Nos entrevistamos con Isaki Lacuesta y Pol Rodríguez, directores de Segundo premio, esa obra sobre la creación artística y la amistad, que (no) es una película sobre Los Planetas. Una entrevista que abordó múltiples temas, aunque, con tantas aficiones comunes, podríamos haber alargado en una sobremesa o, mejor, tras un concierto. Recopilamos comentarios y, para facilitar la lectura, agrupamos las respuestas de ambos directores.
—Adaptáis un proyecto inicial de Jonás Trueba. ¿Qué queda de ese proyecto?
Isaki/Pol: Queda el título, la idea de Saturno y el concepto de que debía ser una película con música tocada en directo por músicos auténticos.
—¿Cambió mucho la historia?
Isaki/Pol: Permaneció el coguionista. Fernando Navarro, que conocía a Los Planetas, conocía el ambiente de Granada de los noventa, cuándo fue camarero en algunos bares o salas de concierto y podía adaptar diversas historias. Hemos contado nuestra versión, pero Segundo premio podría haberse construido con muchas historias distintas.
—Se hace referencia durante la historia y en el título inglés… Saturn Returns… ¿Es porque Saturno devora a sus hijos, como los rockeros condenados a morir jóvenes?
Isaki/Pol: Podría ser, es un concepto que tiene origen en la idea de Jonás. Pero Saturno lleva consigo numerosas leyendas y referencias. También se vincularía al gran tamaño del planeta, cuya rotación dura 27 años.
—Isaki, en tu filmografía abundan las dualidades, o las duplicidades. Sea la historia alternativa en Un año, una noche (2022), las vidas paralelas de los personajes de La leyenda del tiempo (2006) y Entre dos aguas (2018), la vida hecha leyenda o inventada en Los pasos dobles (2011) y La próxima piel (2016) o la vida falsificada que algún personaje crea en Los condenados (2009). ¿Cómo asumes en esta ocasión un producto de encargo?
Isaki: No, al contrario. La mayor parte de mis películas son planteadas por otros profesionales, no son ideas mías y, sin embargo, yo no las considero “encargos”. Si el tema me interesa, de alguna manera, aunque pueda ser inconsciente, la asumo y la hago mía. Es posible que sea una dinámica que pueda utilizar para desarrollar la historia. Quizás forma parte de mi propia personalidad. De hecho, ¡en Segundo premio la duplicidad llega al punto de tener dos directores!
—¿Cómo rodáis una película a cuatro manos?
Pol: Estaban a punto de rodaje cuándo Isaki supo que no podía estar presente en el mismo. Contactó conmigo y consideré que era una petición de amigo a amigo, así que acepté. Había colaborado como ayudante de dirección en Un año, una noche y lo veíamos plausible mediante una conexión online que permitía a Isaki ver el material rodado de manera inmediata. Por otro lado, considero que el trabajo de ayudante no es puramente mecánico y que plantea aportaciones propias que aquí pude trabajar.
—Volviendo a la historia, ¿se planteó en algún momento que fuera una película sobre Los Planetas?
Isaki/Pol: El planteamiento de Jonás quedó atrás a nivel de historia y, como decimos, ésta podría haber sido muy diversa. Jota (líder de Los Planetas) nos daba libertad para adaptarla como quisiéramos, del mismo modo que él la pide a la discográfica para hacer el disco como él quería. No hubo ningún límite por su parte ni por parte de otros miembros del grupo. Nos consta que él y el guitarra han visto la película y creemos que no la han visto ni el primer batería ni May (la bajista que abandona el grupo al inicio de la película para dedicarse a estudiar letras), pero no tenemos ninguna oposición por parte de nadie.
—Entonces, el hecho de que no se nombre a ninguno de ellos por su nombre (en la película no se citan los nombres de los músicos) ¿no está relacionado con aspectos legales?.
Isaki/Pol: No, en absoluto. Interesaba mucho retratar el ambiente. El ambiente de creación, el ambiente de Granada, el ambiente de amistad y conflicto. Qué se movía en los 90 en Granada y cómo se vivía ese ambiente… El grupo podían ser Los Planetas pero el ambiente, las relaciones de amistad, la búsqueda creativa, podían ser de ellos o de otros grupos.
Pol: Y ahí quisimos recoger el aspecto fantástico. A Jota le gustan los cómics, a Los Planetas les gusta la ciencia ficción, la serie B… En Una semana en el motor de un autobús (el disco cuya génesis se recoge en la película) se incluye una canción con ese título, Ciencia ficción… y rodaron un videoclip dirigido por Jess Franco… Aprovechamos esa idea para introducir la ficción en la historia, para estructurar en el formato de la imagen una distribución semejante a las viñetas, o unos títulos que introducían un nuevo capítulo… pero, sobre todo, para crear un relato de ciencia ficción, dentro de una ficción, dentro de una documentación… ¡La idea de desarrollar una cinta de vampiros, de vampiros reales!
Isaki: Y en ello nos ayudó mucho Fernando Navarro (coguionista), que tiene experiencia en el Fantástico y en el desarrollo visual del género con Anacleto, Verónica, Musa, Venus… Más allá de la escritura, él aportó ideas genuinas. Cuando el guitarra sufre un coma se planteaba una escena de convulsiones… El argumentó que nada de eso, que el guitarra iba a levitar… ¡y levita, en un plano que funciona estupendamente!.. Su implicación no sólo permitió captar la realidad de Granada sino integrar la ficción.
—De nuevo, pues, no sabemos si la obra es una u otra cosa.
Isaki/Pol: Estaba claro que no queríamos un musical al estilo de un biopic. Era la historia de unos jóvenes en un momento concreto y queríamos retratar lo que creemos pudo pasar. Pero si ellos mismos no lo recuerdan, no era necesario buscar elementos exclusivamente verídicos o reales sino mezclarnos con los plausibles o los imaginados. En definitiva, integramos la música, la realidad y la ficción.
—Pero es un musical.
Isaki/Pol: Por supuesto, pero no un musical en el que la trama se detiene o avanza según suene o no un tema. En Segundo premio la trama avanza cuándo se toca una canción al igual que cuando no se toca, incluso pueden suceder varias cosas a la vez. Tenemos por ello también música compuesta para la película, más electrónica, para mantener el ritmo o el ambiente entre canciones. Y, por ello, era imprescindible rodar con músicos, más que con actores. El guitarra, Cristalino, es músico, Mafo, el batería, era road manager del grupo en aquellos años y sólo el líder está interpretado por un actor, Daniel Ibáñez, que también es músico. Incluso trabajamos con ingenieros de sonido auténticos. La música debía tocarse y grabarse en directo y en ningún caso queríamos utilizar playback de Los Planetas. Eso hubiera forzado al grupo a la imitación y la falta de naturalidad y, precisamente, a lo que aspirábamos era a captar esa realidad.
Pol: Isaki, tú puedes ahora dedicarte a la música.
Isaki: Bueno, durante el rodaje me animé en la composición y, vete a saber, si llego a desarrollar una nueva línea creativa en la música… (risas)
—No puedo evitar la pregunta. En una escena, los personajes entran en una sala de música y suena Family, ese grupo mítico de un único disco… ¿Quién lo seleccionó y por qué?
Isaki: Family es el gran grupo del pop español y merece la pena ser referido, aunque no sean el eje de una película sobre un grupo que crea rock… Además, Javier Aramburu, uno de los integrantes, es amigo de Los Planetas y diseñador de las portadas de sus discos.
—Finalmente, ficcionando todo… Tenemos en exhibición comercial en los últimos meses una película con música de Raffaela Carrá, una de Hombres G, La estrella azul…
Isaki/Pol: … De Locomía…
— …Exacto, por partida doble, documental y ficcionados… ¿En este contexto puede esperarse que la industria y el público se interesen por el musical?
Isaki/Pol: Vete a saber, nosotros hemos hecho una obra sobre amigos que hacen música. Recientemente se han recuperado musicales que desarrollaban como se construía un concierto o un concepto de obra musical, sea con la recuperación de Get Back (The Beatles: Get Back, Peter Jackson, 2021) o de Let it Be, dónde el concierto y la música se alternan con los diálogos o las ocurrencias de los Beatles. Ahí está el interés, ver cómo unos amigos construyen una obra y como lo disfrutan.