Cuando hace nueve años me enteré de que el líder de la banda de rock industrial White Zombie, que ya llevaba cinco con el proyecto en solitario que lleva su nombre (Rob Zombie), había rodado una película, al principio no me lo tomé muy en serio, pero obviamente me llamó la atención y acudí a la sala. Pocas veces he salido tan contento de un cine al menos en lo que al ratio expectativas/resultados se refiere. Ahora, cuando su último disco data de 2010 y el anterior a ese es de cuatro años antes, y recién terminada de montar Lords of Salem (2012) según él mismo anunciaba en su twitter, parece que su carrera como cineasta ha ganado peso frente a la que desarrolla en el mundo de la música. Y no es de extrañar, pues si la aparición de La casa de los 1000 cadáveres (2003) se convertía en una muy agradable sorpresa en la forma de un divertido slasher, su singular continuación Los renegados del diablo (2006) revitalizaba el cine de género y recordaba una vez más que aquello de “segundas partes nunca fueron buenas” es una frase solo para medianías sin personalidad y grandes estudios más preocupados por el dinero que por la coherencia y el estilo.
La primera de las películas que componen este pack es su ya mentada obra debut, una película en la que el realizador de Massachusetts, que también firmaba el guion, daba buena muestra de su capacidad para la puesta en escena por un lado y para la escritura inteligente por el otro, deslizando muy pausadamente la maldad de la familia Firefly con un sentido del humor lo suficientemente macabro como para despertar cierta simpatía por esos sádicos asesinos y una estética siniestra en parte heredera de los videoclips con que se dio a conocer inicialmente pero también apoyándose en una fotografía colorida e intensa. Esa empatía que transmitía la familia de degenerados les otorgaba tres años después el protagonismo en una segunda parte totalmente sui generis, probablemente enmarcable en la mitad del camino entre la road movie y el western, pero más alejada del terror de su predecesora donde Bill Moseley redondeaba el papel esbozado en La casa de los 1000 cadáveres y que luego ha clonado en la interesante Babysitter Wanted (Jonas Barnes, Michael Manasseri, 2008) y la, cuanto menos, curiosa The Graves (Brian Pulido, 2009). El pack se cierra con Halloween II (2009), una de las mejores películas de terror de los últimos años, otro slasher, esta vez en toda regla, que continua las nuevas andanzas del asesino Michael Myers iniciadas también por Zombie en Halloween (2007), y su destino siempre ligado al del profesor Loomis. Una obra intensa, diversa a la hora de escenificar los asesinatos a modo de trabajadas set pieces, pero sin descuidar un guión en la que los personajes tienen entidad, los recursos narrativos son empleados con inteligencia y con sentido, y como siempre, una banda sonora con un gusto exquisito para el género en el que nos estamos moviendo. Sin duda lo más apetecible del conjunto ya que la película inexplicablemente no llegó a estrenarse en las salas españolas.
Es cierto que se le pueden poner varias pegas a este pack que nos llega de la mano de Savor/Emon. En primer lugar no destaca por sus contenidos extras y, aunque haga ya seis años, no podemos olvidarnos de que Deaplaneta lanzó un pack de 4 DVD’s que incluía La casa de los 1000 cadáveres y Los renegados del diablo con una gran cantidad de material adicional con lo que, ya puestos, se podría haber aprovechado en esta ocasión para completar esta edición con la primera parte de Halloween y la película de animación The Haunted World of El Superbeasto, cerrando así la filmografía de Zombie hasta la fecha en lo que habría resultado un conjunto mucho más jugoso, aunque se hubiese encarecido el precio final. Ese, sin embargo, es el punto fuerte de esta edición, que no llega a los 20 euros en DVD ni a los 34 en Blu-ray. Así, si uno no es poseedor del pack anterior y lo que verdaderamente le interesa es el cine de este monstruo de la realización y de la música, esta es una opción más que interesante.