Hasta el año 2000, en España pocos sabían quién era Takashi Miike. Si no me equivoco, la proyección de Dead or Alive 2: Sangre yakuza (Dead or Alive 2: Tôbôsha) en el festival de Sitges de 2001 fue probablemente la primera vez que se exhibió algo suyo en pantalla grande por nuestras tierras, y desde entonces se convirtió en alguien que no podía faltar en la cita catalana, en ocasiones por partida doble, e incluso triple, pero era alguien exclusivo para los afortunados que hacían acto de presencia por allí. El estreno en salas de Audition (Odishon, 1999) en 2002 parecía otro avance para la distribución española de un autor tan prolífico como interesante. Pero después pocos (y no especialmente los mejores) han sido los films de Miike que han pasado por nuestras carteleras: tan solo Llamada perdida (Chakushin ari, 2003) y Big Bang Love: Juvenile A (46-okunen no koi, 2006), que yo recuerde. Por suerte, el mercado del DVD nos está salvando del abismo cultural en estos últimos años y poco a poco podemos ir descubriendo la filmografía de uno de los creadores imprescindibles del cine japonés actual.
En esta ocasión A Contracorriente Films nos sorprende con el lanzamiento de Yatterman (2009), una cinta, que como ya ocurriese en The Great Yokai War (Yôkai daisensô, 2005), que pudimos ver en un par de festivales, está dirigida en apariencia a un público infantil y es por ello que inevitablemente veremos una obra menor de su director. Sin embargo, salvando el temor inicial a una historia quizá ya demasiado conocida que rezuma disfraces chillones superheróicos pero con algún escote que podría ser supererótico, un villano (villana en realidad) y sus torpes esbirros y una búsqueda por partes de un objeto mágico (en esta ocasión una calavera), sorprende, como en aquella, encontrarnos con su habitual humor gamberro que aunque algo bajado de tono no le impide hacer chistes de tetas o de frotes vaginales con barras de metal gigantes.
A pesar de esa trama que no aporta gran cosa al género de aventuras, la película sí que destaca en toda su imaginería visual con una gran fotografía de Hideo Yamamoto, que ya trabajó con Miike en varias ocasiones y con Takeshi Kitano en Hana-bi (Flores de fuego), que obtiene unos excelentes resultados con el color, y con los enormes y delirantes mechas (esos robots gigantes comandados por humanos que viajan en su interior, omnipresentes en la cultura del anime japonés), las transformaciones y las peleas, todo ello sustentado en una animación digital más que decente, que proporciona entretenimiento (eso sí, que nadie busque nada más) como pocos saben hacerlo.
Y teniendo en cuenta que aunque hay ediciones DVD muy cuidadas de coleccionista, con libros, documentales, cortometrajes, etc. (y que cuestan su dinero, claro), pero que las ediciones más estándar se descuidan bastante últimamente, perteneciendo Yatterman a estas últimas, por una vez el contenido extra merece mención, con más de veinte pequeños videos de entre uno y dos minutos en su mayoría con pequeñas entrevistas y momentos del rodaje que se integran bastante bien en el espíritu de diversión del que se impregna la película. Ah, y cinco postales de los principales personajes.
Hola! También podría equivocarme, pero creo que Takashi Miike fue «descubierto» en la Semana de Cine Fantástico y de Terror de Donosti ya que ahí se vieron con anterioridad «Fudoh» y «Dead or alive». En sesiones maravillosas, por cierto. Desde entonces Sitges no le quita ojo…