Old Boy, de Park Chan-wook

Veinte años de un pulpo y un martillo

Old BoyLos insólitos y admirables estrenos de Kim Ki-duk ya nos pusieron en contacto con la filmografia coreana a través de obras turbadoras y atractivas sobre relaciones tan tóxicas que tal vez sería difícil verlas estrenadas en esta época del metoo. Llegó luego el impacto de Memories of Murder (Bong Jong-hoo, 2003) reivindicando ante el mundo no solo un autor sino toda una filmografía. A partir de entonces, la recién nacida Miradas de Cine, y la crítica en general, orientó su mirada a Oriente. Eran tiempos de descubrir a directores de nombre difícil, cuando no impronunciable. Y allí teníamos a Jia Zhang-ke, a Apitchapong Weerasethakul, a Takeshi Kitano y Takashi Miike, a Tsai Ming-liang o Hou Hsiau Hsien… cuando llegó Old Boy  en 2005 caímos de espaldas.

Recuperada en salas a los veinte años de su estreno en España (con copia remasterizada en 4K), Old Boy aparece tan potente y tan original como en el momento de su estreno, aunque ya no sean novedad ni los personajes huraños y con tendencia exagerada a una violencia brutal o el contraste entre un humor absurdo aparecido justo antes o después de un asesinato o de una pelea brutal. Ahora, sin embargo, estas escenas ya no nos son desconocidas sino familiares. Tras dos décadas disfrutando de cintas dirigidas por los anteriormente citados, Kim Jee-woon  o Na Hong Jin, la violencia ya no es el límite.

Old Boy

Si hacemos un breve recordatorio sobre el argumento de Old Boy (evitando spoilers para aquellos afortunados que aun puedan disfrutarla por primera vez) debemos explicar que trata, inicialmente, del largo secuestro al que es sometido un personaje anodino, sin motivo aparente, y de la búsqueda del motivo de ello a su salida, con dos venganzas cruzadas a partir de allí, la del personaje que le encerró y la de la víctima. Tal vez por la familiaridad actual con la filmografía coreana, ahora podemos disfrutar de las cualidades cinematográficas y la elaboración estética que Park Chan-wook desarrolló en esta cinta. Hay que recordar que el director no era un novato. Tenía en su haber un par de obras notables, que en aquel momento nos apresuramos en buscar por uno u otro lado (Joint Security Area, 2000; Sympathy for Mr. Vengeance, 2002). Sin embargo, Old Boy luce la habilidad de su director notándose su goce en elaborarla. Aquí apunto algunos motivos:

  • Un excelente trabajo de edición, que brilla en el montaje rápido de la secuencia inicial en la comisaría (dónde conoceremos al irascible, mentiroso, impertinente antihéroe, Oh Dae-su), en la posterior en la que veremos el transcurso de quince años de encierro a través de la narración del protagonista, de las imágenes de noticiarios televisivos o de las marcas en su cuerpo, o en las elipsis que aceleran el ritmo al que pasan los días en una cuenta atrás.
  • Una capacidad narrativa extraordinariamente fluida por combinar sabiamente diálogos e imagen, sintetizando la información necesaria, evitando subrayados (salvo tal vez en el enfrentamiento final entre los dos antagonistas) y primando la importancia de la imagen.
  • Una imagen que Chan-wook trabaja no sólo estéticamente (el color se vincula a un personaje u otro) sino que hace evolucionar, juguetonamente, para pasar de una escena a otra: las hierbas de la hipnosis pasarán a ser hierbas del tejado dónde despierta, el comentario sobre las hormigas con las que el protagonista alucina devienen una hormiga gigante ante la alusión a personajes solitarios, los dedos que se encogen dan pie a la presión sobre un gatillo, el plano de unas piernas y el timbre de una puerta recuperan unos recuerdos olvidados (ah, Hitch)…
  • La capacidad de recoger todos los elementos de la escena en la composición de un primer plano o, especialmente, en plano de conjunto. Por ejemplo, la imagen del protagonista inconsciente sostenido por otros personajes mientras la televisión emite imágenes que explican el paso del tiempo o la escena en que, enfrentado en un pequeño espacio a un grupo mafioso, vemos los detalles de cada uno de ellos y, al fondo, a la joven atada y semidesnuda…
  • Los movimientos de cámara, sean discretos o notables. De hecho, si recordamos grandes secuencias del cine oriental, el travelling lateral, a derecha e izquierda, siguiendo la lucha en el pasillo es una de las imágenes que primero se viene a la cabeza, junto a los pillow shots de Ozu o los rostros de Toshiro Mifune y los seis samuráis.
  • Finalmente, digámoslo, Old Boy no es sólo Park Chan-wook. Ahí nos encontramos, muchos por primera vez, con Choi Min-sik, una fuerza de la naturaleza, capaz de mostrarnos la más extrema violencia, la maldad, la astucia y la cobardía, en ocasiones de modo simultáneo. Su excelente caracterización lo propulsó como el actor por excelencia de la nueva ola del cine coreano.
  • Por un pulpo y un martillo. Nada más que añadir a los que hayan visto la obra, un punto de suspense complementario para los que puedan disfrutarla por primera vez.

Old Boy

A los veinte años de su estreno, brindemos con soju por la mayoría de edad de esta joya que sigue manteniendo toda su juventud y en la que cada visionado permite disfrutar de tantos detalles.