por Pablo Vázquez | 13 de abril, 2009 | Dossiers
El fin de la inocencia En la infancia, el sexo surge como una ráfaga de grosería y regusto a secreto vergonzante que se cuela en una existencia hasta el momento sin mayores complicaciones. Y como una mancha de aceite en una piscina, se extiende, avanzando en susurros...