El director de la aclamada Call me by Your Name (2017), Luca Guadagnino, abandona la bella Italia para adentrarse en el solitario Medio Oeste Norteamericano. Basada en la novela homónima de Camille DeAngelis, Hasta los Huesos cuenta la historia de Maren (Taylor Russell), una adolescente a la que su padre abandona tras volver a intentar comerse a una de sus compañeras de clase. Es entonces cuando la protagonista decide emprender un viaje en busca de su madre, para entender sus orígenes. En su camino, se encuentra con Lee, encarnado por el maravilloso Timothée Chalamet, otro joven caníbal que deambula por las calles y afronta su condición a su manera.
Guadagnino, a diferencia de sus personajes, no tiene miedo y apuesta fuerte, después de afrontar en uno de sus últimos trabajos el remake de Suspiria (Dario Argento, 1977), vuelve a tantear el mundo del terror, pero esta vez, con un nuevo reto: volver a trabajar con Chalamet, lo que ha generado una expectativa enorme para todos los fans de Call me by Your Name. No negaremos que el reencuentro del director italiano con la estrella del momento ha sido uno de los reclamos de este año y es que, además, la premisa de la película no puede ser más atractiva: dos caníbales que se enamoran. Pues lo que inicialmente se plantea como una película de terror, acaba siendo un drama romántico de principio a fin, eso sí, con algún que otro momento de gore absoluto. Sin embargo, y aunque sé que a algunos ya se os ha pasado por la cabeza, se aleja del romance teen de Crepúsculo (Catherine Hardwicke, 2008) y aprovecha el género para mostrar una realidad alejada de lo común, reforzar el fondo del film y reflexionar sobre los traumas familiares y la búsqueda de una identidad perdida.
El canibalismo no es tratado como algo explícitamente terrorífico, sino más bien como una característica que tienen algunas personas. Un aspecto que les impide relacionarse y vivir con normalidad. En definitiva, como una condición que los mantiene al margen de la sociedad y los pone en una situación desigual al resto. Pues claro, son caníbales, pero más allá de eso, logramos comprender la psicología de los personajes y sentir compasión por ellos, ya que es precisamente a través de eso, que Guadagnino retrata, como solo puede hacerlo él, la vulnerabilidad y la incertidumbre de la juventud, del amor y de uno mismo. Así, Maren y Lee, a pesar de matar y devorar personas, no dejan de ser dos adolescentes, que, frente a todas las adversidades, intentan encontrar su propio camino.
En esta road movie caníbal, como en todos los viajes memorables en coche, la banda sonora creada por el maravilloso dúo formado por Trent Reznor y Atticus Ross encaja a la perfección y acompaña a los dos jóvenes a lo largo de su camino. Y es que en la película nos cruzamos con muchas sendas interesantes, pero algunas se quedan a medio explorar. La trama principal de la película, aunque contenga un clímax que te deja paralizado en la butaca, no consigue resolver con éxito todas las cuestiones plateadas al inicio. En algunos momentos, el argumento parece desvanecerse entre una lírica excesiva y planos de postal. A pesar de ello, su narrativa romántica contrasta con el paisaje árido de la América más marginal y consigue que nos reencontremos con la ternura que nos logró cautivar en Call me by Your Name.