Los vigilantes, de Ishana Night Shyamalan

Los vigilantesUno de los espacios más explotados en el cine de terror es el bosque. De día son parajes ideales en los que perderse se convierte en uno de los planes más buscados de aquellos que vivimos en la ciudad. Escapar de la rutina asfixiante, el hedor de la urbe, el colapso del transporte público. Todos soñamos con tener tiempo de huir al campo y olvidar nuestras obligaciones, sin embargo, a muy pocos nos apetece adentrarnos en la maleza después de medianoche. En la oscuridad del bosque es donde ocurre lo extraño, y no hay que escarbar demasiado en la memoria para que nos asalten varios ejemplos. El primero y más emblemático es el de Twin Peaks (1990-91), donde Lynch utilizaba las frondosidades cercanas al pueblo que da nombre a la serie para ubicar gran parte de los misterios que la vertebran. Dentro del subgénero del folk horror, una cinta como El ritual (David Bruckner, 2017) utilizaba este escenario como único espacio de una trama en la que un grupo de hombres debía enfrentarse a los amenazantes seres que allí habitaban. Imagen que nos lleva directamente a Los vigilantes, primera película de Ishana Night Shyamalan, en la que, de manera evidente, distinguimos ciertas analogías con el cine de su padre, uno de los tótems del terror contemporáneo, M. Night Shyamalan

Los vigilantes

La cineasta, que ha ejercido de guionista y directora de algunos episodios de Servant (2019-23), y que también ha grabado videoclips para su hermana Saleka, cantante de R&B, ha escogido para su debut en el largo la adaptación de la novela homónima de A. M. Shine. La película se abre con un prólogo que recuerda irremediablemente a El bosque (2004), donde Shyamalan padre mantenía cautiva a una comunidad bajo una estricta norma: nadie, bajo ningún concepto, debía acercarse a la siniestra arboleda colindante, donde aparentemente vivían unos seres extraños. Al inicio de Los vigilantes, un hombre intenta salir de la frondosidad sin éxito, hasta que la llegada de la noche despierta a los monstruos. Inmediatamente después conocemos a Mina, una artista estadounidense que trabaja en una tienda de animales en Galway, Irlanda, donde se estableció tras la imposibilidad de superar la muerte de su madre. De camino a llevar a una cotorra dorada a su nuevo hogar, la joven se verá obligada a atravesar una floresta que, de golpe, hará que todo lo electrónico deje de funcionar, incluido el coche. Desesperada por encontrar una forma de escapar, Mina se topará con una mujer que la guiará hasta una extraña edificación de cemento en la que viven, además de ella, otras dos personas. La premisa planteada en esta primera parte es interesante: muchas preguntas nos asaltan y el misterio parece tomar forma enseguida. Sin embargo, a medida que avanzan los acontecimientos nos damos cuenta de que lo atrayente de la propuesta se queda en la superficie. Cuanto más ahondamos en su contenido mayor es nuestra decepción.

Es una pena desaprovechar a una actriz como Dakota Fanning, a quien últimamente veíamos en la miniserie de Netflix Ripley (Steven Zaillian, 2024), para un papel tan poco profundo. Lo mismo ocurre con el resto de personajes: son planos y superfluos, carentes de cualquier tipo de encanto. El uso de la metáfora es poco original y peca de evidente: “el corral”, como llaman al habitáculo, sirve como prisión de los que allí habitan, igual que el pájaro que acompaña a Mina, encerrado siempre en una jaula. También podría funcionar como explicación de la cárcel interior en la que vive la protagonista tras la muerte de su madre, por la que todavía se siente culpable, aunque hayan pasado ya quince años.

Los vigilantes

Pese a todo, Los vigilantes prueba las aptitudes de Ishana Night Shyamalan como directora. Aunque sus personajes estén vacíos y las ideas que plantea no lleguen a desarrollarse de manera óptima, el resultado cinematográfico es notable. Se nota que no es su primera vez en un proyecto de tal envergadura, ya que trabajó como directora de segunda unidad en Tiempo (2021) y Llaman a la puerta (2023), las dos últimas películas de su padre. A sus 23 años, tiene un largo recorrido por delante para demostrarle al público que “de tal palo tal astilla”, y esperamos que así sea.

Tiempo, de M. Night Shyamalan

Top 2023 – 9. Llaman a la puerta, de M. Night Shyamalan

Llaman a la puerta, de M. Night Shyamalan