Rebelión a cámara lenta
El controvertido director de cine Zack Snyder vuelve a estar en boca de todos debido al reciente estreno en Netflix de Rebel Moon – Parte 1: La niña de fuego, primera parte de la épica espacial cuya secuela ya está programada para abril de 2024. La filmografía de Snyder cuenta con múltiples adaptaciones de marcas conocidas. Desde su primer largometraje, El amanecer de los muertos (Dawn of the Dead, 2004), que se trataba de un remake de la película Zombi (Dawn of the Dead, 1978) de George A. Romero, pasando por 300 (2006) y Watchmen (2009) basadas en los cómics homónimos, hasta su trilogía del universo DC (Detective Comics) con personajes tan emblemáticos como Batman y Superman, en todas ellas el director estadounidense insufla vida a ideas preconcebidas impregnándolas de su particular punto de vista y estilo visual. En el caso de Rebel Moon, como pasara con su película Sucker Punch (2011), Snyder crea un universo propio tan imaginativo y variado como las secuencias que sucedían en la cabeza de Babydoll, protagonista de la peli del 2011. Un mundo enorme, resultado de un batiburrillo de infinidad de influencias en el que todo tiene cabida, desde los viajes planetarios y criaturas a lo Star Wars al argumento que bebe de Los Siete Samuráis (1954) de Akira Kurosawa, todo presentado con la característica paleta de saturados colores y las imágenes sobrecargadas de detalles del director estadounidense.
Con los planetas del universo presentado en Rebel Moon subyugados por un poder tiránico, la película cuenta la historia de Kora (Sofia Boutella), una misteriosa granjera que oculta un pasado oscuro y lleno de violencia, la cual decide reunir a un grupo de rebeldes para proteger el pueblo donde vive y hacer frente a la amenaza del almirante Atticus Noble (Ed Skrein). Ahora bien, la trama de las películas nunca ha sido el punto fuerte de Zack Snyder, habitualmente priorizando a los personajes y su trasfondo por encima de una línea argumental que suele funcionar más bien como una excusa para que estos expongan su personalidad. En El amanecer de los muertos destacaba la convivencia de los supervivientes en el centro comercial, y El hombre de acero (Man of Steel, 2013) se centraba en Clark Kent autodescubriéndose como Superman y en su relación con el mundo, temática que se siguió explorando en Batman v Superman (2016) mostrando la reacción de los humanos (entre ellos el propio Bruce Wayne) ante la presencia del Kryptoniano. Rebel Moon, por lo menos esta primera parte, no es diferente y, de hecho, se siente más como una introducción del grupo de rebeldes protagonista, sirviéndose del viaje de Kora como base para ir introduciendo a los personajes uno a uno, cada cual con su propia secuencia de presentación, sea esta una escena de acción o un pequeño discurso donde explicar sus motivaciones. Sin embargo, estos “capítulos” se suceden atropelladamente sin dar tiempo ni espacio para que los personajes puedan construirse más allá de su introducción, dejándolos como poco más que una sombra sin personalidad ni peso real en la trama.
En el aspecto visual, eso sí, Rebel Moon es una delicia. Siendo Snyder un director que bebe a menudo del imaginario de los cómics, los entornos digitales y los sets se combinan para crear paisajes espectaculares y de gran belleza, ya sea en momentos de calma o en la acción más caótica. La fotografía, a cargo del propio Snyder, junta la artificiosa iluminación, la profundidad de campo y la elaborada paleta de colores para que entornos y personajes se luzcan en planos que parecen viñetas sacadas directamente de un cómic. Además, los planos detalle, abundantes y muy estilizados, se intercalan con frecuencia para enfocar todo tipo de gestos, como una mano soltando un grillete o alguien sembrando semillas en un campo, y para sacar a relucir objetos como un bastón o un arma de especial diseño. Por supuesto, abunda el uso de la cámara lenta, marca de la casa cuando se trata de la filmografía de Snyder, a menudo como recurso para invitar a la contemplación y enfatizar la composición de las imágenes. También en las escenas de acción, impresionantes coreografías de corte fantástico en las que la velocidad cambia sin cortes de cámara, la lentitud de la imagen ensalza la espectacularidad y el tono épico de la historia. A esto último también hay que sumar la magnífica banda sonora de Tom Holkenborg (también conocido como Junkie XL), habitual colaborador del director y cuya música siempre consigue engrandecer las imágenes que acompaña.
Rebel Moon está lejos de ser una película redonda. Presenta un mundo extenso y muy variado e introduce personajes de los que sería interesante aprender más, pero por sí sola, debido a la superficialidad del guion, esta primera parte carece de fuerza y personalidad. Pese a todo, es ágil y resulta entretenida, cuenta con escenas de acción espectaculares y, su característica más destacable, la fuerza visual con la que Snyder dota a todas sus películas. Y cámara lenta, claro, sobre todo mucha cámara lenta, que bienvenida sea cuando de Zack Snyder se trata.