2023 arrancaba justo después de la publicación en Sight and Sound de los resultados de su archiconocida encuesta “Las mejores películas de todos los tiempos” (Greatest Films of All Time). Repetida una vez cada década (desde finales de 1952), la lista supone uno de los grandes referentes del canon cinematográfico del momento. Esta última edición trajo bastante polémica al producir uno de los mayores cambios de paradigma respecto a la serie histórica. Una película casi experimental y de una directora no demasiado conocida, Jeanne Dielman, 23, quai du Commerce, 1080 Bruxelles (Chantal Akerman, 1975), se hacía con el reconocimiento como mejor película de la historia. Otras películas centradas en minorías, de geografías periféricas o de marcado corte feminista aparecían además listadas por primera vez entre las 100 favoritas elegidas por los críticos (películas como Touki Bouki de Djibril Diop Mambéty, 1973, o Wanda de Barbara Loden, 1970). La irrupción de este tipo de películas se explica por la inclusión de una mayor diversidad de críticos entre los encuestados así como por el reflejo de las inquietudes políticas contemporáneas.
Dichas inquietudes también se ven plasmadas en la producción cinematográfica actual y, de entre las nominadas al Óscar a mejor película de la última gala, Tár era sin duda la que colocaba a la cuestión feminista en una posición más central de su propuesta (todas las quinielas daban como favorita a Cate Blanchett para el galardón de mejor actriz, premio que fue arrebatado finalmente por el papel de Michelle Yeoh en Todo a la vez en todas partes, 2022). Paradójicamente, la película de Todd Field juega con una pretendida ambigüedad, pudiéndose leer en clave feminista (empoderamiento de la mujer) o en clave antifeminista (al situar a una mujer en una posición que pudiera entenderse como propia y característica del patriarcado). En un mundo de blancos y negros, donde impera la cultura de la cancelación (precisamente criticada en una de las escenas más polémicas del filme), se agrade una propuesta tan poliédrica, con una puesta en escena además meticulosamente exquisita, reflejo de la psique de la protagonista de la cinta. Por encima incluso de su mirada de género, merece la pena reivindicar a Tár por su retrato de los liderazgos narcisistas, tan vigentes en la sociedad de hoy; no sólo en la política y en la empresa, sino también en el ámbito de los influencers y las redes sociales.