Animalia, de Sofia Alaoui

AnimaliaLa directora y guionista Sofia Alaoui sorprende con una ópera prima que mezcla la representación de las diferentes clases sociales con una enigmática trama donde lo sobrenatural se cuela sutilmente para ofrecernos una bella película plagada de paisajes que dejan sin aliento. Ganadora del Premio Especial del Jurado en la sección World Cinema de la última edición de Sundance, Animalia trata temas como la maternidad, el machismo imperante de la sociedad marroquí y el fanatismo religioso.

Itto es una joven de origen humilde que tras quedarse huérfana se enamora de Amine, un empresario cuya prestigiosa familia pertenece a la clase alta. Los primeros planos, construidos como lienzos simétricos a los que nos acercamos lentamente con el uso del zoom sostenido, nos sitúan en una especie de palacio de lujo donde no falta el mínimo detalle. Escalinatas interminables, decorados espectaculares y jardines inhabitados que rápidamente chocan con el comportamiento de la protagonista, que se relaciona amablemente con las trabajadoras del hogar hasta que la señora de la casa interrumpe la conversación con una energía marcadamente autoritaria. Rápidamente entendemos que el choque entre la madre de Amine y su nuera nace de la naturaleza modesta de la joven, y que de haber podido escoger, hubiera preferido a una chica del mismo rango social que su hijo. Esta contraposición saldrá a flote a lo largo del metraje, cuando Itto se entremezcle con gentes de otros pueblos en su viaje a Juribga, donde se encuentra Amine junto a su familia tras el corte en las carreteras por el estado de emergencia que ha dictado el gobierno. La joven no tardará en darse cuenta de que el dinero no abre todas las puertas, y deberá ingeniárselas para obtener ayuda en una comunidad que no ve con buenos ojos el estrato social al que pertenece, ajeno a las realidades comunes de un pueblo que sobrevive a duras penas.

Animalia

La primera alarma salta cuando del lago cercano a la ostentosa villa surge una niebla extraña, dejando un profundo surco en la superficie del agua. Asimismo, una gran masa oscura invade el cielo, convirtiéndose en tormenta en el plano siguiente. Itto, colapsada por el miedo al encontrarse sola y embarazada, emprenderá una dificultosa aventura para reencontrarse con su marido. Vemos en las miradas recelosas de los hombres con los que va topándose un rechazo ante la figura de la mujer independiente. ¿Qué hace una joven embarazada alquilando una habitación para ella sola? Y lo más importante: ¿Dónde está el padre de la criatura?

El motivo del estado de alarma nunca queda claro. Nadie entiende la naturaleza del extraño fenómeno atmosférico que está invadiendo el ambiente e incidiendo en el comportamiento de algunos animales. Perros y pájaros parecen trastornados por los acontecimientos, destacando su sensibilidad frente a este tipo de sucesos. Por la televisión se habla de una invasión extraterrestre. ¿Y si entes no humanos han decidido invadir nuestro planeta a través de las bestias?

Animalia

La intención de Animalia no yace en la comprensión íntegra del relato sobrenatural. Sabemos que algo ocurre, y que esto tiene consecuencias directas en el funcionamiento de la sociedad. En cierto momento, la diferencia entre clases queda en un segundo plano cuando ricos y pobres se amontonan sobre sus alfombras para recurrir a la oración colectiva en busca de respuestas, o al menos, rezando por la salvación. Lo realmente abrumador en esta fábula fantástica es la construcción visual del apocalipsis, la visión poética del fin del mundo, en un ejercicio que roza lo esotérico, convirtiendo la segunda mitad del filme en una colección de imágenes apabullantes que más vale disfrutar en una sala de cine, dejándose hipnotizar por el excelente trabajo del director de fotografía Noé Bach.