El sexto día del Festival de Sitges dio el pistoletazo de salida con el pase matinal de Poor Things (Yorgos Lanthimos) y concluyó con la entrega de la Màquina del Temps que J.A. Bayona recibió por su trayectoria. Por medio, algunas películas como la japonesa Best Wishes to All (Yuta Shimotsu), el segundo largometraje de Demián Rugna o The Uncle (David Kapac, Andrija Mardeşić) calaron con fuerza en el público, destacándose en sus respectivas categorías. Durante el séptimo día, una gran afluencia de espectadores se ha vuelto a acercar a la costa del Garraf con motivo del inminente inicio del puente, estrenando el último tramo de esta edición, que ha batido récords en la venta de entradas. Después de incontables proyecciones, la programación sigue sorprendiendo con propuestas muy distintas, complicando cada vez más la decisión de un palmarés final; indicativo del momento de fortuna que vive el cine de terror y fantástico.
Hollywood 90028 (Christina Hornisher, 1973) (Sitges Clàssics – Ciudad Pánico)
A propósito de la publicación de Ciudad Pánico, el festival dedica una selección de películas que inspiran el libro y sitúan la urbe como representación del terror. Entre varios títulos de renombre, algunas joyas a reivindicar como la memorable God Told Me To (1976) de Larry Cohen o la película que ocupa este texto son incentivos para acompañar la lectura y descubrir un cine sumamente valioso. Hollywood 90028 es el único largometraje de la directora Christina Hornisher; una obra deslumbrante que funciona como una actualización en clave underground setentera de El fotógrafo del pánico (1960) de Michael Powell. La acción transcurre en Los Ángeles y sigue a un camarógrafo asesino que trabaja grabando películas pornográficas. La motivación perversa de su personaje no se llega a desvelar con claridad, sin embargo, el poso dramático del tipo se va acentuado cuando se enamora de la actriz de una de sus escenas. La relación de ambos versará sobre los sueños frustrados que encierra la ciudad, contándose sus aspiraciones y soledades. A través del tratamiento de la imágen y un uso del montaje prodigioso —filmando una de las escenas de cama más rompedoras y bellas—, la historia de Hornisher se revela en última instancia como un alegato contra la imposición y la industria, estallando en una imágen final de una contundente carga alegórica. Una película brillante y desoladora, llena de ideas visuales que reflexionan sobre la propia naturaleza de la imágen y la posibilidad del amor en mitad del caos urbano.
Stopmotion (Robert Morgan, 2023) (Oficial Fantàstic Competición)
Tras diez años de producción, el director británico de cortometrajes de animación Robert Morgan da el salto a la gran pantalla con una película híbrida que reflexiona sobre el proceso creativo y su propia concepción. Siguiendo el sello autoral que precede su obra, Stopmotion reúne sus enfermizas inquietudes para cuestionar su procedencia, relatando una historia que bien podría servir como making of de la misma. Esta narra la relación de una artista de animación stop-motion que no logra encontrar su voz en aquello que filma, atada emocionalmente al trabajo previo de su madre. Sin embargo, a través de un sacrificio autodestructivo y animal —y con la ayuda de una misteriosa niña—, el milimétrico y terrorífico relato que crea la protagonista irá tomando forma frame a frame. Esta exigencia por el absoluto de la obra llevará a confundir realidad y ficción, extendiendo su vocación final hasta límites que solo la alucinógena Bliss (2019) de Joe Begos ha podido cruzar. Por amor al arte, Stopmotion funciona como una pieza eminentemente autoral que opta por defender una posición creativa compleja y original con los riesgos que comporta.
La sociedad de la nieve (J.A. Bayona, 2023) (Sesiones Especiales)
Después de un emotivo montaje donde personalidades como Naomi Watts, Belén Rueda o Guillermo del Toro felicitaban a Bayona por su merecida Máquina del Tiempo, pudimos descubrir la visión del director catalán sobre la tragedia que en 1972 sacudió Latinoamérica: el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, donde viajaba un equipo de rugby junto a familiares y amigos, se estrelló en plena cordillera de los Andes a pocos minutos de llegar a su destino, Chile. En él iban 45 pasajeros, de los que 29 sobrevivieron al accidente. Pese a explicar la misma catástrofe que Frank Marshall desarrolló en 1993, La sociedad de la nieve no es un remake de la exitosa ¡Viven! Bayona parte del libro homónimo escrito por el periodista Pablo Vierci, compañero de colegio de los supervivientes, a quien el cineasta conoció durante el rodaje de Lo imposible (2012). Seleccionada para representar a España en los Oscar y después de clausurar el Festival de Venecia, llega a Sitges esta espectacular odisea en la que la inmensidad de los glaciares pone a prueba a un grupo de jóvenes que se aferran a la vida gracias a la fe y el amor mutuo. Un apabullante duelo entre naturaleza y humanidad contado en voz en off donde despertar cada mañana fue sinónimo de renacer. Una carrera a contrarreloj espectacularmente rodada, con una escena, la de la colisión, que permanecerá durante mucho tiempo en nuestras retinas. Majestuosa y bella, La sociedad de la nieve se revela como, posiblemente, la mejor película de un director que, en 2007, llegaba al Festival de Sitges con su ópera prima, El Orfanato.
You’ll Never Find Me (Josiah Allen, Indianna Bell, 2023) (Panorama)
Una caravana aislada azotada por una fuerte tormenta, un siniestro inquilino presentado con planos desenfocados que generan desconfianza y una misteriosa y evasiva mujer joven que pide cobijo. Estos son los elementos centrales de You’ll Never Find Me, una película de terror donde la tensión y el suspense tienen el protagonismo sin dejar lugar para los jumpscares. Los directores Josiah Allen e Indiana Bell combinan con acierto los dos personajes y el claustrofóbico espacio construyendo una atmósfera cargada desde el minuto cero, creando incomodidad constante y obligando al espectador a preguntarse “¿pero qué está pasando?” a cada segundo. La cuidada iluminación, o mejor dicho una trabajada ausencia de ella, enfatiza la opresiva atmósfera de la caravana, encerrando a los dos personajes en una desagradable convivencia recordando a Calle Cloverfield 10 (Dan Trachtenberg, 2016). Los planos detalle de objetos y gestos, junto con la elegancia de los planos y los movimientos de cámara, capturan las inquietudes y miedos de cada personaje, mezclando ambos puntos de vista para no saber hasta el final de quién fiarse. Todo a merced de un argumento que se vuelve más turbio y macabro a medida que avanza, llegando a un clímax escalofriante en un guion repleto de detalles e ideas que dan que pensar.
Hundreds of Beavers (Mike Cheslik, 2023) (Noves Visions)
El delirante cartoon de croma y nieve de los creadores de Lake Michigan Monster (2018) es una divertidísima propuesta que entronca la pirueta y la agilidad del slapstick con la soltura adolescente de los Daniels. Atribuyendo las dinámicas de un videojuego de supervivencia y gestión de recursos, la historia se desarrolla en base a la repetición de ensayo y error, proponiendo otros códigos de lectura y relación con las imágenes. En su iconografía —marcada por el grano y el blanco y negro— Hundreds of Beavers recrea la estética del cine mudo, con sus ajustes de formato y particularidades que resaltan el elemento sobre la escenografía. Sin embargo, no solo funciona como un homenaje a un tiempo concreto —las referencias sobre Buster Keaton son más que evidentes—, sino que encuentra su propia voz actualizando estos códigos a través de una artesanía digital, mediante la incorporación de la animación y vfx. Además, su aventurada y desvergonzada vocación es llevada a cabo con un control admirable, logrando un dinamismo incesante que funciona a pleno rendimiento a lo largo de dos horas. Un soplo de aire fresco de pasión y originalidad.
La teoría universal (Timm Krögger, 2023) (Oficial Fantàstic Competición)
Durante las últimas décadas, la idea del multiverso ha irrumpido en el cine de género con una fuerza sin precedentes. Desde Las vidas posibles de Mr. Nobody (Jaco van Dormael, 2009) hasta la reciente y multipremiada Todo a la vez en todas partes (Dan Kwan, Daniel Scheinert, 2022), pasando, claro, por el universo cinematográfico de Marvel y la aclamada filmografía de Christopher Nolan. Sobre esta misma idea se construye La teoría universal. Sin embargo, resulta difícil trazar algún tipo de paralelismo entre la película de Timm Krögger y alguna de las citadas anteriormente. Ambientada en un congreso sobre física cuántica, en un hotel ubicado entre las infinidades del blanco nuclear de los Alpes suizos, seguimos a un joven físico en la recerca de una teoría que unifique las grandes corrientes de la física moderna: una teoría del todo. Es difícil no dejarse fascinar por su elegante blanco y negro, por sus bellísimos claroscuros, o por los estilizados movimientos de cámara, que remiten inevitablemente al noir clásico. O por su atmósfera enrarecida y seductora, que por momentos nos aproxima al cine de Lynch. La teoría universal es, sin ningún atisbo de duda, la película más bella presentada en este Sitges 2023. Lo es por su deslumbrante y arrebatadora fotografía, pero también por su historia de amor imposible, que se extiende por el multiverso para imprimirse en una pantalla de cine, en forma de sentido homenaje al séptimo arte y a sus inagotables contingencias.