Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion, de Rian Johnson

Puñales por la espalda: El misterio de Glass OnionDurante las navidades del 2017 el mundo se dividió en dos: por un lado, los que consideraban que el director Rian Johnson había arruinado la saga Star Wars con su Los últimos jedi, y, por otro, los que creían que había aportado una originalidad que no tuvo la entrega anterior (dirigida por J.J. Abrams). El sector del mundo cinéfilo que despreció la octava película de La guerra de las galaxias no dudó en acometer contra la figura de su director hasta conseguir que su imagen quedara puesta en duda en Hollywood. Johnson ya había ofrecido títulos muy interesantes como la reivindicable Looper (2012) o algunos de los mejores capítulos de la exitosa serie Breaking Bad. Cualquier duda que podía haber sobre el talento y la visión única de Rian Johnson se disipó con el éxito de Puñales por la espalda (2019): una comedia que jugaba con las convenciones del género del misterio y aún así conseguía tramar un whodunnit intrigante y extremadamente entretenido.

Netflix no pudo ignorar el triunfo que supuso el estreno de Puñales por la espalda (que incluso le valió a Johnson una nominación a mejor guion original en los Oscars) y convenció al creador para convertir el personaje del detective Benoit Blanc en el emblema de una nueva saga. Para ello cuenta con la interpretación de Daniel Craig, que pasa de abandonar una saga (la de 007) para meterse de cabeza en otra; y que pasa a convertirse para este propósito en el actor mejor pagado del mundo. La primera de sus secuelas es Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion, dirigida por el mismo Johnson y con un reparto estelar que cuenta, además de con el propio Daniel Craig, con intérpretes de primer nivel como Edward Norton, Kate Hudson, Dave Bautista o Janelle Monae.

Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion

En esta ocasión, el detective Benoit Blanc recibe una misteriosa invitación a la isla privada de un excéntrico millonario, allí los amigos del magnate tecnológico deberán jugar a resolver la fingida muerte de este. Por supuesto la trama se va complicando y, como ya sucedía en la entrega anterior, los giros argumentales se suceden uno tras otro y la historia juega de forma consciente con las convenciones de las historias de detectives. El misterio resulta algo menos atractivo  que en la entrega original, pero el carisma de los personajes y la evolución del interpretado por Craig facilitan que el espectador entre fácilmente en la historia y no que no sea capaz de apartar los ojos de la pantalla hasta que el caso esté resuelto.

El tono cómico y burlón de la cinta puede atragantarse a aquellos espectadores que disfruten del thriller detectivesco más convencional, porque los juegos narrativos de Johnson, al límite de la tomadura de pelo, son la principal causa del potencial desprecio por la película. La estrategia más vil que utiliza el director y guionista la encontramos en el punto de vista de la narración. La película cambia la perspectiva varias veces para que el espectador sepa menos de lo que saben los personajes e incluso de lo que cree saber el propio espectador. Esta idea está utilizada con maestría narrativa, pero da la sensación de que Rian Johnson hace trampas en su propio juego y resulta frustrante el hecho de no poder fiarse de ninguno de los personajes que aparecen en pantalla. El director usa el tono paródico del filme como excusa para su propia deshonestidad narrativa que, aunque resulta fascinante y sorprendente en un primer visionado, resulta algo ingenua después de la reflexión. Esta estrategia no debería pillar a nadie por sorpresa, en Puñales por la espalda ya utilizaba una idea parecida: incluso los testimonios más fiables del caso pueden ser poco más que una ilusión.

Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion

A nivel narrativo, a pesar de las licencias que se toma, la película funciona como un reloj suizo, intercalando divertidos momentos distendidos con escenas que conducen la trama de forma magistral, exactamente hacia donde debe ser llevada. Particularmente, la comedia funciona de forma brillante, siendo incluso más divertida que su predecesora. La crítica a las estrellas de la era tecnológica en la que vivimos (CEOs de grandes empresas y celebrities de redes sociales) se realiza de forma punzante con chistes muy actuales y con retratos caricaturescos de figuras reconocibles en nuestra sociedad. Incluso algunos elementos del propio misterio son resueltos con un tempo cómico que el guion y, en particular, Daniel Craig dominan a la perfección. Incluso visualmente la película es más luminosa que la entrega previa, usando el Mediterráneo como paisaje idílico donde desarrollar la acción. Si la estética de Puñales por la espalda evocaba a la estación otoñal (vestuario y diseño artístico incluidos), Glass Onion es puro verano y transmite un tono lúdico y vacacional en cada plano.

Glass Onion es una película que van a disfrutar los entusiastas de la primera entrega porque sus éxitos son los mismos que los de Puñales por la espalda: construir un misterio que consigue mantener al espectador en tensión y sorprender con su desenlace, con un tono cómico que subraya la absurdidad de ciertas figuras de las clases sociales altas. Dicho esto, aquellos que vieron el filme de 2019 y la consideran un ejercicio infantil, cuyo procedimiento detectivesco tiene fallos por todas partes, probablemente tengan la misma opinión de esta secuela.