Animac 2025

We, animals

Tanto da el lema que se escoja un año u otro. Sé, cierto, que me repito. Pero no puedo menos que maravillarme un año más de la infinita capacidad de la animación para reflejar fielmente no solo las historias más diversas sino para recoger en imágenes las emociones, los sentimientos, más variados. Este Animac 2025, con sus secciones Talent.cat, Futur Talent, Curts, Retrospectives y Homenajes, ha demostrado, por enésima vez, la grandiosidad de lo pequeño. Porque pueden bastar 4 minutos, 25 a lo sumo, para narrar un episodio vital o plasmar una sensación… Y han probado hasta tal punto su capacidad de atracción incremental como para llenar las salas de la Llotja de Lleida y evitarnos a algunos acceder a una sesión cuyo éxito conllevó el lleno, la master class de Jordi Solanes, animador de la exitosa serie Arcane.

Tuvimos auténticos retazos de vida con Adiós (Jose Prats, 2024), la última salida de caza que un hijo y un padre comparten antes de que el primero marche al extranjero a ejercer medicina. O, en tono de comedia, Beautiful Men (Nicolas Kleppens, 2023), en la que tres hermanos calvos esperan en Estambul sendos trasplantes de cabello para recuperar su dignidad. La calidad de ambas propuestas, a nivel de dirección (definición de personajes en breves minutos, ritmo narrativo…) y de dibujo, elevaba ambas propuestas por encima de obras semejantes desarrolladas con personajes reales. Queda tal vez la duda, pese la calidad de ambas propuestas. ¿por qué animación? Sin duda, por que se puede. Por que la animación puede reflejar la tristeza de un padre ante la soledad inminente o la desazón del hijo al entenderla. Por que los malentendidos entre los tres hermanos, en la segunda propuesta, pueden mostrarse, con realismo asombroso, en los gestos y las expresiones de contrariedad o de ternura. No había duda alguna del motivo de la elección en Volcelest (Eric Briche, 2023), auténtico documental naturalista en el que una animación realista, en rico blanco y negro, prodigiosamente ágil, retrataba el devenir de un hurón, en sus esfuerzos por sobrevivir, por cazar sin ser cazado.

Animac - Adiós

Hubo propuestas de construcción más clásica, como Hurikan (Jan Saska, 2024) (de nuevo trazos en blanco y negro), hilarante after hours en la que un personaje (retratado como un jabalí) que debe recargar un bidón de cerveza sufre un sinfín de peripecias cómicas. O Tesoro (Carmen Álvarez, 2024), en la que la suerte de una anciana cambia cuando una bandada de pájaros empieza a ofrecerle joyas a cambio de las migas que ella les da. Y, aunque el tono también es de comedia desenfadada, ya sabemos que los pájaros no son muy de fiar…

La antología de Wendy Tilby y Amanda Forbis, aunque breve, reveló la capacidad de la pareja canadiense de autoras su capacidad de síntesis, desde el conjunto de cortos comerciales para la marca Suntory, a aquellos más personales en los que retrataban la cotidianeidad matutina y la fragilidad de la vida (When the Day Breaks, 1999, interpretada por animales antropomorfos que van incorporándose al frenesí matutino en la gran urbe), la vacuidad de personajes excéntricos (Wild Life, 2011) o, directamente, alguna anécdota que puede crecerse al nivel de un magistral corto (El marinero volador, 2022, trabajado combinando animación y collage sobre un personaje al que una inmensa explosión propulsó un par de kilómetros).
Merece la pena destacar no obstante aquellos cortos que, de uno u otro modo, buscaron la originalidad. En The Car that Came Back from the Sea (Jadwiga Kowalska, 2023) el trazo negro sobre blanco iba dibujando las imágenes que constituían los recuerdos del protagonista y la historia del viaje al Báltico que un joven polaco y sus amigos hicieron en un vehículo destartalado en una Polonia que, tras el telón de acero, disimulaba el hambre con vodka, una anécdota íntima y un retrato histórico. Un trazo simple, también, que de una llamada en espera alargada indefinidamente, dibuja una ciudad en bloqueo permanente y, tal vez, el surrealista, irónico e inevitable colapso final del mundo en On Hold (Delia Hess, 2024). Con una animación digital en 3D mezclada con pixelación de objetos y stop motion, Aferrado (Esteban Azuela, 2024) cuenta la historia de un sicario que trata de huir de su vida miserable pero no puede renunciar a un último trabajo para su jefe. Los escenarios tomados de la vida real, digitalmente retocados y animados, se retuercen, disgregan y desaparecen a medida que el destino del protagonista se revela como tan inevitable como funesto, fusionando forma de expresión con la propia historia. En tono mucho más alegre y en digital 2D, Flower Show (Elli Vuorinen, 2024) desarrollaba una historia frenética en la que una mujer ansiaba el amor aunque fuera a costa de limitar la vida a otras más jóvenes, una mezcla entre personajes reales y flores animadas con colores desbordantes.

Animac - The Car the Came Back From the Sea

Sin embargo, tal vez la más sorprendente de todas resultó ser Antes de la inundación (Antonio Lomas, 2024). Desarrollada al estilo de los dibujos animados infantiles más clásicos, la propuesta presenta la historia de cuatro peculiares personajes, narrada en off por la misma locución que acompaña los documentales de la 2. En este caso los insólitos protagonistas que nacen en el nido del zorzal no son las crías esperadas por la pareja de pájaros, sino que se trata de cuatro pequeños artistas, que deberán enfrentarse a los peligros de la Naturaleza. Contrastando la sencillez de la imagen y los rasgos naif de los protagonistas, con la historia de supervivencia se desarrolla una divertida e incisiva alegoría sobre la difícil vida de los artistas y su papel en un mundo que les es, por naturaleza, hostil.

Y aunque el reclamo del festival pueda ser para el gran público la exhibición de largometrajes animados de gran calidad (en esta edición con la atractiva The Storm, la oscarizada Flow y la magistral y bellísima Memorias de un caracol a la cabeza), Animac siempre valdrá la pena por permitirnos descubrir la multiplicidad de pequeñas joyas.