El cineasta japonés Takashi Miike vuelve una vez más al festival de Sitges para presentar su nuevo trabajo. En este caso se trata de Lumberjack the Monster, película en la que un despiadado abogado se obsesiona con vengarse tras ser atacado por una figura enmascarada. En Miradas de cine hemos tenido la ocasión de entrevistarle para preguntar por su nuevo proyecto y su carrera.
En el pasado ya has presentado películas en Sitges e incluso llegaste a rodar aquí la adaptación de JoJo’s Bizarre Adventure. ¿Cómo es tu relación con el festival de Sitges a nivel profesional?
Mi relación con Sitges comenzó como director, cuando aún hacía películas con presupuestos bajos y no llegaba a tanto público. El festival de Sitges fue quien descubrió un poco la figura de Miike, y de ahí ha ido escalando y escalando. Por lo tanto, estoy muy agradecido con el festival de Sitges.
Esto de que mencionas de las películas de bajo presupuesto. ¿Cómo cambia tu forma de rodar o de enfrentarte a un proyecto el disponer de más o menos presupuesto?
Entre presupuesto bajo y presupuesto alto, no encuentro que haya tanta diferencia, porque si un productor quiere llegar a mucho público entonces no me pedirían a mí el encargo, porque soy muy mío. Por lo que, realmente, no noto mucho la diferencia entre presupuestos altos y bajos.
Es verdad que tu cine es muy único, muy especial. Rompes los moldes una y otra vez y nunca se sabe por donde vas a salir. ¿Te has encontrado alguna vez resistencia? O incluso por ti mismo, ¿te has preguntado donde poner el límite?
No pongo límite en mi cabeza, si no que dependo de la condición del rodaje, del actor, del guion… pero sobre todo del personaje que aparece en la película. Yo escucho al personaje para decir si puedo ir más allá o me quedo aquí. Es un balance que consiste en escuchar al personaje para poner los límites.
¿Qué te llamó la atención de Lumberjack the Monster para llevar a cabo la película?
Había un productor que quería hacer una película de esta novela (Kaibutsu no Kikori de Mayusuke Kurai). Me la propuso y yo acepté. Pero llegar hasta aquí no fue mi intención, si no que por el trayecto de mi carrera y por haber hecho ciertas películas, a este productor le interesó que yo fuera el responsable del proyecto. Por lo tanto, podríamos decir que he tenido una trayectoria que he ido creando yo mismo y, de forma natural, Lumberjack the Monster llegó hasta mí.
¿Conocías la novela antes de que te ofrecieran el proyecto?
Antes de la película no había leído la novela, pero cuando me llegó el proyecto la leí y me pareció súper interesante. Sobre todo porque habla del pasado y pedir perdón. Y especialmente el protagonista, que al final tiene buena actitud hacia otras personas, actitud de buena fe y voluntad, algo que es muy humano. Esto es lo que me cautivó de esta historia.
Hablando del protagonista. ¿Qué te llamó la atención de Kazuya Kamenashi para escogerlo como protagonista?
Kamenashi es un idol japonés. Desde que era joven pertenecía a un grupo de cantantes y actores. Los idols actúan las veinticuatro horas del día su papel de idols, como el protagonista de la película que también está siempre actuando. Entonces pensé que Kamenashi entendería a la perfección el personaje. Esperaba que lo entendiera de forma natural porque su vida es así, de modo que le hice el casting y lo hizo genial.
A parte de la novela, ¿qué referentes has tenido para la película?
La figura del psicópata está muy definida. Para la película, lo que le he dicho al actor es que no aportase nada de su cosecha, quería que fuera un psicópata neutro, que no se supiera que está pensando en ningún momento. Un psicópata sin toques personales. Esto es lo que le indiqué al actor para que interpretara su papel.
¿Cómo de importante es para ti representar la cultura japonesa?
No pongo énfasis en la cultura japonesa en las películas, si no que un grupo de japoneses de este momento, de esta época, crean la película y de forma natural aparecen elementos japoneses. Mi forma de trabajar es no poner muchos sentimientos en mis obras y crear algo que me gusta, algo que considero que existe para el cine y no al revés. No es el cine el que existe para mí si no al revés.
Has adaptado varios mangas/animes y videojuegos. ¿Hay alguno en concreto que te haya gustado especialmente y que te interesaría poder adaptarlo al cine?
Hay un manga de mi infancia que se llama Gaki Deka, pero seguramente nadie apostaría por una adaptación de este manga. Va sobre un niño que es policía. (risas)
Ya por último, antes te preguntaba por tu relación con Sitges. ¿Hay alguna proyección del festival que te haya gustado especialmente?
Voy a muchos festivales internacionales, pero mi papel es presentar películas, no verlas. En ese aspecto, no he podido ver tantas pelis como me hubiera gustado. Sí que miro el catálogo y reviso qué pelis hay pero no llego a verlas en el cine. Hay una película que se llama Gummo (Harmony Korine, 1997), de un director de Nueva York. No la he visto, pero en mi primer festival internacional vi la foto en el catálogo, en ella se veía un niño con orejas de conejo. Me gustó mucho la imagen, aunque no haya visto la película, y le puse el nombre a mi empresa.