ATENCIÓN SPOILERS
Mad Men se acaba y con ella parte de nuestra vida. Por eso uno se puso a ver el episodio con miedo, como con los ojos abiertos y las manos tapando el alma dejando un resquicio con los dedos para ir palpando el trayecto. Don Draper va sin frenos y perdido hacia el The End postrero. Da pena, va hasta despeinado. Hace 3 llamadas de auxilio a las 3 mujeres de su vida. A su mujer Betty, a su hija Sally y a su heredera Peggy (por primera vez me doy cuentas que las 3 terminan en en doble consonante + y). A Betty le pide perdón, a Sally le pide futuro y a Peggy le pide piedad. En esa tercera llamada ya casi no se le entiende y todos tememos al suicidio en la instalación hippie de yoga en la que se ha instalado. Peggy le dice que regrese, que sigue siendo el mejor, que acepte la oferta de McCann. Él cuelga y se va llorando a una última sesión de apoyo donde un hombre feo, calvo y gris lamenta su vida. Jamás ha sido amado por nadie, ni nadie lo echara de menos cuando muera. Don se levanta de su asiento y abraza al hombre. Le aprieta fuerte, llora con él y el hombre de la calva gris deja de llorar. Draper se retira a la hierba y comienza a hacer sus ejercicios de meditación. En ese momento Don, el picaro, el buscavidas, el obsceno desgraciado hundido en su triunfo, se da cuenta de que él solo sirve para una cosa en este mundo: consolar a las personas grises con mentiras de colores. Con la publicidad. Haciendo anuncios. Entonces sonríe y vamos a la última canción, tan importante en cada episodio. Esta vez no va sobre los créditos sino sobre un videoclip vintage. A los pocos compases descubrimos que no es un videoclip sino un anuncio que todos hemos visto, tal vez el anuncio más famoso de la historia: unos hippies quieres lanzar al mundo un mensaje de paz, en un prado verde muy parecido al que se encontraba el propio Don hace unos segundos. Un mensaje de paz que realmente es de felicidad, mira tú por donde.
Por supuesto, el anuncio es de Coca Cola, la agencia que lo hizo fue McCann y el creativo Don Draper (aunque en la vida real fue Bill Backer).