Navidad y los mercenarios
Allá por el 2010, Sylvester Stallone escribió, dirigió y protagonizó Los Mercenarios (o los reemplazables, según el título original The Expendables), una película que reunía a viejas glorias del cine de acción. Nombres como Jason Statham, Bruce Willis y hasta el mismísimo Arnold Schwarzenegger hacían aparición en aquel batiburrillo de guiños, cameos y homenajes a las películas de los 80 y 90. Stallone consiguió así un filme que traía de vuelta la brutalidad de aquella época, con escenas de acción un tanto pasadas de vueltas que no requerían de mucho argumento para hilarse las unas con las otras, y lo adaptaba a la actualidad del momento. El buen recibimiento de la película dio pie a dos secuelas. En 2012 se estrenaba Los Mercenarios 2 (The Expendables 2, Simon West), que repetía la fórmula de la primera pero a lo grande, alcanzando la cumbre de lo que podía ofrecer la saga con un reparto que parecía el equivalente a una peli de Wes Anderson pero con superestrellas de acción. Con incorporaciones como Jean-Claude Van Damme, Scott Adkins y Chuck Norris (contando un chiste de Chuck Norris, qué más se puede pedir), más allá de simples cameos, en esta secuela todos tenían una mínima participación en el caos y la destrucción de los tiroteos. Poco después, Los Mercenarios 3 (Patrick Hughes) volvía con más de lo mismo en 2014, sumando nuevas apariciones como Harrison Ford, Antonio Banderas o Mel Gibson en el papel de villano, pero incorporando también caras más jóvenes, jugando así con una trama que comparaba las películas de acción old school con las más modernas. Ahora, casi diez años después, aparece una cuarta entrega dirigida por Scott Waugh (Need for Speed, Acto de Valor o la reciente Hidden Strike), Los Mercen4rios, intentando traer de vuelta una saga que quizás ya dijo todo lo que tenía que decir en la trilogía original.
Lo cierto es que los aficionados de la franquicia probablemente se alegren con esta nueva entrega que, a fin de cuentas, mantiene el espíritu de la acción desenfrenada y salvaje, aunque con un reparto menos espectacular. La película ya no cuenta con muchos de los grandes nombres que habían en las anteriores, ni siquiera como cameos. Tampoco están el especialista en artes marciales Jet Li ni el carismático Terry Crews, ambos miembros del reparto original en la primera entrega de la saga. Pero eso no significa que el casting de Los Mercen4rios pase desapercibido, las ausencias son “reemplazadas” por caras nuevas en su lugar. Se mantienen Sylvester Stallone, Jason Statham, Dolph Lundgren y Randy Couture como el grupo de mercenarios originales. A estos se suman el rapero Curtis “50 cent” Jackson (que ya se le consideró para el papel de Terry Crews en la primera) y Jacob Scipio en el papel de Galan, hijo del personaje que interpretaba Antonio Banderas en la tercera peli. También se unen Megan Fox y Levy Tran que, si bien en la anterior entrega ya se incorporaban personajes femeninos, aquí cobran más importancia. Especialmente Megan Fox, que dispone de un papel más relevante y un rol influyente en la trama, llegando a liderar el escuadrón de mercenarios. Por último, también aparecen Andy García, el tailandés Tony Jaa (saga Ong-Bak) y la estrella indonesia Iko Uwais (The Night Comes For Us o la saga The Raid), que le ha tocado el papel de villano para esta entrega.
Dicho esto, y aunque no tenga nada que ver con las festividades, hay que destacar el espíritu navideño de Los Mercen4rios, y es que el personaje de Jason Statham, Lee Navidad, es el que sobresale por encima de todos los demás con mucha diferencia. En esta ocasión, además de producir la película, el actor británico le toma el relevo como protagonista a Sylvester Stallone y carga con todo el peso del filme. Así, la película cuenta con una historia consciente de su simpleza que va al grano y avanza con agilidad centrándose en el personaje de Navidad, dejando al resto del reparto en segundo plano, aunque todos tienen participación en la acción. A pesar de que por momentos la trama puede resultar ridícula en su pretensión por querer sorprender con giros de guion inverosímiles e inconsistentes, lo cierto es que dotan de dinamismo al metraje que combina con acierto escenas dialogadas con mamporros, tiroteos y explosiones. Por encima de todo, mantiene el espíritu de la acción clásica donde la solución a todo es la violencia. Por lo tanto, lo esencial, como no, son las escenas de acción, las cuales están bien coreografiadas y, aunque se abuse de un CGI al que en más de una ocasión se le ven las costuras, llegan a ser muy espectaculares. En definitiva, Los Mercenarios 4 es probablemente la menos interesante de la saga (la más reemplazable), pero cumple con su cometido y ofrece acción a raudales que hacen que el metraje se pase volando. Una película más de Jason Statham, que en esta ocasión viene muy bien acompañado.