Dossier Terror siglo XXI

En este Dossier Terror Siglo XXI incluimos artículos y reseñas de películas incluidas en dicho género y periodo.

Recuerdo que, de muy niño, estaba aterrorizado por una cortina de terciopelo que separaba el recibidor del resto de la casa. No importaba cuántas veces entraba o salía del domicilio de mis padres pasando junto a aquella malvada cortina. En cuanto oscurecía, la cortina se revelaba como el portal que separaba mi mundo, mi realidad, del terrorífico mundo del terror, de las sombras y los miedos. La cortina se materializaba en mis sueños y el terciopelo (dorado, que no azul) me atraía hacia él para hacerme caer en una sima dónde todas las realidades del inferno se materializaban en torno a mí para desgarrarme, para torturarme.  Uno crece, el mundo se define a su alrededor y  los temores, miedos y terrores se adaptan a nuevos contornos. No desaparecen, sino que dejan de encarnarse en la cortina del recibidor y pasan a vivir en diversos puntos de la cotidianeidad.

El terror no es sólo la enésima potencia del miedo. El terror es la suma continua del miedo, de muchos miedos. Y el grueso de los miedos no aparece en forma de Godzillas, de zombies o aparecidos de otras dimensiones. El grueso de los miedos se esconde a la vuelta de la esquina, en la habitación de al lado o tras el compañero de cama.  En el conjunto de políticos que ignora la indignación heterogénea pero sólida de buena parte de la población, que ignoran el porcentaje de votos en blanco o la abstención, de aquellos que infravaloran la imagen que la corrupción da al sistema. En el paro que coarta las libertades de jóvenes y no tan jóvenes. En la violencia doméstica, sumando semanalmente su tétrica cuenta mortal. En el resurgimiento de la xenofobia y el fascismo… Eso da miedo. Todo eso da miedo, mucho miedo. Es el terror nuestro de cada día.