers, mandó hace unos años una de sus obras al festival y se ha convertido en asiduo, hasta que en esta edición se trajo un par de películas bajo el brazo para marcharse con un curioso premio ex aequo por el guion de ambas (parece, en sí, un chiste del jurado) y un premio a su carrera.

Fumer fait tousser (2022) es una acumulación de gag absurdos, tan divertida como limitada a nivel artístico dado que la construcción remite a show televisivos, al estilo de los Monty Python. Lejos de la construcción centrada en un personaje o eje central como fueran Rubber (2010), La chaqueta de piel de ciervo (Le daïm , 2019) o Mandíbulas (Mandibules, 2020) esta historia de unos émulos de los Power Rangers que matan a sus enemigos con humo de tabaco se dispersa en diferentes direcciones según unos u otros cuentan historias completamente absurdas. Totalmente hilarante (la anécdota de la trituradora no tiene precio), podía complementarse con su otra obra del mismo año, Incroyable mais vraie (2022). En esta ocasión Dupieux hilaba una leve trama que evoluciona de la ironía al sarcasmo para poner en tela de juicio la obsesión por la eterna juventud, relatando los avatares de una mujer que invierte su vida para rejuvenecer tres días al pasar por un peculiar túnel del tiempo y un hombre que se implanta un pene eléctrico. Aun sin alcanzar las cotas de absurdo de Bajo arresto (Au poste!, 2018) o La chaqueta de piel de ciervo ni superar las cotas de risa de la anterior, esta propuesta aparece como más elaborada en su ambición y en el trazo de los personajes, algo menos grueso que en otras ocasiones. Pero que no se preocupen sus fans, la risa sigue estando asegurada.

Fumer fait tousser

Fumer fait tousser (Quentin Dupieux)

Y si de comedia hablamos, no hay que ignorar la esperada Deadstream (Joseph y Vanessa Winter, 2022), una divertida noche en casa encantada retransmitida en directo por internet que fue para mí el visionado más divertido del festival. Shawn Ruddy (el mismísimo Winter), una suerte de Jackass fracasado, opta por tal solución para recuperar audiencia y dinero embarcándose en una misión suicida en la que puede suceder, sucederá. Así pues, la casa está realmente encantada y el cobarde y torpe Ruddy deberá enfrentarse a fantasmas y brujas que le acechan y engañan para poseer su alma. La comedia se enriquece no sólo por un guion hábil (producto también de los directores) lleno de giros y referencias (Carpenter, El sexto sentido, Evil Dead, La bruja de Blair…) sino por ir más allá de las cintas de found footage, enriqueciéndola con una puesta en escena mediatizada por el uso de diversas cámaras que se activan con el movimiento y los comentarios en directo de los seguidores del programa que, simultáneamente, pueden animar o increpar al protagonista. La modesta Deadstream fue no sólo un hito del festival sino que podría ser una comedia de culto.

Animación

Aunque la obra animada que obtuvo mayor resonancia fue la referida Unicorn Wars, hubo diversas obras destacables. La japonesa Dozens of Norths (Koji Yamamura, 2021) era una bellísima errancia a lo largo de páginas y páginas dibujadas en blanco y negro o en tonos muy suaves. La película es excesivamente ensimismada y el espectador se pierde en un onirismo que (como sucediera en el Mad God de Phil Tippet, vista el pasado año) emula a El Bosco. Pero es tal su triste belleza que no cuesta nada ni resulta desagradable dejarse mecer por sus imágenes, entre nostálgicas y sorprendentes. Aun desde un punto de vista oriental, en esta peculiar travesía por mundos extraordinarios se adivina una ironía común con las descripciones que Gulliver hiciera en sus viajes. Dozens of Norths atrapa al espectador en un rumbo sin fin lleno de melancolía.

En el otro extremo, explosiva de dinamismo y fuerza vital, y tan meritoria como la anterior, Inu-oh (Masaaki Yuasa, 2022) narra la historia de un monstruo-hombre que dio pie al teatro Noh. Obra que recurre a un dibujo de personajes grotescos (como ya sucediera en Night is Short, Walk on Girl y sus divertidos beodos) combinado con unos excelentes fondos que alternan con el preciosismo pictórico clásico, su historia mezcla fantasía y (notable) recreación histórica, cuentos de fantasmas y luchas de samuráis y, finalmente, conciertos de rock. La fábula nos lleva de la leyenda a la historia de Tomona, joven buceador que queda ciego al exponerse a la visión de una espada legendaria y acaba siendo un maestro de la biwa (instrumento de cuerda), para después narrar su encuentro con Inu-o, un personaje maldito al nacer. Ambos desarrollarán una nueva música y desenmascararán un noble asesino hasta que el destino les marque de modos distintos. Cinta nada complaciente, absolutamente rica en detalles visuales, despliega una trama en la que los personajes cambian de cuerpo y alma mediatizados por una música que, como sucediera en Lola, se anticipa a su tiempo. Con un doble clímax en el que la primera parte culmina en un prolongado concierto de rock, el destino de ambos se modificará según las decisiones asumidas. Yuasa realiza tres obras en una, describiendo el arte y la cultura clásicas, creciéndose en una historia cuya vertiente fantástica se prolonga hasta la actualidad e incluyendo una trama de engaños y traiciones palaciegas propias también de buena parte de la literatura nipón. Una obra realmente magna que evidencia que hay muchos más nombres de valor más allá del estudio Ghibli. Si El viaje de Chihiro (2001) reivindicó a nivel crítico y popular a Miyazaki, si Summer Wars (2009) llamó la atención sobre Mamoru Hosoda y Your Name (2016) sobre Makoto Shinkai, ya vamos tarde para reconocer el valor de Yuasa.

Inu-oh

Inu-oh (Masaaki Yuasa)

Y mucho más modesta pero en absoluto menospreciable, La otra forma (Felipe Guzmán, 2022) se llevó el premio de Anima’t. en un mundo dónde todo el mundo se esfuerza para que su cabeza y su cuerpo adopten una forma rectangular, hay quien todavía redondea. La propuesta de Guzmán, desarrollada con profesionalidad pero también con voluntarismo durante más de 7 años desde el inicio de la propuesta, evita deliberadamente caer en tópicos. No hay héroes ni villanos, no hay historias románticas. Sólo se pone en evidencia la obsesión, tal vez la necesidad, de encajar a nivel social. Para ponerlo en imágenes narra la historia de un personaje que, como tantos otros, aspira a, literalmente, encajar en una contenedor que será situada con otras y lanzada al espacio, como un símbolo de triunfo o notoriedad. La disparatada situación se complementa con la historia de una actriz cuya cuadratura se redondea inesperadamente y la de un personaje a quien le cuesta encajar y cubre sus redondeces con cajas de cartón. A través de las peripecias de los tres personajes, y del inopinado final, Guzmán lanza una mirada crítica y amable sobre nuestras dependencias del qué dirán.

Hubo mucho por comentar y tal vez lo hicimos demasiado deprisa. Posiblemente podamos ampliar opiniones a propósito de algún estreno. Apetecerá por ello, plasmar un texto más amplio de alguna película entre las cuales cabe destacar el enfrentamiento siniestro Gordon Green vs Ti West… el resultado, más adelante en Miradas de Cine.

Selección Sitges 2022

Y, finalmente, de la cincuentena aproximada de títulos vistos, compartir docena y media de las propuestas más atractivas

  1. Mantícora (Carlos Vermut)
  2. La piedad (Eduardo Casanovas)
  3. Something in the Dirt (Aaron Moorehead and Justin Benson)
  4. Enys Men (Mark Jenkins)
  5. After Yang (Kogonada)
  6. Leonor Will Never Die (Martika Ramírez Escobar)
  7. Inu-oh (Masaaki Yuasa)
  8. Pearl (Ti West… y Mia Goth)
  9. Dozens of Norths (Koji Yamamura)
  10. Flux Gourmet (Peter Strickland)
  11. You Won’t be Alone (Goran Stolevski)
  12. Lola (Andrew Legge)
  13. Deadstream (Joseph y Vanessa Winter)
  14. Piaffe (Ann Oren)
  15. Jerk (Gisele Vienne)
  16. Summer Scars (Simon Reith)
  17. Unicorn Wars (Alberto Vázquez)
  18. La narrativa explosiva de los hemoglobínicos thriller coreanos: Hunt y Project Wolf Hunting

Festival de Sitges 2022. Volumen 2