“Que los dioses se maten entre ellos no llama la atención. Que lo haga un mortal puede cambiar el mundo.” La verdad es que solo la cita mencionada ya grita el nombre Zack Snyder por todos lados, y no creo que nadie ponga en duda lo mucho que casa con el director de 300 (2006) la mitología nórdica, base sobre la que se construye su nueva propuesta, la serie de animación El ocaso de los dioses, creada en colaboración junto a Eric Carrasco y Jay Oliva, el último mencionado especialmente conocido por sus películas de animación basadas en comics de DC. Snyder ya se hizo cargo de un largometraje de animación con Ga’Hoole: la leyenda de los guardianes en 2010, y teniendo en cuenta la enfatizada y abundante fantasía presente en sus película es fácil ver que su personalidad cinematográfica tiene buena acogida en la animación. La serie, de ocho capítulos en esta primera temporada (y con un final que invita a que haya una segunda), comienza con la salvaje matanza de todos los gigantes, una masacre de manos de un Thor (Pilou Asbæk) que destaca por su crueldad y arrogancia. La carnicería se produce en medio de la boda de Sigrid (Sylvia Hoeks), la única gigante que sobrevive y que inicia entonces un camino de venganza, consciente de la apoteósica hazaña que se ha propuesto, mientras reúne a su propio grupo de rebeldes para atacar Asgard.
El argumento está cargado de fantasía, elementos y criaturas extraídas de las abundantes historias de la mitología nórdica. En este aspecto, el trasfondo de El ocaso de los dioses resulta inmenso debido a la fuente de la que bebe, y además de la protagonista y sus acompañantes, hay una gran variedad de otros personajes de carácter más secundario que, sin embargo, se sienten igual de importantes, cada uno con sus características y su propia historia. La complejidad del trasfondo se revela a menudo cuáles leyendas en la propia diégesis de la serie, como cuentos en los que Snyder recurre a sus habituales narrativas construidas sobre imágenes casi estáticas, similares a Watchmen (Zack Snyder, 2009) y los orígenes del Doctor Manhattan, el trauma de Bruce Wayne en el inicio de Batman v Superman: El amanecer de la justicia (Zack Snyder, 2016), o el pasado de los rebeldes de la más reciente Rebel Moon: La guerrera que deja marcas (Zack Snyder, 2024). De este modo, la historia gana complejidad en base a los múltiples participantes y afectados por la ira de Sigrid y su conflicto con Asgard, destapándose a medida que avanza en su viaje las motivaciones y verdaderas intenciones de cada uno de los implicados en un enfrentamiento que podría rehacer por completo el mundo que habitan.
Aquel que haya jugado a los dos últimos videojuegos de la franquicia God of War (de los años 2018 y 2022), esa revisión de la saga que introducía a Kratos en la mitología nórdica, liándose a puñetazo limpio con los mismísimos Thor y Odín y nada menos que provocando el Ragnarök, ya se puede hacer una idea de lo que se va a encontrar en El ocaso de los dioses. La violencia explícita de la que la serie hace gala no tiene nada que envidiar a las excesivas y sangrientas ejecuciones que Kratos llevaba a cabo. Cada capítulo está cargado de acción, tan espectacular y saturada como habitúa el cineasta, sacándole partido a la animación para exagerar, aún más si cabe, el desproporcionado poder de los personajes. Explosiones, luces, rayos, humo… cada golpe asestado deja su rastro en pantalla y engrandece el carácter épico de las coreografías. La filmografía de Snyder acostumbra a contar con la grandilocuencia como ingrediente general, y una de las principales herramientas para lograr este fin, más allá de la ocasional (e imprescindible) cámara lenta, es la música. Cada escena, sobre todo aquellas centradas en combates, queda intensificada gracias al acompañamiento musical, con tanta presencia que casi parece un personaje más, en esta ocasión compuesta por Hans Zimmer (con quien ya había colaborado en El hombre de acero (2013) y Batman v Superman: El amanecer de la justicia), Omer Benyamin y Steven Doar.
Las temáticas recurrentes de la filmografía de Snyder —el ser inferior a sus enemigos que se enfrenta a fuerzas infinitamente más poderosas, las leyendas y lo mitos, las revoluciones y luchas contra subyugadores— aparecen de forma natural en la épica de Sigrid. La versión que la serie ofrece de los Aesir, los principales dioses del panteón nórdico, y el resto de personajes de la mitología nórdica, va en una línea cruda y sin tapujos, llena de violencia y sexo, con personajes egoístas que distan mucho de la más amigable representación que muestran las películas de Marvel. La combinación entre la mitología y la animación le sienta como anillo al dedo a Snyder, y utiliza la riqueza del trasfondo para ofrecer intensos personajes en un enfrentamiento en el que no faltan aventuras épicas y acción descomunal.