Better Call Saul

Un viaje en el tiempo

Better Call SaulVince Gilligan y Peter Gould han construido una máquina del tiempo para hacer un viaje desde una de las series de referencia del último siglo: Breaking Bad. Para ello necesitamos una máquina perfecta, con todas las piezas bien engranadas y con unos planos muy bien detallados. La sexta y última temporada de Better Call Saul, el spin-off que se centra en el personaje de Saul Goodman, el famoso abogado que tantas veces ayudó a Walter White y Jesse Pinkman a salirse con la suya, era todo un reto, pero ha superado con éxito todas las expectativas de los fans de la serie. Sus creadores han puesto en marcha todos los mecanismos para no dejar que nada, absolutamente nada, estropease este viaje y ofrecer a los espectadores un cierre redondo y emotivo no solamente para la serie sino también para todo el universo Breaking Bad.  

A lo largo de las cinco anteriores temporadas, hemos visto cómo Jimmy McGill (Bob Odenkirk) se convertía en Saul Goodman, el abogado que todos conocimos en Breaking Bad, un personaje carismático y divertido, pero con mucha más historia y personalidad de la que podíamos haber imaginado. Better Call Saul es muchas cosas: una serie sobre narcotraficantes, sobre la justicia, sobre el poder, pero, ante todo, una historia de amor.

La trama principal se articula a partir de la relación entre Jimmy McGill y Kim Wexler, encarnada de manera deslumbrante por Rhea Seehorn, uno de los grandes descubrimientos de la serie. La complicidad que se crea entre ellos en esos momentos tan íntimos y mundanos, como cuando se lavaban los dientes juntos, comparten un cigarrillo o se duermen espalda con espalda es la que al final reconciliará a Saul con Jimmy, en definitiva, consigo mismo. El don de la palabra de Jimmy y la perspicacia de Kim formaban un equipo imparable para sabotear la justicia y hacer que todo pareciera posible. Cuanto mayor era el sabotaje, más crecía su amor. Hasta que ese poder se vuelve peligroso. Lo que había empezado como un divertido juego acababa con la muerte de Howard Hamlin (Patrick Fabian). Allí es cuando la llama se apaga y todo se vuelve oscuro.

Better Call Saul

Kim tenía una relación con Jimmy y no con Saul, por eso decide alejarse. Cuando están separados, el Jimmy que todos conocíamos desaparece por completo, sin dejar rastro. Ese es el momento del esperadísimo crossover: llegamos al tiempo-espacio de Breaking Bad, donde solo existe Saul Goodman, un abogado que es capaz de cualquier cosa para conseguir un buen maletín con mucho dinero. 

Desde un inicio ya nos desvelaban que el futuro de Saul Goodman no iba a ser “all good, man”, sino monótono y decadente, en blanco y negro. En cada principio de temporada las escenas en blanco y negro nos iban desvelando que el famoso abogado de Albuquerque ya no podía seguir haciendo de las suyas, o eso parecía. Así nos preparaban para el final, un final en el que, esta vez sí, se hará justicia. Pero lo que acaba finamente con él no será la justicia, sino el amor. En un último episodio en que nos remarcan que todas las decisiones tienen sus consecuencias, volvemos a reencontrarnos con Jimmy, el que, al final, decide apostar por la redención. En su desenlace, sin tener que pronunciar el famoso “say my name”, Soul Goodman también consigue que todos los presos “lo llamen por su nombre”.

Better Call Saul

La comparación con su predecesora es inevitable, pero lo que debía empezar siendo una sencilla comedia, ha terminado siendo una serie mucho más ambiciosa y cargada de personalidad. Al fin, en esta última temporada llegó el esperadísimo momento de ver otra vez en pantalla al propio Bryan Cranston (Walter White) con Bob Odenkirk, pero es tanto lo que se desarrollan los personajes a lo largo de Better Call Saul, que llega un punto que hasta parece que haga más ilusión el encuentro entre Kim Wexler y Jesse Pinkman, que volver a ver al mítico Walter White haciendo de las suyas.

Y es que el guion, el montaje y la puesta en escena, junto a un inmejorable reparto, han dado con la fórmula perfecta para elevar la serie a un nivel superior. La cámara subjetiva, los flashbacks y los flashforwards y un dominio excelente de la narrativa audiovisual, ha conseguido convertir un spin-off en otra serie que pasará a la historia de la televisión. Cada episodio de esta sexta temporada es merecedor de un análisis. Porque en Better Call Saul no existen las casualidades. Así como Saul, sin que te des cuenta, te acaba robando el reloj, los guionistas de la serie han estado preparando el terreno para acabar robándonos el corazón.