Paul Thomas Anderson. Videoclips III: Michael Penn, Fiona Apple y Joanna Newsom

La música no es una rareza en el cine de Paul Thomas Anderson. En su filmografía no escasean secuencias en las que el acompañamiento musical cobra una importancia enfática casi protagónica y que respiran un tono videoclipero, un formato fílmico del que el director estadounidense no es ajeno. Paul Thomas Anderson colabora habitualmente con artistas de la música en sus películas y, a su vez, él dirige videoclips para dichos artistas.

En su primer y segundo largometrajes, Hard Eight (Sydney, 1996) y Boogie Nights (1997), contaba con Michel Penn para la banda sonora, músico para el que hizo el videoclip de la canción Try. En aquel video de 1997 de aproximadamente 3 minutos ya quedó marcada la impronta autoral de uno de los elementos característicos de PTA: la extensión de planos que favorecen el montaje interno y la virtuosidad de la cámara para navegar por la imagen. Construido en base a un único plano secuencia, la cámara acompaña a Penn recorriendo un pasillo. Llevando a cabo giros de ciento ochenta grados cada cierto tiempo, el vídeo alterna entre el cantante y las escenas que tienen lugar en el pasillo, que se transforma como el decorado de un set en tiempo real, evidenciando el artificio ficticio de la obra. El vídeo recuerda en su estilo a las escenas más caóticas de la filmografía del director, en aquellas que la cámara sigue a un personaje envuelto de un ajetreo constante a medida que avanza por el escenario, como podrían ser las fiestas en Boogie Nights, el backstage del programa de televisión en Magnolia (1999), el almacén en Embriagado de amor (Punch-Drunk Love, 2002) o la feria de adolescentes de Licorice Pizza (2021).

Al final de los créditos de Magnolia aparece la dedicatoria “for fa and ea”. Las letras “ea” hacen referencia a Ernie Anderson, el padre de Paul Thomas Anderson, y “fa” son las iniciales de Fiona Apple, famosa cantante con la que mantenía una relación sentimental por aquel entonces y para la que dirigió cinco videoclips. Lejos de mostrar un estilo único generalizado, cada uno de los vídeos encuentra nuevas formas de abarcar la magnética personalidad de la cantante desde el lenguaje cinematográfico, siempre como un complemento visual al servicio de la música.

Como ocurría en Try, el dispositivo está siempre presente, optando por recursos que lo evidencian en lugar de invisibilizarlo. Apple, cantando con sus auriculares puestos, se pasea por el local de Across the Universe (1998) impasible al caos que la rodea. Con una estética en blanco y negro, el videoclip no tarda en ofrecer imágenes saturadas de escombros y cristales a causa de una multitud de gente destrozándolo todo. La cámara aísla a la cantante de la turba centrándose en ella e imitándola en su ignoración, dejando que el resto de personas queden visualmente en un segundo plano, fuera de encuadre o desenfocadas (a excepción de una breve aparición de John C. Reilly entre ellas, actor recurrente en la filmografía de PTA). De un modo similar, la literalidad de la premisa en se materializa en el videoclip de Paper Bag (2000), con una Fiona rodeada de niños bailarines, ataviados con trajes y sombreros. En contraste al caos de Across the Universe, para esta ocasión la cantante se mueve entre la organización de una coreografía multitudinaria y la cámara, aún centrada en ella, presta una mayor atención al espectáculo y sus participantes.

Por otra parte, es Fiona quien se torna en el elemento caótico de Fast as you can (1998). La locura bipolar a la que alude la artista se convierte en el tono cinematográfico del videoclip, forzando el dispositivo como un elemento más, tan visible como la propia Fiona en la pantalla. La cámara se mueve con brusquedad, permitiendo la intrusión de manos ajenas que la ajustan, se cambian las ópticas y la cantante interactúa directamente con ella, manchando la lente y limpiándola según la personalidad presente en Fiona. Manteniendo la visibilidad de dispositivo mediante recursos artificiosos, en Limp (2000) permite la presencia contante de la cámara y la manipulación de la imagen, cambiando el frame rate o acelerando el vídeo, e incluso repitiendo fragmentos del videoclip de forma abrupta. Sin embargo, en Limp se apuesta más por jugar con el entorno, ejerciendo una coreografía de luces y colores que se activan al paso de Fiona, alternando entre iluminaciones más naturales y otras que le dan un aire surrealista al sueño febril del videoclip.

Después de 13 años desde Limp y Paper Bag, Paul Thomas Anderson se encargó de la dirección del vídeo para Hot Knife (2013). Los planos cerradísimos enfocan a Fiona tocando el tambor en un indefinido por la negrura, recurriendo a un formato ancho cuyo uso no se limita a darle más ensanchar a la imagen. La extensión sirve a un propósito, uno que permite la intervención visual de la amalgama de voces que forman parte de la canción, usando la pantalla partida para que las múltiples participantes aparezcan en pantalla. Sirviéndose de otros elementos, como la luz o el color, PTA enfatiza las pistas sonoras de más peso en cada momento, cambiando al blanco y negro y viceversa, o reduciendo la iluminación hasta dejar a la portadora de la voz en una ensombrecida silueta.

La narradora en Puro Vicio (Inherent Vice, 2014), ese peculiar thriller noir que cambia al clásico detective en gabardina por un desaliñado hippie que se enciende porros en lugar de cigarros, es un personaje interpretado por la cantante Joanna Newsom. En la colaboración con Newsom, Paul Thomas Anderson dirigió dos videoclips en los que sigue demostrando su versatilidad formal. En Sapokanikan la cámara sigue a Joanna Newsom mientras se pasea por la ciudad. La imperfección se muestra en la naturalidad del contexto: con una cámara que se tambalea, planos que se desencuadran e incluso que pierden el enfoque, Newsom esquiva a la gente y busca por donde avanzar, siempre mirando a la cámara como si mantuviera una conversación con ella. En un giro de 180 grados, el videoclip para Divers es prácticamente estático, lo único que se mueve es el psicodélico paisaje, una especie de universo de aspecto mágico que se aleja de la cotidianidad del paseo en Sapokanikan. Joanna se convierte en una entidad que se combina con el entorno, enmarcada en las montañas, árboles y nubes que progresivamente la engullen hasta prácticamente hacerla desaparecer.

Paul Thomas Anderson demuestra en los videoclips que dirige tener tanta versatilidad como en sus largometrajes. Estos son solo algunos ejemplos de sus colaboraciones musicales, pero cada uno cuenta con su personalidad propia gracias a la búsqueda y experimentación de recursos formales. De ahí que haya algo en común a través de todos ellos: un exceso intencionado, imperfecto en ocasiones, que surge de la libertad por exprimir las herramientas cinematográficas.