Tomando carrerilla

La lista que presentaré unas líneas más adelante debe ser, sin duda, la quinta que redacto, tratando de recoger mis películas, mis obras audiovisuales, favoritas de las últimas dos décadas. ¿Sin duda? En absoluto. Más bien con dudas, incertidumbres y remordimientos. El viaje que Miradas de Cine inició en 2002 nos ha llevado de la mano de tantísimos autores, nos ha brindado tal diversidad de propuestas y experiencias, tantos y tantos momentos memorables que se hace difícil (imposible, tal vez) hacer una selección justa y precisa en cuanto a representación de lo que ha sido para mí el cine de los últimos veinte años.

Cierto es que ha habido obras que en su momento me generaron rechazo (El intruso de Claire Denis, por ejemplo) o desconcierto (Tropical Malady de Apichatpong y su historia partida en dos) pero ir de la mano de los compañeros de Miradas ha estimulado mi curiosidad y me ha enseñado a disfrutar de un cine del que antaño me sentía lejano. Actualmente Denis y Weerasethakul me resultan cineastas de cabecera. Confío en que haya sido un trayecto compartido con numerosos lectores, con aquellos que nos siguieron en los inicios de esta publicación, con todos los que aún nos acompañan en la actualidad y con aquellos que nacieron con la revista y que ahora empiezan a descubrir (felices ellos) tantos clásicos del siglo pasado y de este siglo XXI.

Cuando uno disfruta de un cine heterogéneo, que puede saltar de Van Sant a Chang Dong, de Tarantino a Sono, de Costa a Eastwood, de Jarmusch a Kore Eda o de Shyamalan a Lacuesta (evidentemente aquí he colado buena parte de los autores a quienes debo la disculpa por no incluir sus obras en esta suerte de canon íntimo) se hace harto difícil seleccionar un número limitado. Podría haberme puesto en plan groupie, citando todas las obras de un par de autores favoritos. Podría haberme situado en un contexto plenamente intelectual y marcarme un ranking a base de autores de Europa del Este. O hablar de la muerte del cine y vacilar con Godard y obras de arte y ensayo. Pero tras muchos intentos he optado por compartir con quien esto lea aquellas obras que me abrieron los ojos descubriéndome un cine que anteriormente desconocía, aquellas que he visto gozosamente en más de una ocasión y aquellas que, probablemente, vuelva a disfrutar de nuevo.

Ahí va la lista, ya no hay vuelta atrás, y, salvo las tres primeras, trato de mantener orden cronológico:

01 Oldboy (2003). Primer descubrimiento. Ya hacía unos años que se estrenaban las cintas de Kim Ki Duk y llegaba el primerizo Bong Joon Ho cuando estalló esta propuesta de Park Chan-wook. Corea toma tierra en nuestras pantallas y triunfa en festivales. Quién ahora quiera saborear el cine coreano que pruebe el sabor del pulpo (vivo). Furia argumental/oriental plasmada en imágenes.

02 The World (2004). Segundo descubrimiento, Jia Zang Ke y el Nuevo cine chino, la denuncia oculta contra el capitalismo comunista, un retrato perfectamente neorealista y contemporáneo. Un cine difícil de ver en nuestro país e imposible de ver en el suyo.

03 El año del descubrimiento (2020). El tercero. Hay un cine español que se ignora sistemáticamente. Tal vez porque, sin artificios ni excesos, pone sobre la mesa nuestra historia y el porqué de nuestro presente. López Carrasco es tal vez el más relevante representante.

04 El señor de los anillos (2001-2003). La trilogía de Peter Jackson es una obra maestra absoluta del cine de aventuras, apoteosis heroica, brío en imágenes y ánimo. Dan ganas de haber estado en la lucha contra Mordor pero, se nos dice, cada uno debemos hacer lo mejor que podamos con el tiempo que se nos ha dado.

05 El viaje de Chihiro (2001). Podrían haber sido Ponyo en el acantilado o El castillo ambulante, pero este anime del maestro Hayao Miyazaki, de dibujo e historia desbordantes, es el barco insignia de un género que nos abrió los ojos a la calidad del cine de animación japonés antes de Mamoru Hosoda o Makoto Shinkai.

06 Eternal Sunshine of the Spotless Mind (2004) (no, no voy a referirme a ella como Olvídate de mí). Tal vez la mejor película de amor del siglo (bueno, también está Beginners). O, mejor, sobre los azares del amor, del desamor, del amor desatendido y del amor recuperado. Una brillantísima revisión sobre razón y pasión y una imaginativa puesta en escena.

07 Grizzly Man (2005). Werner Herzog estuvo desde sus inicios rodando documentales. Solo que algunos no se enteraron hasta ahora. Y también nos enteramos del cachondeo que se lleva con los personajes a los que retrata. A muchos les respeta, por su valentía, por su humor, tal vez por su humanidad. Con otros, no tiene contemplaciones.

08 La muerte del Sr. Lazarescu (2005). El Este existe, el cine rumano a la cabeza (tenemos también a Radu Jude, Corneliu Porumboiu, Cristian Mungiu) su cine es potente y la severidad no está exenta de un humor negro. Cristi Puiu es un maestro en la construcción fílmica que engloba en obras muy diversas toda la sociedad rumana actual y la destripa con suma elegancia.

09 Viaje a Darjeeling o The Darjeeling Limited (2007). No iba a dejar de lado a Wes. Esta fantasía oriental mantiene en primer plano los conflictos familiares de otra familia disfuncional (como los Tenenbaum, como la familia Zissou o todas las demás familias consanguíneas o de proximidad) que habitan las hilarantes, coloridas y simétricas vidas del cine de su autor… Dijo Kiko Amat que, al final de los tiempos, la humanidad se dividiría entre los que aman su cine y los que lo odian. Vamos a ganar los primeros.

10 Zodiac (2007). El miedo en el siglo XXI, la amenaza oculta entre nosotros que puede materializarse en cualquier momento pero que nadie puede aprehender. Un thriller de nuevo estilo por parte de un director que ha reinventado el género. Puede que Seven sea ya un filme de culto pero Zodiac ejerce tal influencia sobre no pocas películas que puede devenir un clásico.

11 Wendy y Lucy (2008) Ahora que Kelly Reichardt parece estar de moda hay que reivindicar esta pequeña joya. 80 minutos y una anécdota mínima para que la directora luzca, con discreción, su extraordinaria capacidad para describir personajes y situaciones.

12 Fringe (2008). La mejor serie del siglo. La que muy pocos vimos. El mago J.J. Abrams y su equipo hilvanan un compendio de ciencia ficción en cinco temporadas de modo brillante y tan desenfadado como gozoso. ¡Walter, yo quiero ser hijo tuyo!

13 Once Upon a time in Anatolia (2011). Nuri Bilge Ceylan ha construído una filmografía de belleza absoluta y narraciones dolidas. En una Turquía que no puede avanzar hacia el presente, su cine parece ir de la mano de las historias de Orthan Pamuk, oscilando entre el naturalismo y la alegoría. Fascinante, de ritmo moroso, elegías de un país condenado a no evolucionar.

14 Le Havre (2011). Esta inmensa película es de visión obligada. Todos deberíamos gozar su enorme humanidad y reflexionar sobre el punto al que ha llegado la llamada civilización occidental. Color, actuaciones, historia y emociones en sus puntos más álgidos. Kaurismäki parece haber tratado de jubilarse con esta obra maestra (aunque aún rodaría Al otro lado de la esperanza) para dedicarse al vodka. Visto lo visto en el mundo entero, tal vez deberíamos hacer lo mismo.

15 Holy Motors (2012). Leos Carax es cine francés, reinventando la qualitè, homenajeando a sus mayores (Franju, Demy) y al Cine en mayúsculas. Una obra desconcertante, heterogénea, sugerente, que construye en diversos capítulos un juego de espejos en los que se reflejan cada una de sus partes.

16 Antes del amanecer (cierto, es de 1996), Antes del atardecer (2004), Antes del anochecer (2013). Si, lo sé, podría haberme limitado a Boyhood, pero este proyecto continuado de Richard Linklater (y Ethan Hawke y Julie Delpy) retrata no sólo la evolución de unos personajes a lo largo de dos décadas sino que se prolonga en una mirada sobre los romances que surgen, mueren, sobreviven… y se crecen. Como la vida misma.

17 Interestelar (2014). Ya fascinaron El truco final, Origen y la trilogía del Caballero Oscuro. Pero esta obra actualiza la aventura y fusiona en el futuro (tal vez en el presente), el amor que cruza infinitos de tiempo y espacio como una fuerza vital. Nolan nos vacila y lo hace a la perfección.

18 ¿L’apollonide (2011) o Nocturama (2016)? La filmografía de Bertrand Bonello es escasa y mutante… en apariencia. La ambigua, morbosa, belleza de la primera de las cintas tiene poco que ver estéticamente con la frialdad y la sequedad de las imágenes bruscas de la segunda. Pero ambas, en interiores cerrados, revelan vicios y pecados de unas sociedades a punto de transformación. Sobre nuestro presente.

19 Twin peaks, T3 (2017). Televisión, cine, performance filmada, collage visual o simple broma. La summa del cine de David Lynch con sus amenazas veladas, pasillos oscuros filmados en travelling, las bromas absurdas y la sensación de que la vida entera es un artificio. Para algunos, una obra maestra. Para otros, una tomadura de pelo.

20 Licorice Pizza (2022). El cine de Paul Thomas Anderson ha de constar en esta lista. Podrían haber sido The Master o Pozos de ambición pero esta encantadora historia de amor juvenil, optimista y divertido, tan sencillo en su construcción (sin la experimentación, enormes elipsis o movimientos de cámara de otras películas de PTA) como eficaz narrativamente es el colofón ideal para este listado… y también la seña de que el cine de calidad prosigue en esta década actual.

Cierto que, repasando las listas de los últimos años, podría modificar la lista, una vez más. Pero no hay duda, eso sí, de que son todos los que están… y de que cualquiera de los integrantes de cualquiera de las listas posibles son un buen trampolín para tomar carrerilla y seguir disfrutando del cine durante veinte años más. Gracias a todos por compartir estas Miradas de Cine.