Los títulos que componen la Enciclopedia de Seres Mágicos, creada y dirigida por el ilustrador francés Benjamin Lacombe pertenecen a esa clase de libros de gran formato en los que uno puede abrir por cualquier página y deleitarse con las ilustraciones, pero si nos detenemos a leer los textos, a revisar como estos están estructurados dentro de la obra, se dará cuenta de que se trata de algo más que eso. Actualmente la colección se compone de cuatro títulos: Las brujas, Las hadas, Los dragones y Los monstruos que nos ocupan, aunque próximamente se publicarán Fantasmas y Ogros y ogresas.
En las ilustraciones de Los monstruos, realizadas por Stan Manoukian (Paris, 1969) podremos encontrar todo tipo de personales revisiones de monstruos clásicos como Medusa, la criatura de Frankenstein, Cthulu, El Yeti etc. y también muchos otros menos conocidos, pero no por ello inventados, perteneciendo todos a unu o otro imaginario o folklore. Manoukian, que en la bio de su web se define como heredero de Gustave Doré, Franklin Booth, y Bernie Wrightson (ahí es nada, y también digo que probablemente no exagera) se dedica casi exclusivamente a dibujar monstruos desde 2007, y su pericia es fácilmente apreciable en el trabajo realizado para este álbum, repleto de criaturas que destacan por su detallismo y la limpieza de sus trazos. El trabajo, estructurado en capítulos, va revisando monstruos mitológicos, de feria, de los mares, de ficción, fabulosos, de la noche, legendarios y los fabricados por los humanos. Cada uno de estos capítulos se abre con una ilustración a página completa del monstruo elegido como más representativo y una breve narración relativa a este. Esto es un acierto que dota de personalidad a la obra. En lugar de colocar una descripción que a día de hoy cualquiera puede localizar en la web, los textos del autor francés Sébastien Perez proporcionan calidad literaria, de modo que el tomo puede así ser leído a modo de colección de cuentos o relatos breves, si bien no se puede decir que este orientado a un público demasiado infantil, dada su temática, sino a uno más bien juvenil (a partir de los diez años), pero igualmente disfrutable por un adulto desprejuiciado, o por los más pequeños si nos limitamos simplemente a las ilustraciones.
Tras cada uno de los monstruos principales que abren los capítulos, la doble página siguiente está ocupada por varios ejemplares relacionados con la temática que corresponda, cada uno de ellos con su ilustración y un breve texto narrativo que en esta ocasión sí, describe el aspecto y/o la historia de cada una de las criaturas. Cada una de las partes se cierra con algún listado de características o propiedades de los monstruos y sus correspondientes ilustraciones, agrupadas en base a sus atributos físicos, las cosas que les llevan a convertirse en monstruo, sus escondites, los rastros que dejan, los sonidos que hacen, los remedios que los humanos podemos utilizar contra ellos o dónde viven. Terminando de completar el trabajo, el libro está recorrido por un pequeño cuento, cuyos capítulos están intersecados entre las secciones, en el que un niño, Lucas, se ve convertido en monstruo a ojos de los demás embutido en un enorme traje de peluche, se esconde en los armarios para que los demás no le traten como tal, y de algún modo dotando de fisicidad a la metáfora del armario y el monstruo de la intolerancia con un final, por supuesto, feliz, que inculca ciertos valores de una forma sutil y elegante.