Ritchie en formato serie
Se estrenaba este mes en la plataforma Netflix The Gentlemen: La serie, creada por Guy Ritchie basada en el largometraje homónimo que dirigió y estrenó en 2019. No es la primera vez que una película del director británico sirve de material para una producción en formato episódico, ya en 2017 se estrenó Snatch, que aunque no viniera de la mano de Ritchie, sí que se basaba en la obra que disparó su carrera, Snatch: Cerdos y Diamantes (2000), y previamente había escrito para la serie Lock, Stock… (2000), spin off de su debut Lock, Stock and Two Smoking Barrels (1998).
Volviendo a la película de 2019, protagonizada por Matthew McConaughey y Charlie Hunnam (entre otros actores de renombre como Hugh Grant o Colin Farrell), The Gentlemen: Los Señores de la Mafia presentaba un Londres plagado de mafiosos en el que Michael Pearson (interpretado por McConaughey) utilizaba las enormes mansiones y extensos terrenos de los aristócratas para esconder un lucrativo negocio de producción y venta de marihuana. Ahora, con un reparto totalmente renovado encarnando personajes completamente distintos, la serie mantiene la misma idea sobre la que se construye el argumento y crea desde cero una nueva narrativa. En esta ocasión, el protagonista es Edward “Eddie” Horniman (Theo James), un soldado de Naciones Unidas que hereda la mansión de su recién fallecido padre y, con ella, la responsabilidad de mantener contentos a la organización criminal de la familia Glass, los cuales tenían acordado un trato con el padre de Eddie y disponen de una plantación de marihuana en el terreno. A lo largo de los ocho capítulos que componen esta primera temporada, Eddie descubrirá que tratar con criminales no se le da del todo mal, un concepto argumental que provocará una fuerte sensación de déjà vu a más de uno, pero que en The Gentlemen: La serie cuenta con el sabor único que aporta un director con tanta personalidad como lo es Guy Ritchie.
Alternando entre películas más autorales (Snatch o Rock’n’rolla) y proyectos de corte más comercial (Sherlock Holmes o Aladdin), lo que está claro es que Ritchie es un estilista del cine que explota la puesta en escena para crear un lenguaje propio que derrocha personalidad. Un estilo reconocible al instante que se proyecta a lo largo de los ocho capítulos, ya que The Gentlemen: La serie es principalmente eso, un desfile de Guy-Ritchadas: la excelente banda sonora acompañada de una estética videoclipera de colores y siluetas, la elegante composición de los planos ocupados por un variado rango de excéntricos personajes, cada cual con su aspecto único y personal, y sobre todo por su agilidad en el montaje y su imaginativo uso para fusionar conversaciones independientes, de combinar la narración con lo contado en flashbacks que se entrelazan con el presente, permitiéndose las elipsis repentinas (aunque inadvertidas) para sorprender con los sucesos omitidos en diálogos posteriores. Todo esto, claro está, siempre con el toque de humor que impregna su filmografía.
Contar con ocho capítulos que no llegan a la hora no parece aportar ningún tipo de ventaja o novedad a la fórmula del director británico. Los encuentros fortuitos y los engaños que provocan el cruce inesperado de múltiples tramas, algo central en la filmografía más autoral de Ritchie, aquí queda relegado a situaciones anecdóticas o al gag para una escena concreta. Eso no significa que no estén presentes elementos típicos de sus comedias criminales como las torpezas azarosas o el ya mencionado ecléctico elenco de personajes, pero lo cierto es que todo queda contenido en favor de un desarrollo más centrado y lineal de la trama. Con todo, cada capítulo de The Gentlemen: La serie supone un ejercicio de estilo que desborda personalidad. Guy Ritchie de nuevo haciendo de las suyas, y eso es de agradecer.