Muchos dirán que Netflix, una vez más, extiende sus frías garras sobre gente de bien, fagocitando y diluyendo la personalidad de los autores, algo que no siempre comparto pues hay ocasiones en que los directores trabajan con total libertad, o eso es lo que dicen ellos mismos y es la sensación que transmiten ciertas obras de realizadores veteranos. Y aunque sospecho que Eres tú, segunda película de Alauda Ruiz de Azúa, estrenada en la plataforma con la más absoluta discreción como ha pasado con tantas otras (como por ejemplo Centauro, el último Calparsoro), es uno de esos casos, es difícil de asegurar, entre otros motivos porque no podemos (aunque en ocasiones puntuales sea posible) hablar de autoría en alguien que solo tiene una película. Soy una de esas pocas personas a quien no entusiasmó tanto Cinco lobitos. Y aunque los términos más comunes a la hora de hablar de la puesta en escena de aquella suelen ser intimismo, sencillez o transparencia, y la mayoría de las alabanzas recibidas, que comparto en parte, se centran en su guion, que a pesar de una introducción repleta de tópicos centrada en la maternidad, es cierto que va ganando en matices y se complementa bien con su nudo y desenlace, dibujando personajes creíbles apoyados por unas sólidas interpretaciones, pienso que formalmente tenía rasgos interesantes no incompatibles con esa mirada limpia, sobre todo a la hora de plantear la composición de los planos, tomando una distancia que permitía ver las cosas de una forma alejada de los estándares (y de los personajes). Si Alauda Ruiz de Azúa tendrá una personalidad como autora, y si en caso afirmativo se fundamentará en su escritura, en su realización o en un compendio de ambas cosas, habrá que verla rodar más guiones propios para saberlo, o al menos donde se le permita hacer lo que quiera tras la cámara. Para poder llegar a eso a veces hay que hacer encargos, como este, y aquí, aunque no pueda asegurarse como decía más arriba, la sensación es que cualquier posible atisbo de personalidad queda difuminado por el poder persuasivo de la plataforma. Eres tú está rodada de una forma más convencional, algo que también puede obedecer a la (falsa) necesidad de ir de la mano del género abordado.
Digo esto porque si alguien se topa con esta película sin saber quién la ha dirigido, cosa bastante probable teniendo en cuenta la poca difusión y la forma en que vomita su contenido la plataforma, no sería extraño pensar en Dani de la Orden y un intento de replicar el resultado de Loco por ella, con la que comparte pareja protagonista (con permiso de Silvia Alonso), y el tono de comedia romántica, con bastante menos gracia en esta ocasión, es importante decirlo. Podría sorprender teniendo en cuenta que sus guionistas también escribieron las estimables Promoción fantasma o Lo dejo cuando quiera, pero ya no resulta tan chocante si decimos que también son suyos los libretos de dos de las peores comedias españolas que he visto en los últimos tiempos: Amor de madre y Los Japón (aunque de esta última, en su descargo, diré que solo acreditan la idea original). Salvo algún chiste a costa del narcisismo del mundo editorial y literario (esa conversación del personaje de Álvaro Cervantes con ese trasunto de Pérez-Reverte al que le podrían haber sacado bastante más jugo; la tímida alusión es casi como lanzar la piedra y esconder la mano) a nivel de comedia hay muy poquito más, decantándose más por el lado la historia romántica mil veces vista (el barniz fantástico es poco más que un mcguffin), incluyendo un final de manual, a pesar de que en determinado momento los personajes se quejan amargamente de los finales encorsetados, y cierto tufillo machista (en torno a la condescendencia con que se trata al personaje de Pilar Castro), que no digo que no sea lícito, pero tampoco ayuda.