Las razones del corazón (Arturo Ripstein, 2011. Cameo)
Excelente y desgarrador melodrama del director mexicano Arturo Ripstein, Las razones del corazón supone un nuevo intento, muy personal, libre y contemporáneo, de adaptar la descarnada y angustiosa Madame Bovary de Flaubert. Aunque quizá esta película sea también recordada por el desencuentro que supuso entre este temperamental realizador y el Festival de Cine de San Sebastián, a cuyo jurado de turno, con razón o sin ella, Ripstein llegó a menospreciar e insultar, debido a la ira de la derrota, en unas declaraciones rabiosas por las que posteriormente tuvo que pedir disculpas (que en su caso no es igual a retractarse del fondo de lo dicho). Polémicas aparte, las virtudes que atesora esta película son muchas, pero también pueden ser entendidas como defectos, ya que forman parte de un universo propio que se puede o no compartir y defender: la exagerada longitud de los planos; la sobriedad de la fotografía en blanco y negro; unos diálogos solemnes, grandilocuentes, que rayan el recitado; la deliberada y casi absoluta ausencia de música, o el uso diegético que de la misma se hace mediante la radio que oye la protagonista o los ensayos del amante saxofonista. Y un justo, elogioso capítulo aparte merece Arcelia Ramírez: desde este momento ella es la Bovary latinoamericana: nos impacientamos cuando ella espera, nos excitamos cuando se engalana, sufrimos cuando ella desespera y asistimos cómplices y rendidos a su tragedia final. Su actuación engrandece esta historia eterna.
Fernando García Maroto
Pánico (Mark Tonderai, 2008. A contracorriente films)
Esta producción británica creada directamente para su distribución en el mercado doméstico escrita y dirigida por el previamente DJ Mark Tonderai sigue la estela de otros terrores en la carretera como Nunca juegues con extraños o Carretera al infierno, eso sí, con un presupuesto bastante más reducido. Por lo general, y principalmente en la primera parte del film el director consigue crear tensión, e incluso atmósfera, de una forma bastante eficaz, lo cual es un mérito teniendo en cuenta que los protagonistas, que en medio de una crisis de pareja bastante seria prácticamente se nos revelan como los amantes de Teruel de Kentucky, no son precisamente los idóneos para identificarse con el espectador, que por momentos puede desear que ese camionero encapuchado se los cargue de una vez y nos centremos en su día a día, seguramente mucho más interesante. Eso habría sido un buen giro argumental, pero el guión resulta algo más convencional. Algunas trampas (la chica del teléfono, el final cuando el protagonista intenta arrancar el motor) que de tan manidas ya ni molestan se combinan con esos buenos momentos de tensión (el baño de caballeros, nunca falla) y con soluciones no demasiado verosímiles (y que seguramente no es la primera vez que vemos) como romper el cristal de la puerta de un coche de una patada desde dentro, que restan credibilidad pero añaden simpatía. El resultado es un film bastante entretenido, a pesar de su irregular tramo final, y esperamos que Tonderai, al que se puede ver en las entrevistas o el making of del segundo DVD logre un buen trabajo con la prometedora House at the End of the Street con Jennifer Lawrence y Elisabeth Shue.
Sergio Vargas