Top 2023 – 2. Trenque Lauquen, de Laura Citarella

Misterios sin resolver

Trenque LauquenLa flor (Mariano Llinás, 2018), ambiciosa producción del más reciente cine argentino que tiene numerosos puntos de contacto con Trenque Lauquen como veremos, se inicia con un prólogo donde su autor explica ante la cámara el esqueleto narrativo del film esbozando un diagrama en el que aparecen representadas mediante una serie de sencillos trazos las diversas historias que se van a desarrollar a lo largo de sus casi 14 horas de duración. Mariano Llinás dibuja así una flor esquemática a modo de escueta representación gráfica de este monumental conjunto de relatos cinematográficos que se ramifican en una sucesión de subtramas que parecen no tener fin para sumergir al espectador en un océano de ficciones en el que corre el peligro de ahogarse. Dividida en tres partes de extenso metraje, La flor cuenta, según expone el propio Llinás, seis historias: cuatro que empiezan y quedan inconclusas, una que comienza y termina como un cuento, dice Llinás, y el episodio conclusivo, que se emprende in medias res para poner punto y final a todo el film. Asimismo, el director de Historias extraordinarias (2008) explica que estamos ante una obra (compuesta por una serie de relatos independientes) en la que se abordan distintos géneros que se entrelazan o se bifurcan componiendo una suerte de enorme mosaico ficcional que tiende a descomponerse para perderse voluntariamente en la divagación, deleitándose así en el puro placer de fabular para en último lugar zambullirse de pleno en derivas experimentales de carácter metalingüístico que sobrepasan los límites del relato clásico.

Trenque Lauquen

Como apuntábamos al comienzo de este texto Trenque Lauquen comparte con La flor una forma radical de concebir el acto cinematográfico que trasciende las similitudes superfluas que podamos rastrear en sus rasgos narrativos y estilísticos convirtiéndolas en sendas representaciones fílmicas de una libertad creativa alejada de las imposiciones de la industria tradicional. De hecho, las dos películas están amparadas por el colectivo El Pampero Cine, productora independiente de la que Mariano Llinás y Laura Citarella son fundadores junto a Alejo Moguillansky y Agustín Mendilaharzu, y ambas propuestas se muestran orgullosamente antagónicas al mainstream porteño más adocenado situándose en una periferia militante que reivindica el espíritu autoral en sus producciones. Trenque Lauquen parte de una estructura intrincada que asume orgullosa su condición de ficción a la deriva habitada por personajes incompletos (y perdidos), náufragos existenciales que intentan reconstruirse (y encontrarse a sí mismos) a través de la resolución de una serie de enigmas que actúan a modo de MacGuffin en una trama perpetua que se transforma y se reescribe continuamente creando una profunda sensación de extrañamiento en un espectador que termina implicándose de tal modo en la narración que acaba formando parte de este territorio fantástico (situado en un espacio geográfico real dotado de una rareza telúrica inherente) en el que conviven el thriller detectivesco, la road movie rural, el melodrama romántico de época y la ciencia-ficción costumbrista. De esta forma, el guion escrito por la directora Laura Citarella y la actriz Laura Paredes se estructura como una muñeca rusa compuesta por historias que contienen historias obteniendo una película río de caudaloso metraje que igual se pierde en un alambicado laberinto representativo de ecos borgianos que realiza una deconstrucción del relato desperdigando sus piezas mediante flashbacks o alternando en su decurso distintas perspectivas narrativas para descomponerse (y después intentar recomponerse) en un puzle fílmico misterioso y apasionante que se convierte en un experimento cinematográfico superlativo que parece funcionar mediante ensayo y error. Estamos ante un relato complejo y oscuro que posee una capacidad magnética para atrapar al espectador en una red de ficciones que no deja de plantear incógnitas irresolubles para abrir nuevos senderos tan peligrosos como hipnóticos en los que no podemos dejar de adentrarnos pese a ser conscientes de que posiblemente no nos lleven a ninguna parte. Trenque Lauquen es una película que asimila magistralmente toda la tradición fantástica de la literatura argentina que va desde clásicos incuestionables como Borges, Bioy Casares y Julio Cortázar hasta las magníficas novelas de terror de Mariana Enríquez y Agustina Bazterrica para componer un extraño objeto fílmico en el que lo poético y lo pulp se fusionan en una urdimbre de cuentos asombrosos que por derecho propio se ha convertido no solo en una de las películas esenciales del 2023, sino en una obra destinada a replantear el devenir del arte cinematográfico.

Top 2023 – 1. Fallen Leaves, de Aki Kaurismäki