Top 2024 – 10. Furiosa: de la saga Mad Max, de George Miller

FuriosaA lo largo del año pasado hemos contado con estrenos de varios veteranos como Francis Ford Coppola (85 años) y su peculiar Megalópolis, Michael Mann (81 años) con el biopic Ferrari (ambas pelis mencionadas con Adam Driver como protagonista), el prolífico Ridley Scott a sus 87 años con la secuela de su aclamada Gladiator (2000), o el más que comentado trabajo de Clint Eastwood que con 94 años estrenaba Jurado Nº2. Puedan gustar más o menos, ser más o menos acertadas o quizás extrañas (no miro a nadie, Coppola), lo que está claro es que todas suponen obras destacables que representan el estilo y personalidad de sus respectivos autores. Un elenco de directores que parece no tener caducidad en el que perfectamente podemos incluir a George Miller, el director australiano que a sus 79 años recupera su postapocalíptica saga de parajes desérticos y persecuciones a toda velocidad. Estamos hablando de Furiosa: de la saga Mad Max, cinta de acción que no tuvo el mejor resultado en taquilla, aunque su pobre rendimiento en los cines no es indicativo de su calidad como propuesta cinematográfica. La épica de Furiosa ha logrado, por su exquisitez formal y su personalidad única, colarse en el top de 2024 de Miradas de Cine.

Furiosa

Furiosa no ha sido la única película de acción de 2024, un género que no suele escasear en producciones y que todos los años cuenta con alguna que otra propuesta mínimamente interesante. Beekeeper: El Protector (The Beekeeper, David Ayer) estrenaba el año con un Jason Statham repartiendo guantazos en una nueva adición al género “hombre de mediana edad cabreado en busca de venganza”, los nazis han recibido su buena dosis de plomo de manos de Henry Cavill en El ministerio de la Guerra Sucia (The Ministry of Ungentlemanly Warfare) de Guy Ritchie y El Especialista (The Fall Guy, David Leitch) celebraba el oficio de aquellos que lo dan todo para que los trompazos y piruetas en las secuencias de acción parezcan creíbles. Sin embargo, encontrar una película a la altura de Furiosa es una rareza en el género. Entre todas esas películas y otras muchas que no mencionamos para no eternizar el texto, el trabajo del director australiano dispone de lo necesario para destacar, una serie de elementos que logran la excelencia en su propósito y que se fusionan y retroalimentan para formar una experiencia cinematográfica exquisita. Algunos de estos elementos son:

La narrativa

Miller sigue con la saga Mad Max después de Mad Max: Fury Road en 2015 con una precuela de esta. Lejos de ser un mero reclamo, el director australiano recupera su mundo post apocalíptico con gran acierto y propone una expansión del mismo en base al cambio de protagonista. La ausencia de Max (salvo por un breve cameo en el que ni se le ve la cara, encarnado aquí por el doble habitual de Tom Hardy, Jacob Tomuri) da pie al protagonismo de Furiosa, papel interpretado por Anya Taylor-Joy. Puede que el argumento principal no resulte especialmente novedoso, pero dispone de una cualidad ambiciosa en la extensión tanto temporal como espacial en la que transcurre. Además, el extravagante y caprichoso Dementus (Chris Hemsworth), villano para la ocasión y principal objeto de la ira de Furiosa, resulta inquietante en su insaciable búsqueda del conflicto, justificado en necesidades materiales en la superficie, pero sustentado en la nada cuando confiesa sus verdaderos deseos. El alocado personaje de Hemsworth (actor que está magnífico y resulta tan aterrador como divertido) sirve de comentario poco tranquilizador al inevitablemente compararlo con situaciones reales por todos conocidas y de impacto a escala mundial, dando para reflexionar, desde un mundo de ficción tan particular, sobre el estado de la civilización y su estabilidad.

Furiosa

El viaje de venganza de Furiosa se fragua desde su niñez y, en el transcurso de los años hasta que consiga consumirla, se convertirá en la Imperator Furiosa que ya encarnó Charlize Theron y veremos, siempre desde el punto de vista de la protagonista, el desarrollo del ecosistema de civilizaciones formado en el desértico yermo. Lo más destacable en este aspecto es su propuesta narrativa que, pese a la envergadura, apuesta por contar con hechos más que con diálogos, los cuáles son mínimos y no necesariamente expositivos. La convivencia de La Ciudadela en manos de Immortan Joe (Lachy Hulme), el Criadero de Balas y La ciudad de la Gasolina, la aparición del imprevisible Dementus y su efecto devastador en el equilibrio y estabilidad de las sociedades mencionadas, las negociaciones, ataques y hasta una guerra. La historia que envuelve a la silenciosa protagonista transcurre ante sus ojos y los del espectador, anteponiendo la imagen a la palabra para construir y exponer el siguiente elemento clave a destacar de la película.

El universo

El universo de Mad Max es icónico y perfectamente reconocible. Sus infinitos desiertos habitados por todo tipo de extravagantes individuos, el diseño tan particular de los vehículos, tan importantes para las persecuciones y la acción, y las civilizaciones que se forman en ese mundo postapocalíptico, suponen un conjunto de imágenes grabadas en el imaginario colectivo que ya cuentan con un enorme legado de influencias en otras obras las cuales, indudablemente, beben de su estilo visual. Furiosa no es una excepción en la saga y presenta sus propias ideas que, por alocadas que sean, se integran a la perfección en las extravagancias de la franquicia. Un buen ejemplo es el vehículo de Dementus, el cual se desplaza en una cuadriga arrastrada por una trío de motos en lugar de caballos, muy humilde y poco pretencioso por su parte. Por lo que a Furiosa respecta, su viaje hará que su aspecto evolucione hasta ese diseño tan icónico con la frente pintada y el brazo metálico, siendo este último un símbolo lleno de significado tanto metafórico como narrativo, gracias a los acontecimientos de este filme.

Furiosa

Pero parte de la maestría de Miller a la hora de construir este universo en pantalla, más allá de la fuerza visual de los planos, se encuentra en el comportamiento de los personajes, en sus acciones que resultan intuitivas para ellos y su capacidad de rápidamente adaptarse a las situaciones siempre cambiantes de la película. Sin pararse a dar explicaciones, los habitantes del yermo cuentan con estrategias y conocimientos inherentes que aumentan la sensación de un mundo vivo con sus propias reglas al otro lado de la pantalla. Por ejemplo, cuando a uno de los miembros de un trío de bandidos lo eliminan de un disparo, los otros dos inmediatamente se coordinan sin necesidad de instrucciones. Uno se encarga de hacer un reconocimiento rápido de la zona y comprobar quien les ataca. Mientras, el otro recoge el bidón de gasolina de la moto del fallecido, desmonta una rueda para impedir que alguien más la use y, en cuanto ha finalizado, ambos retoman la huida en sus vehículos. Cuando su perseguidora encuentra la moto desvalijada, viendo que es más potente que la moto en la que ella va montada, hace un cambio rápido utilizando su bidón de gasolina y una rueda de su moto en la nueva montura, maniobra que lleva a cabo con agilidad gracias a que los vehículos ya están construidos con mecanismos acondicionados a esas situaciones. Todo en un tiempo récord que ni en los boxes de la fórmula uno. Y con esto entramos en el siguiente elemento que me gustaría tratar.

La acción

La saga Mad Max es principalmente de películas de acción, especialmente caracterizada por violentas persecuciones a alta velocidad (la segunda entrega cuenta con el subtítulo El guerrero de la carretera). A lo largo de la franquicia ha habido espacio para tiroteos y peleas, cada una con su propia peculiaridad que las dota de personalidad. Pero los combates motorizados han sido el foco de Miller, repitiendo escenas de esta índole y expandiéndolas hasta alcanzar las batallas multitudinarias tan vinculadas a la franquicia. La escena del asalto al convoy en Furiosa, perfeccionada a lo largo de la saga, ya es por sí sola un momento a destacar dentro del cine de 2024. Ante la inmensidad de la persecución, Miller no omite los pequeños detalles y deshilvana el caos con destreza mediante precisos movimientos de cámara. Media vida saltando de un lado a otro del camión mientras este acelera a toda velocidad, coches con bandidos armados y otros en parapentes arrastrados por motos para atacar desde el aire. Tal es la magnitud de esta caótica escena que la protagonista, involucrada involuntariamente en la disputa, por momentos queda relegada a un segundo plano mientras intenta pasar desapercibida y sobrevivir en medio de esa espiral de destrucción y violencia. Gracias al comentado carácter extravagante del universo, la acción está infestada de personajes que, entre tantas piruetas, caídas y gritos más bien cómicos, casi parecen sacados de un circo. Entre el ingenio presente en la coreografía del combate también hay espacio para la torpeza y el absurdo, dotando al mismo tiempo de más profundidad y comicidad a una escena en constante transformación.

Furiosa

En definitiva, Miller ha demostrado que se mantiene como un más que destacable cineasta y, especialmente, un maestro a la hora de crear escenas trepidantes repletas de acción. Furiosa: de la saga Mad Max es, además de un magnífico regreso de la franquicia, una excelente película única en su especie.