The Wire, sus dialectos y slang
Se ha hablado mucho del trabajo de realismo que han llevado a cabo David Simon y su equipo en The Wire. La verosimilitud como eje sobre el que apoyar una trama de ficción, pasa en esta serie por retratar el auténtico Baltimore, rodando en sus calles y conociendo en primera persona a la gente que vive la realidad que ellos están reproduciendo. Simon ha insistido en decir que The Wire es su visión de una realidad, y cita a Picasso cuando decía que “El arte es la mentira que nos permite comprender la verdad”, pero lo cierto es que el periodista, guionista, productor y creador se ha tomado muchas molestias en no desvincular esa ficción de la verdad que trataba de hallar en la mentira.
El trabajo de acercamiento al tema y de reproducción de la realidad en The Wire tiene tras de sí un amplio y detallado proceso de documentación que se inicia en la propia experiencia previa de Simon, su compañero Ed Burns y la lista que engrosan expertos en materias políticas, educacionales y hasta culturales. En este último escalón, que le servirá como génesis para su siguiente proyecto, Treme, nos detenemos con The wire, pues el acercamiento al que tantos han llamado dickensiano a cierta forma de vida de la ciudad, se completa con uno de las características más descriptivas de una comunidad: el habla.
Algo a lo que por estos lares no estamos en exceso acostumbrados es que el dialecto denote algo más que una procedencia geográfica. Nos es sencillo delimitar si alguien proviene de Galicia o Canarias, pero no tanto si pertenece a una u otra clase social, o incluso (excepto casos muy pronunciados) su nivel educativo. Dentro de las variantes que tiene el inglés, se distinguen, además de las geográficas, características de raza, clase y educación, llegando a permitirnos distinguir si alguien de quien no podemos deducir origen geográfico estudió en Cambridge o en Oxford; o en Harvard o Stanford.
Así pues, aunque en The Wire todos los protagonistas sean de la misma ciudad, existe una clara diferencia en sus dialectos (a nivel fonético y de léxico —slang, mayormente—) según dos delimitadores básicos en Estados Unidos: la raza y la educación. De esta forma, el uso del inglés en The Wire se divide en dos grupos: el dialecto Afro-americano y el acento caucásico del sur de Baltimore.
It’s Bawlmer, hun!
El dialecto de Baltimore usado generalmente por los habitantes caucásicos de la serie, el bawlmer, toma su nombre de la propia pronunciación que éstos hacen de su ciudad. Cabe decir que esta pronunciación corresponde al dialecto usado en el Baltimore sureño (similar al que se puede oír también en la zona de Philadelphia), e incluye variaciones fonéticas tanto en sonidos vocálicos como en consonánticos. En el primero destaca el constante uso de las vocales semiabiertas anteriores [œ] como en Baltimore convirtiéndose en Bawlmer, aunque existen otros casos como el paso de water a wutar [wʊdər] y de wash a warsh [wɑɹʃ]. En los segundo es frecuente que [f] se convierta en [θ], por lo que un fish puede ser considerado un zish, o alargar la pronunciación de los gerundios de [ɪŋ] a [in] convirtiendo doing en duiin. La elisión de sonidos, tan propia de los dialectos americanos, es también frecuente: country pasa a ser cntry y ambulance se convierte en algo similar a amblans.
Sin embargo, algo mucho más reconocible del bawlmer es su aportación al léxico, especialmente gracias a: hon (honey) que equivaldría al picha gaditano o al nen catalán; y natty boh, el slang usado para la cerveza local, la National Bohemian. El dialecto de Baltimore es uno de los más propicios a neologismos y variaciones fonéticas incomprensibles por el resto de los hablantes del inglés[i], de ahí que muchos espectadores de la serie se sintieran frustrados al no entender lo que, a priori, no parecía del todo inglés.
En The wire encontramos muestras de este dialecto en prácticamente todos los policías y personajes de raza blanca, si bien algunos de los oficiales negros usan una mezcla de éste con el dialecto afro-americano. Cabe destacar, sin embargo, que al slang propio del Baltimore sureño, encontramos el vocabulario y jerga propios de los oficiales de policía. Así, un hooper es uno de los jóvenes camellos que protagonizan la cuarta temporada.
El bawlmer negro y el working class afro-americano
El componente racial de los dialectos tiene en Estados Unidos una relevancia que puede a priori resultarnos extraña en España. Sin ir más lejos, y como ejemplo candente del tema, sólo es necesario recordar los debates que se levantaron en torno a Obama y su expresión durante la campaña para las elecciones de Estados Unidos.
Los personajes negros de The Wire, que están situados en altas esferas socio-económicas tienden a diferenciar hablas dependiendo de su interlocutor. Si bien usan el dialecto afro-americano de las clases trabajadoras para expresarse entre gente de su misma raza, emplean el bawlmer caucásico a la hora de dirigirse a sus compañeros de trabajo blancos o a los civiles. En este grupo encontramos, además de a Clay Davis y al asesor de campaña de Tony Carcetti, Norman Wilson, al sargento Carver, Bunk, Lester e incluso a Stringer Bell en su faceta de estudiante u hombre de negocios, algo que, a la vez, le diferencia de Avon, quien se mantiene fiel a su forma de expresión.
Aunque en el caso de algunos de ellos es una mezcla del bawlmer blanco y del dialecto afro-americano de la clase trabajadora, en la mayoría de ejemplos se trata de un funcionamiento por ósmosis (algo así como ocurre en las situaciones de bilingüismo), en el que dos formas de expresarse conviven separadas por la decisión del individuo de elegir cuál de ellas usar pero con la consecuencia inevitable de que una influencie a la otra. La importancia de esta adaptación funciona también con el dialecto YO de la calle, el que usan los chavales de las esquinas, Marlo o Avon. A sabiendas de esto, cuando Lester consigue el teléfono de Marlo a través de Carver, comprueba el número haciendo una llamada en la que se hace pasar por otra persona, y escoge para ello el dialecto de los chicos de los suburbios.
WHAT UP, this is inner-city African-American, YO!
Sin duda alguna, el dialecto más interesante (por menos conocido y tratado fuera de lo que es The Wire) es el que se emplea en las tramas de drogas, en plena calle. Caracterizado por una sonoridad que cabalga sobre ritmos de melodía hip hop (algo similar al canturreo italiano o gallego), el auténtico reto para la audiencia estadounidense era enfrentarse a un inglés que a duras penas llegaban a entender.
El slang usado llega a cotas insospechadas, pero uno de los ejemplos más paradigmáticos es el yo [ƛoʊ], que supone la aparición de un nuevo pronombre en el habla, sin género ni número. Funcionando como un vocativo apelativo (como ey: Yo, pay attention! à Ey, presta atención), como sujeto (Yo drive the car à Yo/tu/él/ella conduce el coche[ii]) o como complemento (Look at yo à look at him) es tan frecuente su uso que entre aquellos que hablan el bawlmer se apela a estos chicos como Yos, como hacen los propios policías en The Wire al hablar de las nuevas generaciones.
No es sólo el amplio uso del slang (gump para imbécil en lugar de dick, dawg para chico en vez de boy, gat para arma y no gun[iii]), sino también el problema que genera la diferencia de referencias. Ese es el caso, por ejemplo, de Hamsterdam, la zona libre de redadas que inicia el Comandante Colvin y que, llamada Ámsterdam en honor a la ciudad y su condición de ejemplo de libertades, es entendida por los jóvenes de los suburbios como una jaula de hámsteres en la que ser controlados y observados como roedores.
La diferenciación de los personajes, divisibles en grupos por causas de raza y socio-económicas, da lugar en The wire a un interesante campo de estudio para temas filológicos. La convivencia en el episodio a episodio de universos tan diferentes como la política, las drogas, la policía o los medios de comunicación es tratada por Simon y cía. con un interés casi “científico” en todo lo que a su reproducción se refiere. Acostumbrados como estamos en este país (y en este continente) a que en las esferas públicas se hagan desaparecer los rasgos dialectales (como el aberrante caso de la BBC, que usa en sus programas un dialecto casi propio: el Received Pronunciation[iv]) es una grata sorpresa y mayor alegría el interés que los creadores de The Wire han demostrado por acercarse a la realidad desde las diferentes ópticas de éstas, incluida la lingüística. Algo que en la versión doblada que llegó a España, por supuesto, obviaron hasta límites ofensivos. Una lástima.
[i] Existen en Internet infinidad de páginas en las que se recogen las variantes fonéticas y léxicas del dialecto de Baltimore, tales como Baltimore Hon o la página personal de Jeff Siegle
[ii] En el estudio “A New Gender-Neutral Pronoun in Baltimore, Maryland: A Preliminary Study”, Elaine M. Stotko y Margaret Troyer se ocupan de este tema, aunque sin lograr hallar la etimología del término.
[iii] Todas estas referencias están recogidas en el documental It’s all connected incluido en los extras del DVD de la Cuarta temporada de The Wire.
[iv] El RP (Received Pronunciation) es, ironías de la vida, el dialecto, en cuanto a fonética se refiere, que se enseña en algunas universidades españolas en la carrera de Filología Inglesa, por ser el más entendible a nivel mundial. Cabe decir, sin embargo, que su uso queda ridículo a los oídos de los nativos, pues es un compendio artificial y en extremo formal usado, además de por la BBC, casi exclusivamente por la familia real británica.