Sitges acecha
El Festival de Cine Fantástico de Sitges suele retarse a sí mismo y elevar el listón anualmente. En este 2024, sin embargo, el listón está aún más elevado. Por una parte, las inoportunas obras de reforma que han bloqueado la disponibilidad a la Sala Retiro, emblema del certamen, tanto para el público general como para la prensa, que vemos limitadas las opciones de visionado. Por otro lado, un listón también elevado durante el transcurso de este mismo año con las apariciones nada espectrales (como estrenos comerciales, festivaleras o virtuales) de obras notables que habrían podido lucir en las pantallas de Sitges (Maxxxine, La trampa, Longlegs, De naturaleza violenta, Abigail, El brillo de la televisión…).
Tal vez por ello el mayor reclamo de esta edición es La sustancia, la cinta de Coralie Fargeat que traumatizó en Cannes y San Sebastián, una obra esperada tras el impacto positivo que causó en Sitges su obra anterior, Revenge. Pero, considerando que los espectadores de Sitges estamos curtidos en espantos y pensamos que podremos sobrevivir sin problemas a los sangrientos cambios de cuerpo que se nos anuncian, hay que buscar otras propuestas.
Entre las más de 350 obras presentadas, llama la atención un grupo de películas que contienen nombres conocidos, como Presence, incursión de Steven Soderbergh en el Fantástico o el debut de la hija de Spielberg, Don’t Feed the Children, situado en un mundo post apocalíptico. Están también Adam Elliott, autor de Max y Mary, con Memorias de un Caracol, los Sauvages de Claude Barras (el de Historia de Calabacín), Los hiperbóreos (de los autores de La casa lobo), Meanwhile on Earth de Jeremy Clapin (quien tras He perdido mi cuerpo se pasa a la imagen real) o Marco Dutra (que ya trajo As boas maneiras) con Bury Your Dead .
Hay por supuesto nombres conocidos del Fantástico como Alexandre Aja, que presentará Never Let Go y recibirá homenaje, Soul Eater del inquietante dúo Bustillo & Maury, Kiyoshi Kurosawa con Cloud, otro thriller que se anuncia escalofriante o el regreso de los hermanos Quay con Sanatorium. También tenemos The Rule of Jenny Pen, de James Ashcroft (que nos torturó con Coming Home in the Dark), un thriller geriátrico que enfrenta a John Lithgow y Geoffrey Rush (invitado al Festival), Natalie Erika James con Apartment 7A (nada menos que una precuela de La semilla del diablo) o Zero, la angustiosa odisea de dos hombres atados a sendas bombas, del autor de Saloum, Jean Luc Herbulot.
Entre la numerosa presencia española nos atraen Rich Flu, la nueva obra de Galder Gaztelu – Urrutia (El hoyo), Daniela Forever, el retorno de Nacho Vigalondo o Bodegón con fantasmas de Enrique Buleo.
Y hay nombres menos conocidos, aunque traen propuestas a priori apasionantes como Michael Felker, colaborador de Benson y Moorhead, que trae Things Will be Different Now, un thriller fantástico con saltos en el tiempo, Frewaka, folk horror irlandés a cargo de Aisslin Clarke, o la historia del hipopotámo Pepe y su toma de conciencia, narrada por Nelson de los Santos Arias.
Remarcar la potente presencia asiática, con un éxito coreano, Exhuma, en el que un entierro tendrá complicaciones al utilizar una vieja tumba, Twilight of the Warriors, Walled In, que desde Hong Kong mezcla noir y artes marciales, Noise, Confession o The Killers, una obra encargada sobre asesinos a sueldo a diversos autores. Tanto thriller se puede compensar con el humor de Escape from 21st Century, comedia china dónde el estornudo permite viajar en el tiempo, o Dead Talents Society, con unos espíritus tratando de triunfar en las redes.
Hay mucho más, sin duda, y muy interesante. Hay que revisar el programa y tener suerte con las entradas. Pero siempre se puede probar el azar y… vaya usted a saber. Tal vez pueda llegar a un pase tan estimulante como puede ser el de algo tan insólito como Grand Theft Hamlet, un documental sobre la supuesta puesta en escena de la obra más inmortal de Shakespeare en el marco del videojuego. Estamos en Sitges, todo vale.