Problemista, de Julio Torres – Americana 2025

El mundo está repleto de desafíos. Avanzar en ese tortuoso camino que llamamos vida implica encontrarse con un obstáculo tras otro, y la búsqueda de soluciones puede derivar en un sinfín de posibilidades que a su vez conllevan aún más problemas. Fijarse un objetivo es fácil pero el destino es incierto, y Problemista se mueve por ese camino confuso que, debido a las complejidades de navegar ciertas burocracias y un mundo cada vez más complicado y ecléctico, se convierte en un laberinto del que resulta imposible salir, en un puzle sin solución.

Problemista recurre al surrealismo de las fábulas para pavimentar ese camino y al sentido del humor como resignación a la imposibilidad de concluirlo satisfactoriamente. En el debut directoral de Julio Torres, que tuvo su premier en el festival South by Southwest de 2023, el director también actúa y se pone en el papel protagonista para contar la historia de Alejandro, un joven salvadoreño con mucha imaginación y un sueño: trabajar en Hasbro. Debido a los requisitos territoriales de la empresa para poder solicitar empleo, Alejandro se ve obligado a emigrar a Estados Unidos pero, sin dinero y sin trabajo, se encuentra en una búsqueda a contrarreloj por conseguir que alguien le contrate para obtener una visa y poder permanecer en el país persiguiendo su sueño. Es aquí donde se encuentra con la excéntrica, insufrible e imparable Elisabeth, interpretada por una Tilda Swinton que se convierte en un amasijo de nervios para el papel, una suerte de la ya clásica Karen que inunda el imaginario de los memes. Sin embargo, Problemista ofrece un cambio de perspectiva sobre este arquetipo de personaje, un punto de vista comprensivo que entiende a Elisabeth cómo una reacción a la imposibilidad de navegar por un sistema corrompido e incomprensible, cómo a una persona que ha llegado a la conclusión de que convertirse en un problema es la única manera de que a uno le hagan caso. Caprichosa, impulsiva y rodeada de tecnologías que no comprende pero a las que recurre sin parar en su día a día, buscando siempre a un culpable sobre quien descargar su ira, Elisabeth decide contar con los servicios de Alejandro como asistente personal. La relación que une a Elisabeth y Alejandro tiene cierta reminiscencia a la reciente The Brutalist (Brady Corbet, 2024), en la que el arquitecto László Tóth (Adrian Brody) se encuentra a merced de los caprichos del millonario Harrison Lee Van Buren (Guy Pearce). La volátil personalidad del personaje de Swinton supone una bomba de relojería para el paciente (y desesperado) Alejandro, un constante vaivén en el que los buenos momentos que dan esperanza al protagonista pueden desplomarse sobre él al instante y convertirse en un problema más que le haga la vida imposible.

La fábula de Alejandro, narrada por la voz en off de Isabella Rossellini, es cruda en la realidad que propone, pero se cuenta desde una comedia simpática que se apoya en lo reconocible de las situaciones que presenta. La capa de fantasía con la que Torres cubre el trayecto de Alejandro crea un mundo tan frustrante como entrañable, y la fusión de lo real y la escenificación sumergen al espectador de lleno en los miedos y preocupaciones del protagonista. Las escenas oníricas comparten el diseño artístico característico del teatro, con disfraces y escenarios artificiales para que los personajes representen las pesadillas burocráticas, las monstruosas trampas y los constantes obstáculos que asfixian a Alejandro. El carácter de fábula de la historia encuentra en esa exageración teatral la subjetividad del protagonista, mostrando su punto de vista de ese mundo en el que todos parecen estar sumisos a un sistema que busca la desdicha de Alejandro y rechaza a Elisabeth, ofreciendo una visión del director que se siente personal y que rebosa empatía por sus personajes.

El debut de Julio Torres como director es fresco, divertido y tan imaginativo como los juguetes que diseña. Su paso por el Americana resulta realmente adecuado, coincidiendo en la misma edición con Saturday Night (Jason Reitman, 2024) en el catálogo de proyecciones, ya que el propio Torres ha sido especialmente conocido como guionista del programa para el que tanto sufren en dar vida en la película de Reitman. La odisea de Alejandro parece imposible y las dificultades que encuentra son muchas y tramposas pero, recurriendo al humor y la fantasía como la espada y el escudo de un caballero, Problemista se alza con optimismo sobre los obstáculos. Puede que haya que dar mil vueltas y probar infinidad de caminos, muchos de los cuales puede que no lleven a nada, pero lo importante es no dejar nunca de avanzar.