Basada en el terrible capítulo histórico conocido como el Baño de sangre de Estocolmo (Stockholm Bloodbath), la película Estocolmo 1520: el rey tirano —cuyo título original es, de hecho, Stockholm Bloodbath— llega a las salas de cine españolas este 15 de mayo. Mikael Håfström, director de películas como Plan de Escape (Escape Plan, 2013) o El rito (The Rite, 2011), nos trae un particular punto de vista que se aleja del documental histórico y apuesta por un argumento cargado de excéntricos personajes y humor negro. Con un tono aventurero y una puesta esa escena estilizada que mantiene similitudes con el estilo visual de un cómic, Estocolmo 1520: el rey tirano se erige como una épica historia de venganza entrelazada con los sucesos que tuvieron en Suecia. En la entrevista a continuación, su director Mikael Håfström nos cuenta de primera mano la elección de este enfoque, lo que supone trabajar escenas masivas como una batalla y el contexto histórico que motiva al título escogido en España.
Primero de todo, quería preguntarte, ¿cómo surgió este proyecto? ¿Por qué quisiste hacer esta película?
Pues he estado haciendo películas en Suecia en el último año. Tras la última, estaba hablando con mi colega productora sueca Helena Danielsson sobre un tema para otra película. Hablamos sobre diferentes cosas y surgió el Baño de sangre de Estocolmo. Es un episodio muy, muy, muy famoso en la historia sueca. No muchas personas fuera de Suecia lo conocen, pero todos los suecos, al menos de cierta generación, saben qué es y lo que sucedió en Estocolmo, todas las ejecuciones y demás. Nunca se había llevado al cine en Suecia, así que dijimos, “bueno, intentémoslo”. Hablamos con nuestro escritor noruego con el que habíamos trabajado antes, Erlend Loe, y le gustó la idea. Y así comenzamos realmente, desde esa charla, luego el guion y luego ya continuamos desde allí.
¿Has visto el título en español para la película?
Sí, Estocolmo… ¿cómo era?
Estocolmo 1520: el rey tirano.
Ah, sí, el rey tirano. Sí, eso es bastante preciso porque el rey Kristian, el rey danés que vino e invadió Suecia y Estocolmo, en la historia sueca se le llama Kristian el tirano, y en Dinamarca le llamaba Kristian el bueno [Ríe]. Eso dice mucho. Así que creo que el título en español es bastante acertado.
Cuando leí sobre este episodio de la historia, el Baño de sangre de Estocolmo, pensé “oh… esto puede ser un drama bastante duro”. Sin embargo me he llevado una sorpresa, porque la película es en realidad es bastante divertida. Tiene muchos elementos de aventura, mucha acción, sentido del humor… ¿Por qué este enfoque?
Creo que se debe a una combinación de diferentes cosas. Erlend Loe, el escritor del guion, es bastante famoso aquí en Escandinavia. Es escritor de novelas y también guiones de películas. Él comenzó a introducir un tipo específico de humor en la película, un humor negro que realmente me gustó y lo apoyaba. Creo que también fue una forma de no hacer un documental. Hay libros que puedes leer, documentales y mucho material en TV para ver si quieres aprender sobre el Baño de sangre de Estocolmo, pero tratamos de abordarlo desde otro ángulo. Queríamos algo históricamente preciso, porque la película lo es en muchos aspectos, pero también hacer una película de aventuras, en este caso una película de venganza liderada por mujeres. Queríamos usar esas herramientas de historia épica para llegar al corazón de lo que sucedió hace 500 años. Fue por eso principalmente. También por tener un poco de diversión. Quiero decir, es un evento horrible, pero de este modo también lo hacíamos accesible para una audiencia más amplia.
En cuanto a la propuesta formal de la película, es super estilizada con un aspecto que a veces parece sacado del cómic. ¿Cómo surge este look?
Fue algo que surgió del trabajo conjunto con el director de fotografía, el editor y demás. Tratamos de hacer algo, ya sabes, que no fuera el típico drama histórico, sino algo que tuviera otro tono, otra energía. Pero también contar la historia lo más precisamente posible como sucedió. También tener a los actores en la situación y al mismo tiempo hacer personajes coloridos molones en muchos aspectos. Así que fue una decisión que tomamos desde el principio de impulsar esos aspectos de la película.
¿El aspecto de las escenas estaba planificado ya de antemano?
Sí, teníamos un estilo definido. Es difícil inventar el estilo mientras filmas, así que tienes que tenerlo planeado. A veces suceden cosas inesperadas cuando ruedas, obviamente, pero teníamos este enfoque preparado cuando empezamos la producción, sí.
¿Hay mucho trabajo de postproducción para conseguir ese look o ya en el rodaje era así?
Siempre tratamos de hacer en cámara todo lo que nos sea posible. Obviamente hay efectos visuales, Estocolmo ya no existe como se veía en 1520 y todo eso necesitábamos construirlo en un entorno de VFXs. Pero muchas de las batallas son tal cual en cámara. Personas reales haciendo cosas reales, ya sabes. Así que tratamos de mantenerlo lo más real posible en este sentido.
El montaje de la película me ha llamado la atención. En algunos momentos, el argumento se acelera y lo que transcurre en un gran salto de tiempo se cuenta mediante un montaje paralelo que entrecruza varias historias.
Es una historia bastante compleja y suceden muchas cosas. Los daneses están invadiendo Suecia, se abren camino… y luego tenemos a nuestros personajes principales, las dos jóvenes, las dos hermanas a quienes seguimos. Así que a veces hacemos este montaje cruzado para comprimir el tiempo, contar mucho muy rápido. Unos están aquí, otros están allá y finalmente aterrizamos en algo. También, cuando ruedas la película y ves todo el material, a veces ves que tal vez es demasiado largo, entonces necesitas contar ciertas cosas de un modo más rápido, por lo que a veces es por elección y otras es algo que necesitas hacer para incluirlo todo.
También me gustaba el uso de múltiples pantallas.
Sí, la pantalla dividida. Es algo que a mí y a mi editor nos gusta, lo hemos usado antes en otros trabajos. Lo puedes ver mucho en películas americanas de los años 70, usaban bastantes pantallas divididas. Ahora ya no tanto. Bueno, sí, aún puedes verlo hoy en día. Pero a veces es una herramienta divertida. Cuando funciona, claro.
¿Cómo te preparas para estos planos conjuntos? Imagino que tiene que estar bastante planeado para que luego funcionen en la edición.
A veces está planeado, pero otras veces no lo está tanto. En el caso de Estocolmo 1520, la mayoría de estas escenas estaban ya planeadas como secuencias con pantalla dividida. Algunas de ellas tal vez no se habían pensado exactamente igual a como han salido, pero un buen editor siempre puede hacer que funcione.
Entonces, para las que ya estaban planificadas, ¿te condicionaba lo que ibas a rodar?
Sí. Tienes que saber lo que es importante porque solo vas a usar una parte de la imagen, ya que habrá otras dos imágenes en pantalla. Tienes que asegurarte de que la información importante esté en el lugar correcto para cada imagen, eso es lo que necesitas pensar, dependiendo también de qué tipo de división, vertical u horizontal.
Quería preguntarte sobre la batalla. En este tipo de escenas hay muchos personajes y suceden muchas cosas a la vez. Se corta de una escena a otra y parece realmente caótico, pero manteniendo al mismo tiempo una narrativa clara del combate. ¿Cómo es el proceso para filmar una escena tan masiva como esta?
Es mucha planificación. Hay muchos soldados, muchos extras, muchos especialistas, un coordinador… y muchos caballos. Nunca he trabajado tanto con caballos, así que necesité tener a un buen entrenador de caballos. Y además, el vestuario. Es una gran desafío en ese sentido, hay muchas personas involucradas. Pero, de nuevo, realmente se trata de planificarlo muy, muy cuidadosamente. Parece más caótico de lo que realmente es. Cuando lo juntas, quieres el caos de la batalla y el drama, la destrucción y la sangre. Pero necesitas saber exactamente lo que estás haciendo para obtener esa sensación. Simplemente vas creando una situación tras otra. Luego, con suerte, crearás ese tipo de caos que quieres hacer. Y no teníamos un presupuesto de Hollywood, no contábamos con 100 millones de dólares, así que teníamos que gestionar muy bien el dinero que tenemos. Filmamos esto en Hungría, donde he trabajado bastante antes y donde tienen buenos caballos, buenos entrenadores de caballos y grandes equipos de especialistas. Trabajé muy estrechamente con estas personas para crear la batalla. Pero, en resumen, una larga planificación es la clave.
Se rueda pieza por pieza para luego unirlo en la sala de edición.
Sí, exactamente. Y a veces son piezas más largas, a veces piezas más cortas. Tienes el esquema de todo y a todas las personas, pero luego solo te centras en una cosa cada vez. Una explosión aquí, estas personas van a ser lanzadas allá, hay una pelea con espadas en otro lugar, y los caballos… y todo eso. Y a veces, con suerte, sucede algo bueno mientras ruedas y obtienes algunas cosas que no podías planear, algunas geniales. Pero, ya sabes, habrán explosiones, así que tiene que estar planificado. [Ríe]
¿Tenías alguna referencia en mente a la hora de abordar esta película?
No una película específica. Vi algunas películas históricas con batallas y cosas así, generalmente películas europeas. Barry Lyndon (Stanley Kubrick, 1975) o películas que suceden en la misma era para entrar en sintonía con la atmosfera. Además, he visto muchas películas en mi vida, así que tengo en la cabeza un departamento de referencias. Pero sí, definitivamente puedes mirar diferentes escenas de varias películas para conectar con un cierto tono cinematográfico. Traté de ver muchas diferentes, no solo históricas, para encontrar la sintonía adecuada.
¿Cómo trabajabas con los actores el enfoque para los personajes?
Junto con los actores intentábamos encontrar un tono trascendente. Pensé que sería apropiado en este tipo de historia, una en la que hay épica, ropas y paisajes pintorescos… pero también queríamos personajes que son dramáticos. Como Claes Bang en el papel del rey Kristian, por ejemplo, tiene una gran personalidad. O Emily Beecham como la jefa de estado sueca Kristina. Es un tono que va bien con la energía y el humor oscuro de la película. No es una comedia, pero queríamos hacerla divertida hasta cierto punto, entretenida. Así que queríamos crear personajes que fueran grandes y abarcaran mucho.
El valor de producción de la película parece realmente alto, sin embargo, antes mencionabas que no había un gran presupuesto, ¿cierto?
Es muy poco dinero en comparación a un blockbuster estadounidense, obviamente. Pero es porque Estocolmo 1520 está financiado en Suecia y no tenemos esas cantidades de dinero. Por otro lado los actores no ganan millones, hay una escala en la que todos están felices y que es justa para todos. Así que no hay uno que gane millones. Obviamente, algunos actores ganan un poco más, pero son esas diferencias donde el actor de Hollywood obtiene 10 millones para una película. Rodamos en Hungría, donde hay una situación de impuestos favorable para la realización de películas. Y sobre todo rodar el mínimo de días posibles. Rodar lo más rápido posible, porque cada día de rodaje cuesta mucho dinero. Pero estamos acostumbrados a trabajar así. Como escandinavos, creo que estamos acostumbrados a ser bastante rápidos. Desde una perspectiva sueca la película fue bastante cara, pero desde una internacional o estadounidense, fue bastante barata. Así que creo que, como dijiste, y me alegra que lo digas, parece que costó mucho, mucho más de lo que realmente gastamos. Creo que eso se nos da muy bien en Suecia.



